José Antonio Meade, candidato del PRI
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Si por las buenas o sea de manera legal, Peña Nieto y el PRI saben que el 2018 será de nuevo su tumba temporal como sucedió en el 2000 con el arribo del estrafalario Vicente Fox a Los Pinos, lo lógico es que van a jugar como lo saben hacer, sucia y desaseadamente, y para ello presentan a su candidato, un fenicio que peca por su apariencia de cándido sujeto, pero que en el fondo es otro igual que ellos, reitero, con apariencia de gente decente y, para evitar en lo que quepa, ataques precisos a su persona, ya que en su cáscara no se le nota ningún raspón ni abolladura causadas por corruptelas, como los que todos los priistas muestran a la vista. Echaron mano de Meade para usarlo de instrumento, herramienta y carnada para hacer caer a sus presas, los electores.
Es claro que Peña Nieto y sus cómplices en la gobernanza no escogerían a Aurelio Nuño porque nunca pudo deslindarse de su papel de ñoño, ni a Luis Videgaray por estar tan quemado como Peña Nieto; las otras opciones eran el secretario de Salud, Narro Robles, pero este señor amén de viejo no era de las pandillas gobernantes. Quedaban Osorio Chong y José Antonio Meade y, aunque según las encuestas señalaban con más aceptación a Osorio que a Meade, optaron por Meade no sin antes acabar de chamuscar a Osorio Chong, sacando a la luz una serie de negocios turbios que lo coluden con constructores con los que ya había estado involucrado cuando fue gobernador en Hidalgo.
Ortiz Tejeda en La Jornada da pormenores de Meade de la siguiente manera: Dice: “¿qué les parece este momento a los llamados de los tejedores de ilusiones para que Meade se pronuncie e inste a los partidos a hacer política con ‘generosidad’? Ahora, precisamente ahorita que Meade debe demostrarnos que no es el príncipe del mundo naif, que las únicas direcciones en las que se pierde son el Instituto Tecnológico Autónomo de México y en la Universidad Yale, pero de este país lo único que conoce son números, son cifras, que poco dicen de la nación que ambiciona gobernar, es capaz de una afirmación tan absolutamente demagógica, ingenua y desorbitada que hace un llamado beatífico a las instituciones menos calificadas por la opinión pública como dignas de confianza, para que se comporten no sólo a la normatividad, sino mucho más allá: ‘con generosidad’. Sentimiento que no suelen mostrar los priistas ni con sus militantes cuando, por causas objetivamente justificables o por respetables razones de trasformación de ideas y principios, deciden su adhesión a una trinchera diferente”. Imperó el dedazo elector.
Hoy fue un día duro para Meade, fue a Los Pinos, a Palacio Nacional, a la CTM, la CNC y la CNOP para rematar en Insurgentes, la cede del PRI en donde lo recibieron como el héroe de mil batallas aunque hasta este día y después de más de 20 años trabajando en la cosa pública, jamás tuvo una batalla de nada y contra nadie. El dirigente de la CTM dijo que ellos, los trabajadores ya lo habían destapado, pero no fueron los primeros, quien fue el primero en destaparlo fue su íntimo amigo, Alejandro Kuri, presidente de La Unión Libanesa Mundial, quien dijo de “Pepe Meade”,- así le dicen sus cuates e incluso Peña Nieto así le dijo- tantas alabanzas como si fuese el rey de los fenicios. Luego lo destaparon los de las finanzas, Grupo México, Peñoles y el Consejo Coordinador Empresarial. En fin, salió la fumata blanca y el PRI ya tiene candidato. “habemus candidatum”.
Los obreros lo recibieron en la CTM con vítores de emperador; en la CNC le llevaron mariachis; los de la CNOP se lo comieron a elogios, pero lo que no dijeron -sabiéndolo- que tanto los campesinos como los obreros y pequeños y medianos empresarios, van a seguir jodiéndose, porque el tal “Pepe” es fenicio o sea miembro de la ultraderecha y, -lo he dicho antes- su principal trabajo va a ser el de tapar y encubrir todas las trapacerías y crímenes de Peña Nieto y de los funcionarios que le son allegados, y también conservar el mismo esquema en el que la macroeconomía será otro de los objetivos principalísimos de don Pepe. De hoy hacia adelante ya no es José Antonio Meade Kuribreña, porque a partir del 27 de noviembre del 2017, es don Pepe, nos guste o no.
Las reacciones de sus contrapartes no se hicieron esperar, lo tildaron de blandengue y, que van a tundirlo en las elecciones de julio 1º del próximo año. Así termina este día 27 de noviembre con bombos y platillos en honor de don Pepe, pero sin matracas ni el entusiasmo de otros destapes. Le quedan siete largos meses en los que más de una vez tragará sapos y tendrá que digerirlos, ya que la competencia electoral será durísima, por su lado el PRI sacará sus arsenales que son carretadas de dinero robado del erario para hacer propaganda masiva y comprar votos y voluntades y, todo tipo de marrullerías, de las que el PRI es experto.
Por otro lado, sus contendientes harán lo propio sin compra de votos ni tanta propaganda porque sus dineros no son suficientes como para poder apabullar a los priistas, y respecto al arte de las trampas y chanchullos, tampoco tienen la enorme experiencia de la que goza el PRI. Habrá en algunos espacios como en la capital, Veracruz, Jalisco, Coahuila, Nuevo León y otros más en donde el PRI de don Pepe se va a topar con pared. Pero eso lo veremos hasta el 1º de julio próximo. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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