Las elecciones se acercan
José Guadalupe Robledo Guerrero.
Para titular este comentario sobre la “democracia” electorera, utilicé la frase de una canción del cantautor de mis épocas juveniles: José de Molina (José de Jesús Núñez Molina), que decía: “Las elecciones se acercan, hay que votar de volada, o votamos por el PRI o nos lleva la chingada”. Obviamente la gente pensante de mi generación era anti PRI, más aún después de la masacre estudiantil, a manos del ejército mexicano, del 2 de octubre de 1968 en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
En aquella época el PRI era hegemónico, único podría decirse. El PAN (Acción Nacional), el PARM (Auténtico de la Revolución Mexicana) y el PPS (Popular Socialista), tres partidos de supuesta ideología diferente eran sólo paleros del PRI. Dos de ellos desaparecieron, pero el PRI y el PAN siguen en lo mismo. Ahora a ambos partidos se les identifica como a uno solo: el PRIAN. Y también como hace décadas, el resto de los partidos siguen siendo sus paleros.
Pero vayamos al tema de este comentario: Las elecciones en Coahuila, en donde el PRIAN (PRI y PAN) se han separado para disputar la gubernatura coahuilense, pues de los candidatos del PRI y del PAN saldrá el próximo gobernador, cuya precampaña y campaña prometen ser sin propuestas, sin señalamientos ni acusaciones frescas y nuevas, con mucho dinero para comprar votos, con candidatos acartonados y limitados por los acuerdos que -se dice- se hicieron en lo oscurito, y con un montón de compromisos que concretaron con los grupos políticos que lo único que les importa es su cuota de puestos públicos.
Los agoreros pronosticaron que para enero de 2017, la guerra sucia entre el PRI y el PAN se desataría, pero eso no sucedió, pues lo único que tibiamente se ha dicho es lo mismo que se ha repetido durante los últimos seis años: la megadeuda de los Moreira y la relación familiar de Guillermo Anaya con el pariente de un narcotraficante.
Ambos señalamientos ya son viejos y caducos, porque “haiga sido como haiga sido” ambas acusaciones fueron desmentidas por el gobierno de Felipe Calderón, asegurando que en la megadeuda coahuilense no hubo cuestiones ilícitas. Según la “justicia” calderonista esos cuantiosos recursos se manejaron con honestidad, pulcritud y honrando al mandamiento de No Robarás, pero sin transparencia, porque es fecha que aún no sabemos cómo se gastó tanto dinero.
Por otro lado, la deuda legal, y la ilegal, fueron reconocidas por el Congreso de Coahuila y están siendo pagadas con el erario, aunque sólo se abone a los intereses, finalmente eso es lo que importa a los bancos agiotistas. Y aunque la megadeuda fue responsabilidad de Humberto Moreira, se le endosa a Miguel Ángel Riquelme, por ser del mismo partido, el PRI.
En el caso del panista, los estrategas priistas siguen acusando a Guillermo Anaya de nexos familiares con el hermano de un narcotraficante. Esto también lo resolvió la “justicia” calderonista, cuando por una nota sobre el particular, Anaya demandó al periodista Arturo Rodríguez García, y la decisión de un juez fue darle la razón al compadre del Presidente, exonerándolo de las acusaciones. Entonces lo que dice en un spot Berino Granados, ex Secretario General del PRI y palero de Riquelme, es parte de esta guerra sucia repetitiva y caduca.
Estas viejas acusaciones las seguirá haciendo el PRIAN, para entretener a los votantes, finalmente los acuerdos de “civilidad” que se dice hicieron los candidatos, les impide sacarse los nuevos trapos sucios al sol. Los que se acumularon durante los últimos seis años.
De todos modos, la simulación y la demagogia son necesarias en el proceso electorero, por eso no sólo los candidatos difunden sus fortalezas, también lo hacen los operadores, amigos, simpatizantes, oportunistas y buscachambas. Por ejemplo, estos panegiristas aseguran que los Moreira se van del poder, diciendo con ello que el priista Riquelme perderá las elecciones.
Sin embargo, es difícil aceptar este augurio, sobre todo porque el proceso electorero ha sido manejado, desde un principio y hasta ahora, por Rubén Moreira. Incluso algunos analistas dicen que el gobernador logró sacar a sus candidatos preferidos: por el PRI a Miguel Ángel Riquelme y por el PAN a Guillermo Anaya.
Para nadie es un secreto que Rubén Moreira creó las reglas electorales con las que están jugando los candidatos. Por eso salieron los “independientes” que se habían considerado en los análisis gubernamentales. Los cuales ayudarán a Riquelme, porque dividirán los votos de los opositores al gobierno priista-rubenista. Por eso las candidaturas “independientes” fueron estimuladas por las leyes electorales hechas por el gobierno estatal.
Debido a ello, la candidatura independiente de Javier Guerrero García ayudará al candidato del PRI. También la candidatura de Armando Guadiana Tijerina le será útil a Riquelme. Morena va a la contienda sin alianzas partidistas, AMLO sólo quiere calentar la plaza para el 2018, por eso ni hacen ruido y están en la retaguardia. Además Guadiana no es un buen candidato, pero es un millonario con mucho dinero que puede aportar a la causa de la “revolución” lopezobradorista.
También la candidatura de la perredista Mary Thelma Guajardo Villarreal ayuda al candidato priista, desde que la comadre del gobernador deshizo la alianza entre el PRD y el PAN. No hay duda que para Mary Thelma es más redituable apoyar a Riquelme, pero sobre todo congruente, pues Mary Thelma nunca ha dejado de ser priista, del PRI salió para dirigir al PRD.
Otro de los argumentos que se han diseminado para darle fuerza al candidato panista, son las siete victorias electoreras obtenidas por el PAN el año pasado, de allí que aseguren que Coahuila pronto será gobernada por el PAN.
Lo cierto es que la mayoría de esos triunfos panistas fueron concertacesiones que el PRI y el PAN acordaron “civilizadamente” antes de las elecciones, tal y como lo hicieron en la última concertacesión que tuvimos en Coahuila, la del farsante Presidente Municipal de Saltillo, Isidro López Villarreal. Por eso hay quienes piensan que no sería extraño que Peña Nieto hiciera una concertacesión con el PAN para entregarle la gubernatura de Coahuila.
Pero no podemos negar la utilidad electorera de esos siete estados que ahora son panistas. De las arcas públicas de esas entidades vendrá mucha ayuda económica para Guillermo Anaya, básica- mente para comprar votos, porque ninguno de los candidatos trae propuestas que puedan estimular el voto de los ciudadanos. Por eso la compra de votos será el principal ingrediente de las elecciones del 4 de junio próximo.
Sin embargo, las condiciones de Coahuila son distintas a las de los estados donde ganó el PAN el año pasado. Es cierto que los dos últimos sexenios, los de los Moreira, hicieron muchísimos nuevos ricos que impunemente muestran su riqueza malhabida, pero son tan vulnerables que ni siquiera pueden comprobar de dónde salió el dinero para adquirir la casa donde viven.
Hasta ahora a Rubén Moreira nadie lo ha acusado de algún delito, salvo de no castigar a los deshonestos. Pero ¿qué gobernador ha castigado a los corruptos? Rogelio Montemayor no quiso perseguir a Eliseo Mendoza Berrueto, porque eso distraía las actividades de su gobierno. Ciertamente no quiso perder tiempo, y se dedicó a hacer negocios en su beneficio a la sombra del poder.
Por otra parte, Rubén Moreira es un priista que sabe de elecciones, que está al tanto de su partido, que tiene una estructura “aceitada” y sus enemigos partidistas están controlados. El único que le causa problemas es su hermano Humberto, aquel que grita: “Yo hice gobernador a Rubén”, y al que tanto protegió durante su sexenio. Pese a su imagen vapuleada y su figura repudiada (no sólo en Coahuila sino en todo el país y el extranjero) Humberto insiste en seguir en el poder.
Hay que señalar que en lo electorero, Coahuila es la joya de la corona, no sólo porque únicamente lo ha gobernado el PRI, sino porque nuestro estado fue el crisol de los pilares fundamentales del sistema mexicano.
Coahuila es la cuna de la Revolución Mexicana, aquí surgió el federalismo con don Miguel Ramos Arizpe. También se incubó la democracia del Sufragio Efectivo, No reelección, con cuya consigna salió don Francisco I. Madero a arrebatarle la Presidencia de la República a Porfirio Díaz. Fue en Coahuila donde don Venustiano Carranza organizó el ejército constitucionalista que derrotó al asesino de Madero, al usurpador Victoriano Huerta, para luego redactar y aprobar la Constitución de 1917, que con cientos de reformas e inservible ya, cumplió sus primeros 100 años el pasado 5 de febrero.
Finalmente, Miguel Ángel Riquelme sigue en campaña, con muchas limitaciones y padeciendo los desatinos de Peña Nieto. Pero él sabe que el gobernador es la mano, que él es el que dirige el Estado. Por eso Riquelme recorre el estado con una sola acusación de sus opositores: Ser el candidato del gobernador. Pero eso ya lo sabía y seguramente se preparó para ello. Lo que ignoraba es que antes de iniciar su precampaña, algunos miembros de su equipo comenzarían a tener roces con la gente del gobernador, aquellos que piensan quedarse otros seis años más en la nómina gubernamental. No llenan... |