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el periodico de saltillo
Junio 2017
Edición No. 340


De derrotas y victorias

Fidencio Treviño Maldonado.


Se humilde y bondadoso en las victorias y afronta con orgullo y valentía las derrotas.
Anibal, El Cartaginés.

 

Las derrotas son huérfanas, porque no tienen madre, mientras en las victorias todos se auto nombran protago- nistas y auto proclaman líderes. Termina la elección del 4 junio, una u otra de tantas, con ella se larga la angustia para muchos y la penas para los otros, “ganó la democracia” cantan los victoriosos, “fue fraude” se quejan los perdedores. 

Algunos se fueron al canto de las sirenas y la osadía la pagaron a muy alto precio, la letanía les salió muy cara, como aquellos que cuando ven llorar a un payaso y se van con él, pero al siguiente día regresan cagándose de la risa, esto como consuelo del fracaso y el único remedio, más no es ningún consuelo el alzarse con el triunfo de la derrota.

Se terminaron los pensamientos sombríos y lúgubres que como ventarrón de la fatalidad cayó sobre los tristes e impotentes ciudadanos, atiborrán- dose de tanta mugre, de tanta contamina- ción visual y auditiva -que sin tregua ni piedad- como perversa plaga nos cayó, en una guerra vacía e inútil para lograr el interés personal de los políticos.

Para los que ganaron está un espejismo del futuro promisorio, lleno de esperanzas con el repar- to del botín que está por llegar y para los perdedores las añoranzas muertas de algo que nunca llegó, la tristeza infranqueable que nada puede borrar de sus rostros. La brutalidad de la democracia que vivimos en México es el reflejo de nuestra cultura, del nivel de escolaridad que tenemos, del pesimismo como imperiosa necesidad de la sumisión y pérdida de toda dignidad por la compra-venta del voto entre otras miasmas y vender, dar o rentar hasta la conciencia por un miserable plato de guisantes, ante la complacencia de los dignos y altos funcionarios que cargan la llave de oro de la democracia.

¿Por qué de oro? porque a los habitantes, la dedocracia o democracia simulada que se emplea como uso y costumbre nos cuesta muy cara, todo el peso de la brutalidad representada por nuestros candidatos en la comedia llamada democracia en donde fueron muchas hojas del almanaque las que se difuminaron y con ellas las promesas fallidas, y los sueños oníricos de los cientos de aspirantes también volaron y quedaron en algunas bolsas oscuras los millones de pesos gastados en estas campañas, con sus usos y cos- tumbres llenas de corrupción y folclor en los papeles que como mugre van a la basura y con ella las esperanzas y los milagros prometidos.

Se llega el 4 de julio y bajo los estrictos escrutinios que da el INE u otra de las 10 instituciones dedicadas a este negocio, ya por la noche se canta victoria, jubilosa la gente llena el cielo de alabanzas y rinde reverenciables honores a los hombres que a esas horas son totems representados por los líderes a los que hay que rendirles tributo por ser Dioses insondables de la casualidad, la noche; mientras cobijados con luz de luna para los derrotados no es oscura, sino que se torna lúgubre, augurando un horizonte, futuro y destino  tenebroso y lleno de incertidumbre, con el auto consuelo de haberles servido de experiencia, sin examinar la causa de su rotunda derrota, porque en México nada hay que examinar; todo está resuelto.

El PAN y sus satélites-paleros dicen que ganaron y si pierden alegan fue elección de Estado, el PRI y sus partidos rémoras, se alzan con el triunfo y si son derrotados alegan compra venta de votos y fraude, los partidos familiares con la baba suelta y recogiendo migajas, mientras otros partidos que participaron solos, fueron por lana y salieron trasquilados; sentencia dada por el hombre que ostenta el poder que ni Dios Padre puede revocar. Todo en una manifestación en extremo corrompida y agotada, sin ningún espíritu caballeresco y sin pizca de hidalguía...

Las victorias y derrotas sólo lo que reporta el INE nos costó en Coahuila 405 millones de pesos, casi 200 pesos por habitante, más de 2 millones de votantes, de los cuales sólo vota cuando mucho el 60 % , el otro 40% tal vez no vota como protesta a las marranadas que lleva a cabo la clase gobernante...

kinotre@hotmail.com

 
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