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el periodico de saltillo
Junio 2017
Edición No. 340


/// Del Tintero ///

La mecanización en el país

Fidencio Treviño Maldonado.

El campo muere y los campesinos agonizan, emigran, forman fajas de miseria, la yerba invade sus parcelas y las ciudades con sus tentáculos abrazan sus tierras, las llenan de asfalto, cristal, plástico, acero, cemento y forman colmenas inhumanas, en donde el campesino se refugia buscando la supervivencia en los oscuros callejones de la miseria y en trabajos “de lo que caiga”. La modernización y mecanización llegó arrollando a su paso todo, nadie les avisó que venía, su largo y profundo pitido cual locomotora sin control no la escucharon los campesinos, ni los obreros.

La lucha por el poder invadió el país, y educar a los maduros y viejos campesinos no estaba en la agenda de la clase gobernante, los campesinos al igual que los obreros de fábricas, minas y otras empresas monopólicas nacionales, incluyendo la obesa burocracia, les preocupaba más cobrar y vivir del banco “Bandidal” en el caso de los ejidatarios, que producir y mecanizarse, inclusive el campo producía más votos que mazorcas y espigas de trigo, nuestro país dependía hasta hace años del entorno rural, como materia prima o productos, no como procesadora de esta materia prima, un ejemplo fue la Comarca Lagunera, con una gran producción de algodón.

Bayardo Guerrero, clasificador de algodón y Samuel Cortinas encargado de varias pequeñas propiedades laguneras, aseguran que se llegaron sembrar más de 100 mil hectáreas de fibra blanca; sin embargo, no contaba, ni cuenta la región Lagunera con una o varias fábricas de telas de este producto, Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Aguascalientes por citar ejemplos, sin cultivo o muy poca producción del algodonero fueron y son quienes mecanizaron sus fábricas y surten toda la república de prendas de algodón.

Existen pueblos o ciudades incluyendo comunidades rurales que son dormitorios de los trabajadores de fábricas o maquilas, invariablemente jóvenes en su mayoría. Veamos por qué. Salen los trabajadores de su hogar el lunes de cada semana a las 5/6 de la mañana, regresan en el mismo transporte de la empresa a las 7/8 de la noche a dormir y así, algunas veces también el sábado, de ahí que nuestras educación media (Cecytc, Cecatis, Cebatis, otras prepas o bachilleres, incluyendo universidades y tecnológicos) saquen jóvenes a destajo, a quienes las maquilas les esperan con los brazos abiertos y de esta manera aterricen sus estudios y terminen sus esperanzas.

Pueblos también que son fantasmas y cuyos vestigios de su grandeza quedaron sepultados por la ruindad de nuestra clase gobernante, una clase prometedora a la que le importó un comino el rumbo del pueblo, a los que les interesó poco o nada que el obrero o campesino siguiera con sus atávicos usos en la producción, los consorcios poderosos a la sombra de los caudillos, caciques, señores feudales, con reformas malparidas, auspiciadas, alimentadas y mantenidas por la economía global se modernizaron y mecanizaron, formando sus imperios territoriales, obligando a los miserables campesinos a venderles o regalarles su parcelas.

Tenemos que reconocer que la modernización y la mecanización en todos los rublos de México llega de afuera, desde la compra, la renta y en el mejor de los casos la copia y la prueba, por citar dos ejemplos, PEMEX en su extracción paga millones de dólares a empresas transnacionales, desde extraer el crudo hasta procesarlo. Igual está la CFE que ni siquiera el cable se produce en el país, se compra en Australia, Corea, Japón y Brasil. La maquinaria para el campo es de procedencia extranjera, es decir aun con grandes universidades y tecnológicos, nuestra mecanización está por los suelos, la modernización de las fábricas es comprada. Para lo que seguimos siendo sin duda uno de los mejores países, es para producir artesanías, tal como lo relata B. Traven, en su libro “Canasta de Cuentos Mexicanos”, con el artesano oaxaqueño que hace canastas de palma, sin descuidar sus dioses, mitos, tradiciones y su milpa.

Parece ser que la única maquinaria y no muy moderna que conocemos en el país es la política, la que mueve masas, la que oprime conciencias, la que dice que hacer o no hacer, el triunfo de la negación representado por esa añeja maquinaria llamada política, que cada 3 o 6 años pare o produce a cientos de personas ricas…

kinotre@hotmail.com

 

 
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