Finalmente la corrupción acabó con Pemex
La realidad donde los gasolinazos son una parte del actual escenario, es que Peña Nieto terminó de entregar -a precio de ganga- lo que quedaba de Pemex a las trasnacionales, principalmente estadounidenses y a sus socios mexicanos: políticos, cabilderos y empresarios.
78 años duró el mito de que la paraestatal era del pueblo de México, cuyos recursos y aportaciones hicieron posible -el 18 de marzo de 1938- que el Presidente Lázaro Cárdenas expropiara la industria petrolera que estaba en manos de trasnacionales inglesas y norteamericanas.
Ese patriotico acto de nacionalización sirvió para que durante décadas surgieran en México cientos de nuevos potentados, enriquecidos con la corrupción instalada en Pemex desde la expropiación.
Pero la corrupción en Pemex y el enriquecimiento de muchos era sabido por todos, por eso extraña que ahora -con los gasolinazos- todos se rasguen las vestiduras, y hasta los beneficiarios y cómplices de la corrupción y el saqueo de la paraestatal, como son los partidos políticos, se muestren sorprendidos y críticos con sus mecenas. Hoy nos ponemos a llorar como niños lo que no defendimos como ciudadanos.
Luego de 78 años, la empresa más importante de México retornó a sus antiguos dueños: las trasnacionales. Pemex hizo de México un país petrolero y rico, pero fuimos incapaces de producir gasolina para el consumo nacional. Tampoco utilizamos la petroquímica para crear riqueza. Desde siempre la refinación de combustibles y la petroquímica se la dejamos a las trasnacionales.
El mismo destino de Pemex lo han sufrido o sufrirán otras empresas nacionales:Teléfonos de México, Ferrocarriles, CFE, IMSS y muchas otras más que comenzaron a privatizar -por ódenes de Estados Unidos- los gobiernos neoliberales desde que arribaron al poder con Miguel de la Madrid.
Pero lo peor de México es que somos un pueblo sin memoria ni identidad y tenemos un gobierno incapaz, corrupto y traidor a la patria...
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