El poder del afecto
Profesor Evaristo Velasco Álvarez.
El ser humano es gregario, socialis hominis; no sabe vivir aislado y cuando lo hace puede convertirse en bestia, según lo establece Rousseau. Él dice que el hombre en aislamiento total puede convertirse en bestia o en Dios. En nuestro caso, el hombre común, como usted amable lector, o como yo, no podemos vivir fuera de un núcleo social, de una agrupación, de un club, etc.
Por eso los estudiosos de la psicología y de la sociología consideran muy necesario que todos contemos con el afecto de otros seres humanos, llamémosles amigos, parientes, compañeros, etc., generando clanes, religiones, sociedades y demás formas de convivencia que los hombres han inventado.
Se considera que muchos de los problemas sociales que tenemos ahora son producto de la no pertenencia a un grupo. Gabriel García Márquez lo retrata perfectamente en su obra: “El Coronel no tiene quien le escriba”; y pudiéramos mencionar también “Cien años de soledad” del mismo autor; “Robinson Crusoe” de Jonathan Swift.
La palmada en el hombro, la palabra de aliento, la sonrisa, el signo de aprobación, algún regalito, el alcanzar algún premio en su trabajo por su desempeño, el esmero en la vestimenta para agradar a los que nos rodean, el gesto de alegría o la risa misma que se desprenden de la satisfacción de haber cumplido con nuestras obligaciones; o el realizar algo extraordinario en donde incluso pongamos en riesgo nuestra persona, son precisos ejemplos de lo que los seres humanos necesitamos para sentirnos vivos.
Los grandes filósofos de la humanidad nos precisan que una caricia, una nota de halago, de amor, de cariño, son motivos para sentirnos vivos y para demostrarnos a nosotros mismos que somos importantes para los demás; tal vez hasta necesarios. El niño aprende a sentirse cómodo y amado con la voz canturreante de su madre, con sus cariños, con sus palabras de afecto, etcétera.
Estamos iniciando este año 2017, que se vaticina como el año del inicio de la Nueva Era Cósmica; por lo tanto será importante extender nuestros afectos a cuantos podamos y ser honestos, honrados, libres, tolerantes, comprensivos y todo lo que signifique ser positivos para generar una sincronía de elevación de los sentimientos humanos en combinación con todos los demás, para abrir el corazón de todos aquellos que maltratan, que torturan, que agreden, que ofenden y que destruyen. Generemos un sentimiento de amor para ¡Que viva México!
velasco_alvarez@yahoo.com
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