LLANTO
Oliverio Ascascius.
“A veces se lloran lágrimas de sangre, de fuego,
lágrimas hechas nudo,
espantadas de sí mismas”.
Llanto atenazado
envuelto en cadenas de oro.
Llanto prisionero del corazón cruel,
cristalizado.
Llanto de niño, de hombre, anciano,
mujer, animal y quizás cosa.
Llanto miserable, inexcusable.
Llanto que llora de dolor, de ira,
de rabia, de impotencia,
de alegría,
de tristeza, de locura….
Llanto que llora por no haber podido llorar.
Llanto de lágrimas rezagadas,
lágrimas que inundan el mar de los recuerdos,
todos los recuerdos.
Llanto sacado desde el fondo del alma,
llanto que vomita desde los ojos
del corazón del hombre encadenado.
Llanto te llamas,
así te llaman
y hoy el poeta te dedica sus propias lágrimas
para llorar por los que no saben ni pueden hacerlo. |