El sello del moreirato vivo
hasta que Riquelme lo decida…
Armando Montalvo Olivo.
Todo estuvo planeado desde 2013 por el gobernador Rubén Moreira Valdez para que su amigo Miguel Ángel Riquelme Solís obtuviera el triunfo sobre el panista Guillermo Anaya Llamas el pasado 4 de junio. Quedó demostrado que Acción Nacional y su líder nacional Ricardo Anaya volvieron a equivocarse. El candidato idóneo debió ser el senador Luis Fernando Salazar Fernández o cualquier otro, menos “Memo”.
Se diga lo que se diga y como haya sido la forma en que el PRI se alzara con la victoria sobre una debilitada Alianza Ciudadana, la realidad única es que la marca del moreirato seguirá viva y aunque nadie lo crea por tiempo indefinido, porque políticos como Álvaro Moreira Valdés y el mismísimo Carlos Moreira seguirán “moviendo” los hilos de la política con el visto bueno del Ejecutivo
Incluso, se afirma que las apariciones del ex gobernador Humberto Moreira en medios nacionales, fueron para apoyar primero que a nadie a Miguel Riquelme, porque atrajo reflectores y para evitar -en cierta forma- el golpeteo político en contra del lagunero.
A pesar de todo esto, Humberto no alcanzó a llegar al Congreso del Estado como diputado por la vía plurinominal. Se quedo atrás el proyecto que traía con su compadre el diputado priista electo Samuel Rodríguez Martínez.
Sobre el distanciamiento entre Humberto y Rubén, la realidad es que no hay por qué, al primero se le complació a tal grado de que el PRI decidió postular como diputado local por el Distrito XVI a Samuel Rodríguez, quien ganó la contienda sin esforzarse mucho .
Otro de los recomendados de Humberto fue la postulación del ex diputado Cuauhtémoc Arzola a la alcaldía de Ciudad Acuña, quien a pesar de tener el asesoramiento del ex procurador Jesús Torres Charles y de Domingo González Favela durante la campaña, no logró recuperar la alcaldía en esta frontera y perdió ante el udecista Roberto de los Santos.
No se puede ocultar tampoco la lluvia de interrogantes que existe aun, por el intercambio de entradas y salidas entre albiazules y priistas desde las cúpulas de estos partidos antagónicos en los últimos meses, que hacen gala ahora de tener el repudio de un importante número de coahuilenses.
Sin duda, uno de ellos es Fernando Simón Gutiérrez Pérez, quien sin renunciar a Acción Nacional acompañó a Miguel Riquelme durante los 60 días que duró la campaña, por lo que es un hecho que ocupará un importante cargo dentro de la estrategia en el nuevo gobierno del lagunero Riquelme Solís. Hay que tener presente que años atrás, “El Guty” como conocen a Fernando Simón, fue uno de los colaboradores más allegados a Guillermo Anaya.
Todo lo controla Rubén
Otro que llamó la atención por su comportamiento en el campo político, es el ex alcalde torreonense, el panista José Ángel Pérez Hernández, conocido ahora “El Arre”, quien movido por muy altos intereses económicos, decidió representar al Partido del Trabajo y contender por la gubernatura solo por unas semanas, porque luego decidió unirse al candidato de Morena Armando Guadiana Tijerina.
Gracias a los 151,657 votos que obtuvo este último en las urnas, ayudaron lo suficiente al PRI para que sus seguidores no se inclinaran por Guillermo Anaya. Y si a esto le agregamos los 105,041 sufragios que sacó el ex priista y candidato independiente, Javier Guerrero García, la Alianza Ciudadana nada pudo hacer ante esta situación se diga lo que diga.
Incluso, un ex colaborador cercano de José Ángel Pérez, es el ex panista Jorge Hernández, quien saltó a las filas del tricolor para hacerse cargo de la jefatura de prensa cuando Miguel Riquelme era alcalde de Torreón. Posteriormente solicitó una licencia para unirse a su campaña.
El papel que hizo en esta elección la comadre del gobernador, la perredista Mary Telma Guajardo Villarreal, es visto como aceptable porque cumplió su misión y acercó a Armando Guadiana con quienes dirigen la política de todos los niveles del Ejecutivo.
Es de todos conocidos que Guadiana Tijerina es un millonario empresario minero, a quien le disgusta que sus negocios sean molestados por una u otra razón. Sabe el ex candidato de Morena a la gubernatura, que cada vez tiene más cerca una diputación federal o una senaduría por esta organización política en una fecha próxima.
Quiso partidos y ahora los quita
La estrategia aplicada era que Coahuila sobresaliera y ocupara el primer lugar a nivel nacional, por tener el mayor número de partidos políticos registrados ante el árbitro electoral estatal. Los hubo sólo por un tiempo, porque convenía que se pregonara una democracia a lo largo y ancho de la entidad. El costo fue de muchos millones de pesos.
Concluido ahora el proyecto político con el triunfo de Miguel Riquelme, estaba programado para que el Instituto Electoral de Coahuila informara a los partidos Socialdemócrata Independiente, Primero Coahuila, Partido Joven, creado por Humberto Moreira, Partido Revolucionario Ciudadano y Campesino Popular, que van a perder su registro por no alcanzar el 3% de la votación total durante las elecciones.
Igualmente, otros de los partidos que tampoco lograron obtener la votación mínima fueron: Encuentro Social, Verde Ecologista, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo. Sin embargo, al ser partidos nacionales no desaparecen, sólo pierden el financia- miento.
Muy planeado
Se decidió también que era necesario que algunas de las alcaldías en el Estado se fueran a perder y ocurrió en Torreón. Le alzaron la mano a Jorge Zermeño Infante, de quien se dice ya llega cansado por la edad que tiene.
Por esa razón, se designó a Miguel Mery como candidato, porque se sabía de antemano que no era figura para enfrentar políticamente al experimentado Zermeño Infante. El priista no tuvo otra salida más que reconocer públicamente su derrota ante el panista.
Lo mismo le ocurrió a la diputada federal con licencia Guadalupe Oyervides, quien perdió la alcaldía de Monclova ante el albiazul Alfredo Paredes. La legisladora volverá al Congreso de la Unión para seguir cobrando.
Los nombres de Miguel Riquelme y “Memo” Anaya seguirán en las primeras planas de los medios, así como en las plataformas de las redes sociales por los juicios que promoverán los panistas ante las instancias judiciales electorales. Sin embargo, nada pasará y el priista gobernará durante los próximos seis años. Bueno, eso creo, a menos que desde Los Pinos se de la orden de echar todo abajo.
Quienes se consideran los autores del proyecto político del nuevo gobernante en Coahuila, deben tener presente que Miguel Ángel Riquelme Solís va a sorprender al mismo Ejecutivo y a un selecto grupo de sus colaboradores. Se revivirán algunas historias similares a la que vivió el último gobernador lagunero Braulio Fernández Aguirre (1963-1969).
La nueva escena teatral apenas inicia. Primera Llamada. |