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el periodico de saltillo
Junio 2017
Edición No. 340


/// Del Tintero ///

El barco se hunde

Fidencio Treviño Maldonado.

A estas alturas de nuestra nación, no se ve por dónde y los vientos de todos los puntos cardinales apuntan a sotavento, el mar levanta oscuras olas gigantescas y no hay quien reme, las velas están rotas y el bergantín se balancea sin sostén alguno, los horizontes presagian que el temporal seguirá azotando. Se dice que una goleta o carabela fue sorprendida por una fuerte tempestad en medio del mar, la brújula perdió el rumbo y el terror se apoderó de los marineros, la noche llegó y con su manto ayudó a que la luz de los relámpagos fueran más espeluznantes, el capitán de este navío reunió a su gente y a la tenue luz de una lámpara de aceite les muestra la carta o mapa que estaba en la mesa principal de su oficina, y con el bastón de mando señala y les dice: “Aquí estamos ahora y este puntito negro puede ser nuestra salvación si es una pequeña isla, pero si este minúsculo puntito negro que estoy señalando es una pinche cagada de mosca, ya nos cargó la chingada a todos”. Aquí en el país ni siquiera existe en el mapa un punto negro, rojo o de algún otro color que nos diga que llegando a éste estamos salvados.

En nuestra patria los vientos soplan fuertes, en algunas regiones llueve acero, bronce y plomo, el ruido de los fusiles y metralletas entonan viejas y nuevas tonadas, en los sucios arroyos no cabe la sangre que emana de la terrible matanza que minuto a minuto se celebra en el país, la miseria aúlla en los oscuros callejones de la indolencia gubernamental y la justicia tiene secuestrada a la ley, mientras la seguridad es un fantasma que sólo está en labios de la Casta Divina, los muertos no tienen nombre, son números en cifras y gráficas alegres de parte de la clase gobernante, mientras para las familias de los caídos y desaparecidos son dolor, angustia, impotencia y desesperanza, porque nadie de las 30 o más comisiones encargadas y que cobran mucho dinero por la seguridad nacional son capaces de atenderlos, menos de solucionar el problema de seguridad .

Por más que quiera decir en los mensajes el Presidente Peña Nieto, que nuestra economía va boyante y navega en aguas cristalinas y apacibles, que vamos en un 4.3% en esto y que en lo otro avanzamos un 3.7%, que ahora son millones los nuevos empleos que el gobierno ha impulsado y que el dólar al igual que el Tratado de Libre Comercio van en caballo de hacienda, la realidad es muy lejana, los pobres y miserables son ahora más millones que hace 10 o 5 años y como dice el tango: La rodada es cuesta abajo. Los bandidos roban nada en comparación con los rateros que tenemos metidos en la clase gobernante, y lo que desconoce el presidente o si sabe lo calla, es que el pueblo, las masas, los habitantes, los que mantenemos a la Clase Gobernante (ellos) nos ven como Dios a los conejos “Chiquitos, orejones y asustados”.

Sin embargo, estos millones de habitantes estarán de acuerdo y le aplaudirán hasta sangrar las manos al señor presidente, cuando todas esas ratas y recuas que les acompañan estén recontra refundidos en el bote y que vomiten lo que se robaron, incluyendo sus millonarias propiedades que labran con sus raterías y marrullerías, entonces si la gente va a creer, cuando la justicia o la ley que a estas alturas de la patria sea expedita y punible con los narcos, los secuestradores, los ordeñadores o bandidos de combustible, cuando los 20 cuerpos de seguridad sean depurados y los agencias del Ministerio Público al igual que los señores jueces sean honestos y esta honorabilidad se palpe, cuando el INE y sus secuaces dejen de tener secuestrada la democracia con tantos partidos políticos de mentiras o meros negocios familiares, cuando las obras que se realizan y sus constructoras sean competitivas, y cuando las escuelas y sus profesores tengan la libertad de educar y no de servir al sindicato y los programas elaborados a modo de la clase política, lo mismo en el sector salud y en cientos más de rublos que le han fallado a los habitantes de este aun rico país, entonces al señor presidente y su honorable gabinete se les dará su mérito y, no como ahora que en cada discurso o aparición en radio y televisión es para decir o señalar cosas que la verdad sea dicha poco o nada le interesa a las masas, a los ciudadanos que ven como el barco se hunde y parece muy tarde para que regrese a flote, porque más allá de las tempestades, existen tiburones de dura dentadura, barcos piratas que enarbolan distintas banderas y muchos marineros están saltando por las escotillas, para treparse al bote de un capitán llamado Andrés Manuel López Obrador, esto como siempre acontece en los falsos marineros que les importa poco el barco, sólo salvar su pellejo y seguir navegando en la bonanza que ofrece la dulce vida del mar.

A nosotros los de la raza de bronce (no por el color, sino por el aguante) sólo nos queda ver y ser testigos de cómo se hunde la barcaza, y después seguir con la costumbre de reconstruir otro barco y así por los siglos y tiempos de los tiempos, capotear las tempestades no mandadas por Dios, sino causadas por la maleficencia de nuestros gobernantes.

kinotre@hotmail.com

 
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