La política de siempre
JABA
La herencia lastimosa de la Revolución persigue a los mexicanos hasta nuestros días. Una estructura paradójicamente institucional que se erige, amén de perpetuar la cadena de mando y de poder, y por ende, el saqueo de los dineros públicos; mismos que, como bien sabemos, poco retornan en beneficio de la sociedad.
El gobernador Moreira y su apadrinado Riquelme, con un proceder de dinosaurios, se han decidido a tomar el camino de la política poco imaginativa. La política antigua y trillada donde el gobernador es el primer jefe de campaña y principal cuidador del nuevo pupilo que habrá de graduarse de la escuela del PRI, y al fin alcanzar el ansiado puesto de alto mando.
Política cuya actividad principal es cabildear y repartir muy bien entre sus dirigentes y cortesanos los puestos y las ganancias millonarias futuras que el gobierno traerá, cuando la elección sea ganada: los nuevos ricos que habrán de surgir. La consigna es ganar a pesar de los pesares, se vale la trampa y la ignominia. Política donde el pueblo sólo recibe tinacos con el irónico slogan del gobierno actual “Coahuila Avanza”, como siempre a cambio del voto. Donde la burocracia gira sus actividades y se convierte en porra oficial del nuevo candidato.
Ya se cuenta con la alianza de los partidos hijos del PRI, como PANAL, PVEM, y demás partidos piratas que van y vienen. Esta alianza fue anunciada en las primeras planas de los diarios comerciales de la ciudad, ¿en verdad la nota era tan importante? Además, a este tren se ha incorporado la UAdeC, con un rector que ya ve venir el brinco a las grandes ligas de la política -como suele pasar-, y los medios de comunicación, bien conocidos por sus “apegos” ideológicos con el sistema.
Por otro lado, la acción gubernamental de querer imponer a su delfín deriva en fragmentación interna y deslealtades entre sus líderes, justamente al no permitir la expresión de liderazgos y la libre competencia por la candidatura de grupos internos, como Hilda Flores o Fraustro Dávila, quienes tuvieron que alinearse con la encomienda del jefe si querían seguir vigentes en el juego de la política estatal, cuando es bien sabido que estos dos y otros más buscaban contender por la gobernatura.
Por supuesto, para conseguir semejantes alianzas es necesario conciliar, y en política eso es repartir presupuestos, cargos administrativos de alto rango y operación. Es decir, a fuerza de billetazos y canongias, se busca dar continuidad a una mafia que resultó ruinosa para el estado.
En realidad, todo eso es beneficioso para una mayoría coahuilense no priista y muy golpeada en el bolsillo y la dignidad, pues lo único que provoca es exponer la falta de ideas nuevas, de nuevos liderazgos, de sentido cívico y humano por parte del partido gobernante. No existe esa cosa llamada “el rostro joven del PRI”. En resumen, ese proceder es beneficioso para los ciudadanos de a pie -informados-, pues muestra y demuestra el debilitamiento de un PRI acostumbrado a violar y falsear sin recibir las consecuencias. Siendo así, que hagan las faenas que consideren necesarias para dar la impresión de un poderío falso; total, cada vez más gente sabe que no es así.
Las mismas tácticas de siempre, la misma maquinaria que pretende fungir como aplanadora de la voluntad de un pueblo que quiere -y no quiere- realizarse al fin. Lo que no toma en cuenta la pesada y grotesca maquinaria que hemos de cargar los coahuilenses -PRI-, es la molestia, el hastío y la información. Factores que al sumarse son y serán peligrosos para el status quo de éste y cualquier estado que opte por el saqueo, la mediocridad y la parálisis de un sistema social. Por suerte, ya no son épocas de una sola fuente de información oficial alejada de la realidad.
Información que hizo la diferencia en las elecciones de Nuevo León, por ejemplo, despojando al PRI de su acostumbrado premio. Aunque las condiciones no son las mismas y el candidato independiente, Javier Guerrero no equivale en peso político al entonces Bronco enjundioso -ahora mansito-, siempre se puede optar por la información y la reflexión que deriva, pues es lo único que puede hacer el pueblo para extirpar esta gran sanguijuela llamada PRI. |