Miscelánea
Vino nuevo en odres viejos
José C. Serrano.
El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define la palabra odre de la manera siguiente: "Cuero, generalmente de cabra, que, cosido y empegado por todas partes menos por el correspondiente al cuello del animal, sirve para contener líquidos, como vino o aceite".
El término fue usado intensivamente en los tiempos bíblicos para explicar alguna parábola, tropo que favoreció la enseñanza de mensajes aleccionadores, entre los que destaca esta famosa sentencia: "Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque entonces el remiendo al encogerse tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce una rotura peor. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces el vino romperá el odre, y se pierde el vino y también los odres, sino que se echa vino nuevo en odres nuevos."
La metáfora le viene como anillo al dedo al joven coordinador de la precampaña de José Antonio Meade Kuribreña -Pepe Meade, por favor-, Aurelio Nuño Mayer, quien, recientemente abandonó el despacho ocupado años atrás por connotados secretarios de Educación Pública como José Vasconcelos, Narciso Bassols y Jaime Torres Bodet.
El amigo del inquilino de Los Pinos presume el logro más importante de la Reforma Educativa mal entendida por él y, por ende, mal conducida: terminar con la venta o herencia de las plazas docentes. Esa práctica fue y es muy socorrida en los sindicatos de Petróleos Mexicanos, Teléfonos de México, ISSSTE e IMSS, con respecto a los puestos de trabajo. A Nuño se le olvidó mirar hacia la parcela de algunos ex gobernadores del partido tricolor. José Murat preparó el camino para su hijo Alejandro; Alfredo del Mazo González hizo lo propio con su vástago Alfredo del Mazo Maza. Otro tipo de herencia, más sofisticado.
Las entrevistas en los medios informativos han menudeado. Con desplante de matador, Nuño Mayer ha expresado a todo pulmón, que el doctor Meade es el mejor preparado de todos los precandidatos y, en su momento, candidatos que vayan a contender por la candidatura presidencial; es el más honesto, el más creativo, y el que llevará a México por la anchurosa avenida del progreso y la modernidad. El abanderado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) transformará este país en desarrollo en una gran potencia mundial. Cabe aclarar aquí, que el Breve Diccionario de Filosofía de Max Müller y Alois Halder establece con claridad la diferencia entre acto y potencia. Acto significa actividad, acción. En la filosofía medieval actus (=acto, traducción del gr. energeia) significa "realización, ejecución"; hoy se traduce por lo regular como realidad (actualidad). El concepto opuesto es potencia o posibilidad (gr. dynamis). ¿Hacia dónde nos llevan estos tecnócratas? Averígüelo, Vargas.
Ante las preguntas planteadas por los comunicadores que quieren saber el cómo y el con qué, Pepe Meade logrará cumplir tan ambiciosa tarea, su jefe de relaciones públicas titubea y se apoya en una muletilla de la que abusan personas inseguras y con escasa preparación: este, este, este. Y otra vez la burra al trigo. Nuevamente, después de dar un rodeo, arremete con una andanada de guayabazos destinados al ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de quien ha dicho que, además de ser un genio, es demócrata e independiente.
Pero el diablo no duerme. El doctor Octavio Rodríguez Araujo le enmienda la plana a los promotores y seguidores de Meade:" El futuro candidato priísta no podrá demostrar su carácter independiente después de haber avalado y en parte ejecutado las más importantes políticas corruptas y antipopulares de los gobiernos a los que sirvió. Si fuera más inteligente o tuviera un mínimo de sentido autocrítico debería declarar que sirvió a gobiernos panistas y priistas porque sus políticas han sido las mismas y no, como quieren creer algunos desinformados, distintas".
Continúa su exposición el académico e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el doctor Rodríguez Araujo: " El futuro candidato priista tampoco podrá presumir ni demostrar que está compitiendo como consecuencia de un acto democrático de las filas del partido al que ha pedido que lo acepte como a uno de los suyos. Ningún candidato priista, desde López Portillo, ha sido tan obviamente designado por el presidente saliente como Meade".
El PRI es el PRI, y los sectores que lo conforman son los odres viejos en los que Aurelio Nuño quiere echar un vino pretendidamente nuevo.
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