Diputados cínicos y descarados

Salvador Alcázar Aguilar.

Antes cuando un trabajador tenía una enfermedad o malestar atribuido a su trabajo como causa, se le pagaba el cien por ciento de su salario y lo diagnosticaba un doctor o especialista en medicina del trabajo.

Hoy por decreto y por acuerdo de los diputados del PRI, PAN, PVEM, PANAL y PES sin contar a MORENA y PRD que se abstuvieron de votar, del paupérrimo salario sólo se les pagará el cincuenta por ciento y se les otorga a los señores empresarios la facultad de decidir quién está enfermo y quién no, y hasta fueron facultados para hacer un reporte médico. En su locura y estrabismo los diputados les regalaron el título de médicos a los patrones. Total aberración: que los lobos cuiden a las ovejas.

Esta Reforma se votó con 303 votos a favor, 86 en contra y 10 abstenciones, el estudio ya fue turnado al Senado de la República. MORENA y PRD dijeron que estas reformas perjudican al trabajador de México.

Los empresarios del país forman parte de esta comisión, o sea que son juez y parte, le roban al trabajador la mitad de sus ingresos para que no puedan tener su salario íntegro, y esto es totalmente de acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

Estas enfermedades, según ellos, son inherentes a las nuevas realidades económicas y tienen seis meses a partir de la entrada del decreto para hacer modificaciones. La actualización, según dijeron los diputados, de esta nueva tabla beneficia a los trabajadores de nuevos riesgos laborales y brindarán certeza y seguridad a los trabajadores mexicanos, dijo el diputado Gabriel Casillas del PRI; la diputada del PAN dijo que de no llevarse a cabo esta reforma implicaría seguir acumulando rezagos en materia laboral.

Esto me hace recordar una anécdota: Un día después de una extensa gira de trabajo por Europa, el General Augusto Pinochet, Presidente de Chile, llegó a su país, bajó del avión y se dirigió entusiasmado a saludar a los chilenos que se encontraban en el aeropuerto para vitorearlo, pero al ver tanta gente esperándolo quiso aprovechar y darse un baño de pueblo, y puso sus largos brazos en la valla que dividía al populacho del generalísimo que en ese tiempo era el mayor carnicero de la historia.

En esos momentos se acercó una viejecita de casi 90 años con su piel arrugada, el cabello pintado de blanco por las canas y una cara serena, Pinochet esperando a que todas las cámaras se acercaran a filmarlo le preguntó: ¿Qué puedo hacer por ti madre? ¿En qué te puedo servir? Lo que contestó la anciana dejó mudos a todos, la respuesta de la viejita fue: “Nomás no me joda”, ella sabía de lo que estaba hablando, pues sus ojos presenciaron el asalto de los militares, sus tanques y aviones a la Casa de la Moneda para derrocar al Presidente Constitucional de la República de Chile: Salvador Allende.

Joder, la palabra en sí es muy amplia, pero nuestros diputados la conocen muy bien, así como también conocen la palabra “recular” cuando es necesario, pero vendrán mejores tiempos y otra vez a joder.

Ya probaron a los campesinos y les fue muy mal, ya intentaron con los estudiantes y les fue peor. Hoy el gobierno federal hizo imponer por asalto en el Congreso de la Unión un decreto para su aprobación, en principio la tenían ganada, hasta la mandaron con los senadores para que la ratificaran, pero no contaban con la fuerza de los asalariados que son muchos en el país, que se inconformaron con esta decisión y fue tanto el peso que tuvieron que dar marcha atrás a su iniciativa.

Volverán las oscuras golondrinas, pero hasta el próximo verano, no sin antes medir los pros y los contras en época de votaciones.