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el periodico de saltillo
Mayo 2017
Edición No. 339


Circo, Maroma y Teatro

Remedo de un fraude anunciado, duelo de insolencias, despilfarro del erario o una simple mamarrachada

Adolfo Olmedo Muñoz.

La lucha por el poder en Coahuila, epílogo de una historieta

 

Envueltos en una cultura sofisticada en la que ya nadie cree en nadie, el desgaste de recursos económicos y de otra índole, destinados a hacer creer al pueblo, que existe una verdadera democracia y que existe una intención de gobernar para el pueblo, es una evidencia más que clara de la perfidia de esos engendros que se hacen llamar políticos y que no son más, que buscadores de fortunas mal habidas. Nada más falso y pérfido, que toda la retórica sofista que han vertido con la complicidad de los medios de comunicación, aliados naturales de la farsa, merced a las descomunales ganancias que les reportan.

Dice un viejo adagio que “con dinero baila el perro”, voz muy popular en ciudades donde en los barrios pobres, solamente se podía acceder a ciertas pautas de entretenimiento, principalmente callejeras donde, por ejemplo, un “domador” hacía bailar a perritos, preferentemente de baja talla, al son de panderetas, a cambio de unas monedas para el “perrito”.

Hoy no sabría definir con precisión, quienes son los “perritos” y quienes los “domadores”. Por momentos los ladridos se escuchan más en los medios de comunicación que en la de los supuestos actores en su papel de “perritos”. Por más que en esos mismos medios, aparezcan “algunos de esos actores” luciendo filosos colmillos para denostar a la corrupción, de la que paradójicamente son sus más fieles representantes.

La calidad de los partidos ha desaparecido bajo el manto oscuro de la ignorancia de un pueblo condenado a repetir sus errores de antaño, pues absolutamente indolente de su historia, repite hoy las mentiras inculcadas por unos cuantos vivales que por sistema han querido tirar al sistema mexicano desde hace mucho tiempo.

¿Quién sabe el verdadero origen de los partidos? ¿Quién sabe sobre sus doctrinas? ¿Quién tiene presente los amargos episodios de nuestra historia nacional e internacional? ¿Quién sabe de la sociología como para saber orientar a un pueblo inculto? ¿Quién tiene la autoridad moral, no para tirar la primera piedra; sino para detener la miseria de la cultura política, social, cultural, pero sobre todo de la cultura de la avaricia, la cultura del amasijo de dinero mal habido, de la codicia, de la usurpación, y la cultura mercantilista que es capaz de vender a sus progenitoras con tal de acceder a un puesto público para enriquecerse innoblemente, tanto él como sus próximas generaciones?

Nadie sabe más de este asunto que “los campeones del capital” y de ellos casi el cien por ciento son panistas. Los priistas, por su parte, dejaron correr despóticamente la ola de rumores que en su contra se lanzaron y se lanzan desde las catacumbas que habitan los reaccionarios. En el pecado han llevado la penitencia, pues no han sabido fundamentar la riqueza sociológica, política y cultural que ha heredado la Revolución Mexicana, frecuentemente mejor apreciada en algunos cenáculos del extranjero, que en nuestro propio país.

Todos los problemas que vive hoy la nación mexicana, son atribuibles incuestionablemente a ese nivel de ignorancia de las masas. Ya que como dice otro refrán, “a río revuelto, ganancia de pescadores”, los vivales, del sector público o del sector privado (ambos tienen el mismo origen), con la complicidad de la cada vez más ignorante cadena de medios de comunicación, tienen sometido a un pueblo a los caprichos de la mercadotecnia, de los nidos cibernéticos y sus redes sociales; de las encuestas y “sondeos de opinión” que dan cabida a cualquiera, aunque no sea más que para servir de “Patiño”.

Pero la comedia no ha terminado, entramos a su último acto, el del escrutinio, y aunque los medios manejaron todo el tiempo el suspenso de una supuesta igualdad en los niveles de popularidad de los principales candidatos (dos, el resto son “comparsas”) Miguel Ángel Riquelme y Guillermo Anaya Llamas, serán las maquinarias electorales de los partidos que los amparan, las que habrán de determinar la suerte de sus representados.

El pronóstico es reservado, más que nada a la intención del voto, inspirado en las redes sociales o en los mecanismos de control de masas, que aunque se les repruebe, son genuinamente fieles a un partido por el que han votado siempre.

La puesta en escena de esta “obra”, se ha visto saturada en parte, por la participación de los llamados candidatos independientes, además de la desaseada política de López Obrador quien ha venido a Coahuila, más que todo como a una pasarela de exhibicionismo personal que en apoyo a “su” candidato (de Morena), el “honra’o, honra´o… pos no” Armando Guadiana Tijerina. Por el moribundo PRD va Mary Telma Guajardo Villarreal que por su rumbo la conocen… y José Ángel Pérez Hernández por el PT, a quien hasta en sus lares desconocen
En cuanto a los candida- tos independientes: Javier Guerrero García y Luis Horacio Salinas Valdés, mucho se podría escribir, pero en realidad sería una pérdida de tiempo. Baste saber que Javier Guerrero pudo haber sido mejor representante del PRI, pero dicho partido en el Estado, tiene intereses muy ajenos a los del Sampetrino. Por honestidad intelectual, creo yo, debería arrimar sus votos al “abanderado” del PRI como una muestra de institucionalidad.

Por el lado de Luis Horacio Salinas jr., aunque el pasado de su padre (Salinas Aguilera) fue priista, desde hace mucho ha sido puesto en duda, no sólo en su fidelidad partidaria, sino en sus acciones empresariales, lo cual, quiéralo él o no, habrá de pesar en el ánimo de los que conocen el pasado reciente de esta entidad.

Y de acuerdo a los pocos indicios razonables de que se dispone, creo que Miguel Ángel Riquelme tiene una corta pero significativa ventaja sobre Guillermo Anaya.

 
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