/// Del Tintero ///

Diarquía Diabólica

Fidencio Treviño Maldonado.

Si enseñas a un hombre a pescar, siempre tendrás un ciudadano responsable, pero si le regalas las sobras de la pesca, estas moldeando a un ser inútil y, parece ser que en Coahuila, como en todo el país, el molde al menos en la democracia es la inutilidad que nos ofrece la Casta Divina. Un perverso juego el que acaba de pasar en las elecciones de hace 6 meses para elegir gobernador del Estado de Coahuila, un fracaso del INE, el TEPJF y todos sus tentáculos "cobradeoquis", son algunos botones de muestra de la extensa bonetería nacional.

La elección que optó por Miguel Ángel Riquelme para gobernar Coahuila que resaltó la doctrina envenenada que está muy de boga en la nación y sería incompleta esta elección sino se incluyera el pragmatismo, todo envuelto en usos y costumbres con el dogma de ir hasta la ignominia, pero con el ganador.

Del actual gobernador se pueden esperar muchas cosas, pero éstas tendrán una vigilancia por una Diarquía Diabólica, es decir, el saliente gobernador Rubén Moreira y el actual jefe del PRI, son los hermanos mayores, propietarios del balón y dueños del equipo y quienes de entrada se ve su mano en los nombramientos que desde hace meses traía no escondidos, sino ya cantados. Sin duda Riquelme no tendrá ninguna oportunidad de llevar la libertad ni siquiera mental de hacer nombramientos, esto pone en duda que su gobierno puede ser un fracaso, con una oscura e infausta herencia en donde sobre sale la ingobernabilidad, las deudas, la inseguridad, la corrupción y el acaparamiento de todos los rublos con la siembra y cosecha del terror, que deja el que se va; la otra opción para Riquelme, opción que se antoja muy increíble, escapar de esa telaraña perversa en que se le tiene atado y con ello liberar a toda la población de este Estado norteño.

De entrada ya están 11 de los anteriores colaboradores en donde algunos sólo fueron cambiados de puesto y uno de los principales es José María Frausto Siller quien sin duda será quien en su momento servirá de vigía para que Riquelme no entre a la fortaleza del racionalismo, sino siga la vaguedad que da el gobernar al amparo del calor de una chimenea, menguando la voluntad que alguna vez tuvo en sus discursos de campaña tirados éstos al cesto de la basura o quemados en la hoguera de las vanidades, lo que es lo mismo arrojados a las cloacas del poder.

Mientras el hombre siga creyendo en los milagros, los que ostentan los poderes seguirán olvidando la voluntad de los ciudadanos, y parece que Miguel Riquelme al menos cuando gobernó Torreón no fue el santo de la devoción, de ahí el fracaso de sus bufones que se aventaron al ruedo y fueron apabullados, no por el PAN o Zermeño, sino por el repudio que la administración de Riquelme logró generar en la llamada Perla de la Laguna. Sin duda la administración de Riquelme seguirá la tradición del populismo, nada de nuevos impuestos, bondades para los deudores morosos y un cúmulo de ofertas para los incumplidos, así comenzó hace 12 años Humberto del clan Moreira y ni qué decir de Rubén Moreira, quien comenzó su administración con venta y compra de placas, nuevos impuestos y una cascada de nombramientos y, no es de extrañar que el nuevo gobernador Miguel Riquelme invente por ahí una o diez nuevas secretarías o subsecretarías para darle trabajo a sus amigos, recomendados o pagar favores a quien lo empujó en su campaña.

Mientras como ha estado comprobado, excluyendo a don Porfirio Díaz y al General Lázaro Cárdenas del Río, todos los demás, incluyendo Senadores, Diputados, Presidentes Municipales, Gobernadores y Presidentes de la República, han seguido la tradición, uso y costumbre de Gobernar con “La Ley del Menor Esfuerzo”, ya veremos si Miguel Riquelme emplea esta cómoda ley, o suda la gota gorda...

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