Política aldeana
El pecado original de Morena
y Ricardo Monreal
Finalmente la incógnita sobre quién será el candidato a la Ciudad de México por Morena quedó resuelta cuando se supo que Claudia Sheinbaum será en el 2018 la que disputará el gobierno de la CDMX con las siglas del Movimiento de Regeneración Nacional.
Por su parte, Ricardo Monreal que se creía el seguro ganador en la encuesta que Andrés Manuel López Obrador mandó hacer para dilucidar la decisión quedó inconforme con el resultado en donde salió victoriosa Sheinbaum, aunque desde semanas antes de la decisión se sabía que la favorita de AMLO era precisamente la que ganó en la encuesta, que por cierto no se han dado más datos sobre cómo se llevó a cabo ni la metodología utilizada.
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Ricardo Monreal le exigió a Morena, mejor dicho a AMLO, que corrigiera el error, pero las respuestas no se hicieron esperar: La secretaria General de Morena, Yeidckol Polevsnsky contundentemente dijo que no se realizaría una nueva encuesta. Por su parte, Claudia Sheinbaum le aconsejó a Monreal que aprendiera a perder.
Y como siempre sucede con los temas polémicos, López Obrador no contestó ni dijo nada al respecto, a pesar de que Monreal amenazó con que algunos partidos le estaban ofreciendo que fuera su candidato para el gobierno de la Ciudad de México.
Eso fue suficiente para que los comunicadores tomaran partido, la mayor parte azuzando el rompimiento de Monreal con Morena, necesario para evitar que el partido de AMLO gane las elecciones de la CDMX como está pronosticado desde hace tiempo.
Haiga sido como haiga sido, Monreal fue situado en el último lugar de los contendientes, abajo de Martín Batres, a pesar de que desde un principio (antes de la famosa encuesta) mucho se dijo que el candidato de Morena saldría de entre Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal que siempre fueron los dos principales aspirantes.
Los azuzadores también hablaron de que desde hace años Monreal se la juega con López Obrador y que siempre le ha sido leal, cuestión poco creíble pues no hay que olvidar que Morena, igual que el PRD, fue constituido por ex priistas que abandonaron su partido. Fue priista Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñozledo, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal. ¿De qué lealtad estarán hablando los azuzadores?
En su comentario de la edición pasada de El Periódico de Saltillo, el periodista Jorge Arturo Estrada García decía algo sobre el origen de Morena que reproducimos: “Actualmente el ‘antisistémico’ López Obrador los trae espantados. El discurso contra el “PRIAN” calcado del partido español Unidos Podemos respecto al PP-PSOE le va funcionando. Aunque sabemos que AMLO ha vivido del sistema 50 años. Su partido actual no lo forjaron los ciudadanos de ningún sector o ideología. Morena es un Frankenstein que se integró con pedazos del viejo PRI, del antiguo PRD y de algunos monstruitos extintos o en vías de extinción”. Sólo faltó decir que Morena se sigue “fortaleciendo” recogiendo la basura oportunista de los demás partidos. Entonces para qué hablar de lealtad.
Desde antes de la encuesta en donde salió victoriosa Claudia Sheinbaum, también se había especulado que AMLO no dejaría que Monreal se apoderara de la Ciudad de México, pues le hacía sombra al mandamás de Morena, a pesar de que López Obrador tiene en campaña por la presidencia más de 20 años.
¿Dejará Ricardo Monreal a Morena y se llevará a sus simpatizantes a otro partido? El sentido común dice que Monreal no abandonará a Morena, pero también es cierto que si Monreal busca el gobierno de la Ciudad de México a través de otro partido, es muy probable que los pronósticos ya no sean los mismos que se han manejado hasta ahora, porque con esa ruptura comenzarán los verdaderos problemas políticos para AMLO y sus seguidores. Finalmente de lo único que pueden acusar a Ricardo Monreal los fundamentalistas es que traicionó a Morena, pero ese no es un antivalor en el partido de AMLO, porque en Morena la traición partidista es el pecado original. El circo aún no comienza...
Margarita, a la candidatura presidencial
Los que tienen información privilegiada desde ahora aseguran en discretos corrillos que Margarita Zavala (esposa de Felipe Calderón) será la candidata presidencial del PAN y de sus partidos aliados. En base de este augurio se cree que a eso se deben las actuales penurias por las que atraviesa el dirigente nacional del PAN, “el joven prodigio” Ricardo Anaya, el que ya para estas fechas ha sido señalado de corrupto y enriquecimiento inexplicable.
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Por su parte, en respuesta, Ricardo Anaya se ha empecinado en negarse a aceptar el nombramiento del Fiscal Anticorrupción que tanto le urge al gobierno federal instalarlo. Ante tanta política adversa, Anaya ya abandonó el movimiento por la Dignidad de Coahuila que organizaron los candidatos perdedores al gobierno del estado. Anaya, igual que AMLO, ya no está presente en el movimiento coahuilense que se hizo para anular las elecciones del pasado julio en Coahuila.
De ser cierto que Margarita Zavala será la candidata presidencial del PAN como aseguran desde ahora los que tienen información privilegiada, quedaría demostrado el acuerdo que desde hace meses se dijo que tuvieron el entonces presidente Felipe Calderón y el presidenciable Enrique Peña Nieto, para que a cambio del apoyo presidencial para el priista, la esposa de Calderón debía ser la próxima presidenta, pero antes debe ser candidata.
Este tipo de acuerdos cupulares han sido una realidad en la política mexicana, no de ahora sino desde siempre. Entonces ¿por qué no creer que ese acuerdo sea real?...
El Fiscal Anticorrupción de Coahuila
y el reciclaje de los mismos
Sin pudor alguno, los diputados locales cumplieron con el guión que les entregaron para que legitimaran la supuesta elección de Jesús Homero Flores Mier como el primer Fiscal Anticorrupción de Coahuila. Flores Mier es un conocido cortesano que comenzó su “carrera” de funcionario público con Humberto Moreira en la Presidencia Municipal de Saltillo, en donde fungió (¿o fingió?) como Coordinador de Transparencia. Posteriormente, en 2015, Rubén Moreira lo nombra Presidente del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información (ICAI).
El nombramiento de Flores Mier como Fiscal Anticorrupción es el inicio del reciclaje de los mismos que han estado en el poder durante los últimos años, pero también es la continuación de la práctica que puso en boga Humberto Moreira al extender la gestión de los funcionarios a modo más allá del sexenio en que fueron nombrados. Jesús Flores estará en el cargo siete años, es decir un año más que el gobernador electo que habrá de tomar posesión el próximo 30 de noviembre.
Para los críticos del moreirismo, Flores Mier es un Fiscal a modo, cuyo nombramiento no respetó la mínima inteligencia, más cuando aún no termina la elección de julio pasado, que además de haber sido judicializada, también dividió a los coahuilenses. Quizás por eso, el demagogo de Jesús Flores salió a responder las críticas, declarando perlas como las siguientes: “No soy Fiscal a modo”, “No me temblará la mano para resolver los asuntos”, “No soy amigo de Humberto Moreira”. Sólo le faltó negar a Rubén Moreira. Pero lo más tierno que dijo el recién nombrado Fiscal Anticorrupción es que viene de un instituto “ciudadano”, en donde estuvo 7 años.
Seguramente Flores Mier será un funcionario de adorno, nada hará para que no le tiemble la mano cuando haya que perseguir a tanto corrupto que ha dado la política aldeana en la última década. Pero para justificar su generoso sueldo, el Fiscal Anticorrupción bien haría en investigar un caso de corrupción del pasado, por ejemplo, el caso del ex alcalde de Saltillo Eleazar Galindo Vara, que incluso fue encarcelado en 1990 por el mismo que lo puso en el puesto: Eliseo Mendoza Berrueto, acusado de malos manejos y corrupción. Este caso lo puede documentar con toda veracidad el Fiscal Anticorrupción, pues su padre (Jesús Flores) fue el tesorero de aquella fallida y corrupta administración municipal.
De todos modos, lo único que provocó el nombramiento de Jesús Homero Flores Mier entre los conocedores fue la carcajada colectiva. El Fiscal Anticorrupción sólo se puede ver como un chiste cruel. Jajajaja... |