Coahuila, un “juguete” de los partidos políticos
Armando Montalvo Olivo.
Los coahuilenses deben analizar una acción jurídica que tomaron los habitantes de Cherán, Michoacán, desde hace varios años. Esta localidad no tiene políticos porque se rigen hasta hoy bajo el sistema de usos y costumbres, al apoyarse en el Artículo 39 Constitucional, que habla de la democracia que no es exclusiva de los partidos políticos. Es de su pueblo.
Los ciudadanos promovieron un juicio fe- deral y lo ganaron. El sistema político fue reemplazado por una moderna versión de la organización tradicional del pueblo desde el 11 de abril de 2011, cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación falló a favor de la solicitud de un grupo de representantes de la comunidad para gobernarse a sí misma.
Quienes viven en esta comunidad se hartaron de los funcionarios y los políticos que dirigían el gobierno de Cherán, porque se coludieron con delincuentes y permitieron todo tipo de ilícitos en su comunidad. Al paso de los años solucionaron de manera colectiva todo lo relacionado con la seguridad, economía y obra pública.
Ahora, recorrer sus calles y avenidas principales es un deleite a la vista; sin propaganda y sin candidatos. Los mensajes inscritos en las bardas públicas son tajantes. “Partidos ojetes, Cherán no es un juguete”. Acaso esta última palabra será como ven a Coahuila, los más de 12 partidos políticos registrados oficialmente ante un debilitado Instituto Electoral de Coahuila (IEC), que solapa irregularidades de todo tipo, sobre todo de las personas que lo integran.
Actualmente, Cherán, Michoacán, cuenta con un padrón electoral superior de 13 mil personas. Ahora, están más unidos que nunca. Todo lo contrario a lo que sucede aquí en Coahuila. En la lucha por quienes aspiran llegar a la gubernatura se grillan y utilizan todo tipo de bajezas para ofenderse desde hace tiempo.
En este momento, equipos de colaboradores de Miguel Ángel Riquelme Solís, Guillermo Anaya Llamas, Luis Fernando Salazar, Armando Guadiana Tijerina e Isidro López Villarreal, fomentan estrategias de imagen a lo largo y ancho de la entidad bajo el consentimiento del Instituto Electoral de Coahuila que encabeza Gabriela de León Farías, quien extrañamente a ninguno sanciona.
Los políticos utilizan recursos sin ningún control y ante la mirada de muchos coahuilenses. Lo mismo hacen, pero en menor escala, Javier Guerrero García, Lenin Pérez, Luis Horacio Salinas Valdés, Mary Thelma Guajardo y Patricia Torres. Estos aspirantes saben desde ahora que perderán y que los votos que obtengan no serán muchos.
A cinco meses de la elección, algunos de estos personajes de la política que se sienten tan seguros de que obtendrán el triunfo, a pesar de que las campañas electorales oficialmente no empiezan, dejan un mal sabor de boca por el pobre papel que realizan.
Lo mismo sucede con algunos candidatos y candidatas de los diferentes partidos políticos que intentarán ganar las alcaldías en los diferentes municipios de Coahuila, u ocupar una curul en la próxima Legislatura del Estado.
Lamentablemente, los candidatos indepen- dientes no representan hasta ahora un riesgo para los partidos grandes como lo son PRI y PAN. Los ciudadanos que tienen su pre registro ante el IEC formaron parte de gobiernos priistas. Más de lo mismo. Pregonan honestidad y nunca la aplicaron.
Si no son ex priistas resentidos, son hombres de negocios que hicieron fortuna a través de sus familias, al ser proveedores de obras para el Gobierno desde hace décadas.
Pareciera que el gobierno priista nacional desde Los Pinos, orquesta una estrategia electoral con premeditación y ventaja para hacer perder a todos los candidatos del PRI que aspiran a un puesto de elección popular durante los comicios de elección que habrá no sólo en Coahuila, sino también en el Estado de México y Nayarit en este año. Incluso, en las votaciones presidenciales del 2018.
El actual repudio nacional ciudadano era de esperarse ante la cascada de aumentos anunciado por el Gobierno Federal como el “gasolinazo” a principios del 2017. La gente no quiere saber nada del PRI en este momento. Y si a esto le agregamos la telenovela “La Candidata” que transmite diariamente el grupo Televisa, donde desenmascara la forma corrupta como gobierna este partido y el PAN. Su panorama político futurista es desolador.
Un punto interesante es que en los tres estados donde habrá elecciones, millones de mexicanos podrán ejercer su derecho al sufragio. Asimismo en dos de las tres entidades donde se elegirá gobernador no ha habido alternancia en 87 años: el Estado de México y Coahuila, el primero considerado como un “laboratorio” de las elecciones presidenciales.
Mismas caras en el PRI y el PAN. No hay más.
De los sobrinos, tíos, compadrazgos y compromisos de las altas esferas del poder que gobiernan estas tierras coahuilenses, salieron los candidatos que quieren ser alcaldes y diputados locales. No representan a nadie ni en sus mismas organizaciones políticas.
Llama la atención porque en las boletas de la elección podrían aparecer políticos que forman parte de familias conocidas en las diferentes regiones del Estado como candidatos por distintos partidos. Por ejemplo, aquí en Saltillo aparecerían las fotos de Isidro López Villarreal quien aspira a la gubernatura por el PAN, y la de su yerno Javier Díaz, quien intenta repetir como diputado local por el PRI.
Otro caso, es el del priista Manolo Jiménez Salinas quien desea ser alcalde de Saltillo por el PRI, y la de su tío, Luis Horacio Salinas Valdés, que se lanzará por la vía independiente para intentar relevar en el cargo a Rubén Moreira Valdez.
Los orquestadores de la política coahuilense saben que en este proceso electoral cabe la posibilidad de que no habrá “carro completo” de sus candidatos como en años pasados. Y eso se debe a que los hombres y mujeres elegidos no son los más idóneos elementos con los que cuenta el tricolor.
Incluso, el mismo Gobierno Estatal tiene dudas todavía de que Miguel Ángel Riquelme Solís gane la gubernatura en forma arrolladora junto con los cerca de 455 mil votos que aseguran tener listos.
Al interior del PRI hay descontento por la designación de Sonia Villareal Pérez, Azucena Ramos, Georgina Cano Torralva y Lilia Isabel Gutiérrez Burciaga. Aseguran mujeres del tricolor que sus compañeras elegidas no representan el triunfo en algunos distritos y en las alcaldías. Pero, estas féminas priistas lo hacen con toda seguridad porque se sienten marginadas.
Otros miembros del PRI están en desacuerdo con la postulación del enriquista Jaime Bueno, quien a pesar de ser arrogante y tener doble cara, lo eligieron sin tener una trayectoria al interior del tricolor para contender por una diputación.
Algo similar sucede en las filas de Acción Nacional con los aspirantes impuestos a fuerza por Isidro López Villarreal como lo son: Iván Guerra, la déspota Deyanira Samperio, Esther Quintana, Juan Carlos Guerra y Juan Salas, este último podría sorprender en el municipio de General Cepeda, por las corruptelas cometidas por el alcalde Rodolfo Zamora Rodríguez “La Chopa” en los últimos años.
Los candidatos de otros partidos políticos podrían aprovechar esta situación, sin embargo carecen de creatividad y no lo hacen porque quienes aspiran a un cargo de elección son compadres de los mismos líderes que encabezan estas organizaciones. Por esta razón, el hartazgo de los coahuilenses está llegando al límite y más si es postulado como diputado el ex gobernador Humberto Moreira.
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