Meade, precandidato del PRI a la presidencia
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
José Antonio Meade Kuribreña ya es el seguro candidato del PRI. Le están creando a través de los
medios una imagen de impoluto, cosa falsa porque no es tan puro, ni apto u honesto y noble como lo
pintan. En los meses de campaña las redes sociales le estarán sacando a la vista tantas manchas como
las que tiene un leopardo, las que fue adquiriendo en todos los puestos que ocupó durante 30 años. |
Porfirio Muñoz Ledo cuenta que al regreso de un mitin, Miguel de la Madrid le espetó: “Para qué tanta demagogia, si nosotros decidimos todo en este país”. Esto y miles de cosas más llevaron a miles de priistas a un cisma que le dio nacimiento a la Corriente Democrática de la que luego con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza, se conformó el Partido de la Revolución Democrática. Esto sucedió hace tres décadas y desde entonces a la fecha, el PRI se vino abajo paulatinamente hasta llegar a este punto en el que es ampliamente despreciado por los mexicanos.
Hay que recordar que cuando de la Madrid le dijo lo que antes mencioné sobre “para qué tanta demagogia si nosotros decidimos todo en este país”, Porfirio Muñoz era el presidente del PRI, y que al dejar el cargo de jefe de la ideología de partido, de la Madrid lo sustituyó por un tecnócrata neoliberal. Hoy el tricolor carece de ideólogos, sólo cuenta con operadores, todos ellos corruptos, ineptos y rapaces vividores que se han servido del pueblo en lugar de servirle.
Hay que saber que la dialéctica y los discursos de los priistas, poco a poco se convirtieron en una jerigonza estructurada que sólo entre ellos se entienden, dicen una cosa que en la praxis quiere decir otra, que entre ellos solamente es entendible. Pondré dos ejemplos solamente para darme a entender: Peña Nieto dice que las Reformas Estructurales, la educativa, la fiscal y la energética entre otras, son para impulsar a México hacia el progreso y a los mexicanos hacia el desarrollo, cuando en la práctica han resultado diametral- mente opuestas a sus discursos.
El otro se refiere a José Antonio Meade que aseguró que el alza de precio de las gasolinas, el diesel y el gas eran para que los mexicanas pagaran un menor costo y, que de ninguna manera afectaría el precio de los productos nacionales, sobre todo los de la Canasta Básica Recomendable (CBR), resultando todo lo contrario, cuestión que no fue un error sino que ese era el plan predeter- minado.
Mencioné a Peña Nieto y a Meade Kuri-breña porque entre ambos se acordó modificar los estatutos del PRI en su reciente Congreso Nacional, para quitar los candados que le impediría a José Antonio Meade ser el candidato porque no llenaba los requisitos en dichos estatutos. Esto nos indica que Peña Nieto ya escogió -de acuerdo con quienes lo mueven como marioneta atrás de él- a su candidato, dejando inconformes a más de la mitad de los miembros del PRI más connotados, apostándole a que los mexicanos son muy “nobles” y olvidan y perdonan todo, pues consideran que el pueblo es un simple peón dentro del tablero en donde se mueve la política.
Peña Nieto y su jefe y padrino Carlos Salinas creen que dentro de esta campaña en el 2018, cuentan con el tiempo, la inteligencia y el dinero suficientes para remontar el desprecio del 76% de los mexicanos y, que si no logran convencerlos, a unos los comprarán y a otros los dividirán, empezando por hacer de la votación general entre los partidos y el voto libre no partidista, tres segmentos y con ello, poder lograr con ese 24% de preferencias con lo que cuentan, competir holgadamente para seguir gobernando aunque sea otro sexenio más, y ya en el 2024 tratarán de buscar otras nuevas soluciones para seguir dentro del poder gubernamental.
Andan mal en sus apreciaciones si creen que Meade es un impoluto personaje que no tenga cola que le pisen. Se equivocan, el historial y las credenciales de José Antonio Meade son tan pobres como los resultados en todos los puestos que ha ocupado durante los últimos 30 años dentro del gobierno.
No han tomado en cuenta que los votantes todos, incluyendo a los del voto duro del PRI y los sufragios que van a comprar como lo acostumbran, no completan ni siquiera para un 25% de la votación general, y para ganar se requieren cuando menos un 33% del sufragio alcanzado. Además en las redes sociales en los meses que dure la campaña se demostrará que Meade no es tan puro, tan casto, virginal, honesto, noble y honrado, como es la imagen que le están vendiendo a la ciudadanía a través de los medios, ya le irán saliendo poco a poco más manchas que las de un leopardo, empezando por esa mancha peculiar que le acompaña, la de ser un fenicio que sirve a sus intereses y a los de su cofradía antes que al pueblo de México. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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