La democracia es una utopía, y aparte
tenemos en puerta un “cambio de pillo”
Jesús M. Moreno Mejía.
“La política es el paraíso de los charlatanes.”
George Bernard Shaw. |
El 4 del presente mes tuvimos elecciones de gobernantes en Coahuila, sin embargo la anhelada alternancia que muchos coahuilenses esperaban sólo fue un simple “cambio de pillo” al frente del ejecutivo estatal, así hubiera sido el triunfo de la oposición, pues como sentenció el escritor y dramaturgo inglés: “La política es el paraíso de los charlatanes”
Ahora bien, a muchos coahuilenses les quedó clara la idea de no haber sido un proceso electoral transparente, ya que como señalara el columnista José Cárdenas: “fue una elección maldita” (por un sinnúmero de irregularidades), que ya han denunciado algunos candidatos opositores ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) y por lo tanto entra el “caso Coahuila” en etapa de judicialización, pues el resultado de gobernador no fue tan contundente como se esperaba (ni para el aparentemente ganador, ni para quienes no alcanzaron el triunfo).
Oficialmente ganó la elección Miguel Ángel Riquelme Solís, candidato de la coalición que encabezó el PRI, según los resultados del Instituto Electoral de Coahuila (IEC), no obstante el haber reconocido su vocal ejecutiva (presidenta) ciertos errores en el transcurso del proceso, mismos que intentó cubrir con declaraciones equivalentes a lo ocurrido en una herida leve (con “un curita” o con la frase: “sana, sana, colita de rana”), no obstante que existieron verdaderos delitos, tales como el robo de paquetes electorales y hechos de violencia, que no se investigaron en lo mínimo.
Existen pruebas fehacientes de los delitos antes mencionados, mismos que se exhibieron a través de las redes sociales y otros medios informativos, en calidad de prueba documental de lo ocurrido en las elecciones, pero que las autoridades electorales nada hicieron por investigar o detener el proceso, y se apresuraron a seguir con el recuento de votos como si nada hubiera pasado.
Es por ello que los candidatos opositores han manifestado que recurrirán a las instancias correspondientes (Trife) para pedir la anulación de las elecciones, y para ello han creado lo que han dado por llamar “Frente por la Dignidad de Coahuila” (encabezado por los candidatos Guillermo Anaya, Armando Guadiana, José Ángel Pérez, Javier Guerrero y Horacio Salinas), quienes piden cancelar las elecciones de gobernador en Coahuila y se recurra a un plebiscito; proceso que es tardado y difícil de alcanzar.
También como consecuencia de lo anterior, los diputados locales de los partidos Unión Democrática de Coahuila (UDC), Acción Nacional (PAN), y Partido Primero Coahuila (PPC), han solicitado que el Congreso del Estado se pronuncie por la destitución de todos los consejeros del Instituto Electoral de Coahuila (IEC), incluyendo a la presidenta del mismo, Gabriela de León Farías, por el pésimo desempeño en sus funciones en el pasado proceso electoral.
Por otra parte, resultaron sorpresivas las elecciones de Ayuntamiento y de diputados locales en Torreón, pues los candidatos del PAN las ganó de todas todas (y situación similar ocurrió en otros distritos de Coahuila), motivo por el cual la próxima legislatura local estará en manos de la oposición.
Otro hecho escandaloso dentro del proceso, fue la pública declaración del ex gobernador Humberto Moreira, al enterarse haber perdido la elección como aspirante a diputado local por el Partido Joven, pues textualmente manifestó ante los medios lo siguiente:
“Fuimos asaltados por el puto (sic) tirano gobernador (su hermano Rubén Moreira) y su bola de secuaces; nos hiciero1n la misma chingadera”. ¿A qué se referiría Humberto con esto último? Que es lo único que queda en duda dentro de su florido lenguaje popular. ¿O usted qué piensa amable y distinguido lector?
¡Hasta la próxima!
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