Los presidentes de EUA y México
¿Están mal asesorados?
Juan Martínez Veloz.
Hemos escrito varios artículos sobre el tema de la relación México-EUA. Pensábamos dejar el tema por unas semanas pero aparece de nueva cuenta un “conflicto” o “reality show” (nada de fondo) entre los gobiernos de México y los Estados Unidos por el virtual muro fronterizo.
Lo que no entendemos es lo siguiente: fue un hecho notorio durante el proceso electoral americano, que el Gobierno Mexicano y concretamente el hoy Canciller Luis Videgaray se la “jugaron electoralmente” con el entonces candidato (hoy Presidente de EUA) Donald Trump al invitarlo a México a hacer proselitismo electoral (antes de ser presidente).
La decisión recibió nuestro respeto y apoyo tomando en cuenta un antecedente similar (no igual) en 2012 durante las elecciones presidenciales mexicanas, a pesar de que no compartimos las formas políticas empleadas (Ver mi artículo: Diálogo Electoral México EUA ¿Qué falló?).
Pues si hay que decirlo; “electoralmente compraron el mismo boleto México y Mr. Trump” y “’Chale”… unas semanas después aparece un virtual conflicto por un “muro fronterizo” entre México y EUA, cosa perfectamente negociable en el marco de una buena vecindad entre ambos países.
La idea de una mejor vigilancia de las fronteras debe ser una tarea de los gobiernos de México y Estados Unidos (recordemos que hasta túneles se han abierto entre ambas fronteras), no solo por cuestiones migratorias, sino comerciales, de seguridad pública y seguridad nacional.
En ese marco deben estudiarse técnicamente diversas posibilidades como muros, cercas, torreones, drones, etc. de acuerdo al terreno. Eso compete decidirlo a los ingenieros, topógrafos y biólogos que deben hacer el estudio del problema. Es claro que cada país puede hacer soberanamente en su territorio lo que mejor le parezca. Un acuerdo o tratado ayudaría a coordinar esfuerzos y ahorrar gastos.
Además circula información en Internet que ese muro fronterizo ya se está construyendo desde el lado americano desde el tiempo del ex presidente Bill Clinton y que hacia el Sur en la frontera con Guatemala México tiene un muro fronterizo.
La historia ha sido cambiante en la relación de México y EUA. En el siglo XIX muy útil hubiese sido para México tener un muro en el vasto territorio mexicano de más de 4 millones de kilómetros que incluía casi 10 estados de lo que hoy son Estados Unidos hasta Centroamérica (Guatemala, Honduras, el Salvador).
Vale recordar que uno de los graves problemas que afrontó México como nación
independiente desde su nacimiento fue la invasión reiterada de tribus bárbaras provenientes del sur de los Estados Unidos. El problema existió desde la época del antiguo Virreinato español por la escasa vigilancia de las fronteras norteñas.
Consumada la Guerra de Independencia de México en 1821, los estados del norte de México (Chihuahua, Coahuila, Durango) se vieron afectados por sucesivos ataques y saqueos por parte de indios salvajes (Apaches y Comanches) quienes provenían del altiplano del territorio de la Unión Americana.
Los indígenas norteamericanos Apaches y Comanches eran salvajes y sanguinarios con los mexicanos, para ellos México como territorio no existía y se sentían superiores a sus habitantes en el plano de la guerra, basta tomar sólo un párrafo del indio Gerónimo, para confirmar lo anterior:
“… Yo mismo maté muchos mexicanos. No sé cuántos exactamente, porque muchas veces no los contaba. Algunos no valía la pena contarlos, ésa es la verdad. Ha pasado mucho tiempo, pero sigo sin querer a los mexicanos. Conmigo siempre se han mostrado desleales y criminales…”
JUAN MARTÍNEZ VELOZ: TORREÓN; “HISTORIA Y PROSPECTIVA DE LA CIUDAD DE LOS GRANDES ESFUERZOS; EDITORA LAGUNA, MÉXICO, 2004, P. 25.
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Con la invasión de Estados Unidos en 1846 México perdió los estados y territorios norteños de Alta California, Nuevo México y partes de los estados de Baja California, Sonora, Tamaulipas, Coahuila y Texas.
Después con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo firmado al finalizar la guerra en 1848, las invasiones de Apaches a México no cesaron, a pesar de que el propio tratado señalaba que el gobierno americano se encargaría de impedir la introducción de bárbaros en territorio mexicano:
“Los Estados Unidos se comprometen a controlar a las tribus indígenas de su territorio e impedir su paso a México; a no comprar o canjear prisioneros, ganado, artículos robados en México, ni a venderles ni suministrarles armas de fuego o municiones; y a rescatar y repatriar a los prisioneros de los indios que tengan nacionalidad mexicana” (Art. 11).
La historia es paradójica, en el siglo XIX un muro o una muralla en los límites de la incipiente nación mexicana hubiera servido para contener a los invasores norteamericanos, tanto soldados como parvadas de Apaches y Comanches que siempre anhelaron las riquezas del norte mexicano.
Hoy la mayoría de los mexicanos se oponen a un muro en la frontera con los Estados Unidos. Ahora un muro fronterizo serviría un poco más a Estados Unidos que a México, aunque es claro que el futuro de México esta hacia el Sur y no hacia el Norte del continente. Son los contrastes de la historia.
No obstante que como mexicanos estamos en contra de un muro fronterizo México-EUA, somos partidarios del diálogo permanente con las autoridades y partidos norteamericanos en los diferentes temas de la agenda binacional.
Partimos que el muro es negociable y no causa tanto agravio (personal y directo) a los mexicanos como el aumento en los precios de la canasta básica, los gasolinazos, la inseguridad, la corrupción el desempleo, entre otros males sociales.
juanmartinez_veloz@yahoo.com
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