El PRI en fase terminal

José Luis Carrillo Hernández.

Coahuila está inmerso en profundo e inédito escenario electoral, muchos dependientes del presupuesto no lo quieren ver, están esperanzados a que la maquinaria priista y su voto duro funcione, esperan que el voto opositor que es mayoritario se pulverice en la elección; es decir, entre más se divida el voto antiPRI entre los panistas, morenos e independientes las posibilidades de que el candidato de PRI gane, aumentan.

Dos meses de campaña, dos meses de ata- ques y contraataques, posturas y demandas agresi- vas, demagógicas y populistas, guerra panfletaria, mentiras y verdades, completas y a medias en las redes sociales ya saturadas. Los medios tradicionales insisten en el binomio PRI-PAN, como quienes encabezan las intenciones del voto.

La realidad puede ser otra, las encuestado- ras no le han atinado en los últimos procesos en las entidades federativas, se han equivocado o han ocultado las verdaderas preferencias, siendo así, en el caso de Coahuila es probable que nos muestren un universo engañoso, donde Morena como los independientes aparecen en el tercero y cuarto lugar respectivamente.

Sin embargo, el escenario nacional le sigue agregando más enojo y crispación social al electo- rado coahuilense, con un presidente de la república desprestigiado y con bajísimos niveles de aproba- ción, de entre un 10 y 15 % según distintos sondeos, mientras que López Obrador encabeza las encues- tas rumbo al 2018 y sigue ganando adherencias de diversos sectores, incluyendo los empresarios e intelectuales defraudados y decepcionados.

Coahuila no está inmune a la patología nacional, siguen apareciendo nuevos casos de corrupción priista; el otro Duarte, el ex gobernador de Chihuahua ya es prófugo de la justicia; Édgar Veytia, Fiscal del estado de Nayarit fue detenido en Estados Unidos por cargos de narcotráfico y se le menciona como uno de los que financiaron la campaña de “El Bronco” Jaime Rodríguez, el independiente de Nuevo León, y la PGR investiga a Roberto Borge, ex gobernador de Quintana Roo.

Si a esto le agregamos la corrupción y patología estatal, es de esperar que repercuta en el electorado en detrimento del partido en el poder, por lo que un empate técnico entre los dos partidos hegemónicos, PAN y PRI, resultan poco creíbles.

Algunos sondeos realizados por estudiantes de preparatoria, nos permitieron tener una idea más cercana a la realidad electoral, al menos en lo local, y es de sorprender lo que encontramos.

Según los ejercicios estudiantiles, quien está en mejores condiciones de capitalizar el voto opositor es Morena de López Obrador y su candidato Armando Guadiana Tijerina, pero también es revelador que el PAN no crece y el PRI se situa en un tercer o cuarto lugar, compitién- dole la posición a Javier Guerrero, el independiente.

De acuerdo a los sondeos preparatorianos, el PRI debe prepararse para dejar el poder y desfondarse al igual que el PRD. Bajo este escenario las dos fuerzas políticas con posibilidades de obtener la gubernatura son el PAN y Morena, el electorado sabe del amasiato político-ideológico del neo panismo con los neoliberales priistas, ambos proxenetas de la política y la democracia, y responsables de la profunda crisis que padecemos. Debido a ello, el PAN ha perdido credibilidad, a su candidato Guillermo Anaya le será difícil convencer por el involucramiento de su partido en la corrupción oficial.

Bajo esta perspectiva Morena se ha estado convirtiendo en la opción ciudadana, Andrés Manuel López Obrador está asumiendo el liderazgo y tácitamente dirigiendo la campaña de Armando Guadiana, que a muy a tiempo se desmarcó del PRI y en el último momento se sumó al proyecto de AMLO; sin embargo tendrá que pronunciarse sobre algunos temas polémicos que le impiden verse como una opción posible para un espectro amplio de electores ecologistas, la mayoría de los jóvenes que coinciden con el Peje, no están de acuerdo con la posición del empresario taurino, cuya actividad se basa en el maltrato y sufrimiento de los animales en los eventos taurinos.

Guadiana tendrá que redefinir su posición frente a este tema y no dejarse influir por un peque- ño grupo de amantes de la tauromaquia, al menos comprometerse a no ejercer esta actividad ni favorecerla legalmente si el voto le favorece, Guadiana tiene posibilidades de ganar si logra proyectar la imagen de un candidato maduro.

El PRI es el beneficiario de un padrón de alrededor de 500 mil afiliados a los programas sociales, mismo número que sumado al voto corporativo es el que corresponde al voto duro del PRI, a esto le apuestan los priistas, para que su candidato Miguel Ángel Riquelme puede ganar. Lo inédito es que el voto duro y corporativo ya no le es fiel ni confiable al PRI, está fragmentado entre otras cosas, por la tardada salida y deslinde del cochinero priista de Javier Guerrero, un lastre que el candidato independiente difícilmente superará electoralmente, pues estuvo cuarenta años embarrándose de lo que hoy reniega, sin embargo una posible alianza con Guadiana le garantizaría un futuro político con respaldo y credibilidad social, lo que lo convertiría en el posible siguiente gobernador.

También se habla de una transición negocia- da con el PAN para Coahuila, sin embargo a diferencia del Estado de México que tiene un padrón de más de dos millones de beneficiarios de los programas sociales federales, Coahuila no ha recibido la visita de todos los Secretarios de Estado como allá, hasta ahora no se ha visto el descarado reparto de recursos públicos para comprar el voto popular como en el Estado de México, cuna del grupo en el poder, el grupo Atlacomulco, donde Morena encabeza la intención del voto.

No creemos que el PRI se levante, su cuerpo ya está cercano a la putrefacción, se está desintegrando, muy tarde le extirparon el tumor que representaba Humberto Moreira, pero nada hacen para terminar con su más grave enfermedad: Enrique Peña Nieto, que es el cáncer que mantiene al PRI en su fase terminal.