Miscelánea
¿Recomendación o consigna?
José C. Serrano.
El pasado viernes 18 de agosto los medios informativos dieron a conocer el presupuesto que los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) autorizaron para financiar el proceso electoral en que se renuevan la presidencia de la República, el Senado y la Cámara de Diputados. Dicho instituto prevé asignar a los partidos y candidatos independientes 6 mil 788 millones de pesos. El monto anunciado indica que la partidocracia y sus afines no andarán cortos de dinero para la compra de votos.
El dispendio de recursos públicos en esta pantomima es un duro golpe a los bajos de los ciudadanos que constatan cada tres o seis años, que los sufragios depositados en las urnas no son garante de que a las instituciones lleguen las mejores mujeres y los mejores hombres nacidos en este país. Trienios y sexenios pasan y las condiciones de precariedad en la que vive la mayoría siguen igual y van para peor.
Aparejadas a esta fortuna para la partidocracia, el INE emite recomendaciones a medios de comunicación para cobertura del proceso electoral 2017-2018. A la vanguardia de esta especie de tablas de la ley aparece la dudosa promesa del consejero Benito Nacif que a la letra dice:”No corresponde al Instituto Nacional Electoral imponer a los medios de comunicación una forma de reportar las noticias”. ¿Lo dicho por este empleado bien remunerado debe tomarse como una autoexculpación anticipada?
El documento de marras llamado también lineamientos generales pretende no afectar la libertad de expresión y la libre manifestación de las ideas, pero se toma la atribución de hacer recomendaciones para la conducción de los noticiarios respecto de la información y difusión de las actividades de precampaña y campaña de los partidos políticos y de las candidaturas independientes durante el proceso electoral ya mencionado.
El consejero Marco Antonio Baños, también pretende venderle a la ciudadanía dicha patraña, garabateada por esta élite generosamente pagada: “Estos lineamientos no constituyen pautas coercitivas para los medios de comunicación, sino que deben ser entendidos como guías orientadoras que pretenden encauzar un comportamiento y de ninguna manera imponer una conducta”
Don Marco Antonio tocó una fibra muy sensible en el gremio de los informadores, cuando menciona que “el documento incluye recomendaciones sobre la equidad y la presencia en los programas que difunden noticias... la distinción entre hechos noticiosos y opiniones”. Develó el tamaño de la consigna con la cual se evitaría a toda costa la editorialización de una noticia, que es la médula de la información; es el espacio destinado al análisis, a la crítica, a la motivación para que la ciudadanía salga del letargo donde la tienen sumergida los lectores de boletines de prensa y comunicados oficiales.
Con tales lineamientos, los conductores de programas de radio y televisión están obligados a dar aviso a las audiencias cuando lo que dicen es un hecho noticioso y cuando es una opinión. Tal parece que las consejeras y consejeros electorales no conocen los límites de la estupidez. En fin, que sigan regodeándose en el autoengaño. |