El verdadero Javier Guerrero
Iván Nájera Agüero.
Oriundo de San Pedro, Coahuila. Javier Guerrero García no viene de una familia humilde como se le presenta a donde va, pues su padre era administrador de uno de los ranchos algodoneros de la comarca. Don Baltazar, fue hombre de horca y cuchillo.
El patriarca de los Guerrero García lo fue de varias familias, pues fue conocido su afecto por las damas; también visitó la cárcel en varias ocasiones acusado del robo de algodón. La economía familiar era bastante buena y eso es evidente en las oportunidades educativas de todos sus descendientes legítimos y en las innumerables propiedades familiares.
Javier Guerrero estudió en Torreón y rápidamente se incorporó en la política. Con el apoyo de caciques locales llegó a la presidencia municipal de su pueblo. En ese tiempo, campesinos del municipio denunciaron que Javier Guerrero García, presentó en reportes oficiales obras públicas terminadas cuando nunca se hicieron, todas con cargo al Sedesol que dirigía “su amigo” Carlos Rojas Gutiérrez. Los señalamientos ciudadanos, jamás fueron desmentidos.
Ese fue el primero de los 5 cargos que el PRI le confirió, convirtiéndolo en miembro de la exclusiva élite política del país. Lo anterior sin contar que dos veces ha sido secretario de estado en Coahuila y en no pocas ocasiones funcionario federal.
Al largarse de Coahuila, Javier Guerrero García, se llevó con él, una larga cadena de impunidad, latrocinio del patrimonio público, tráfico de influencias, desde que era alcalde de San Pedro de las Colonias.
Desde ese entonces, la carrera hacia la riqueza sin explicación de Javier Guerrero García, fue en ascenso.
En su primer encargo -Javier- mostró lealtad a su partido y se ganó la confianza de Carlos Salinas, quien desde entonces ha sido su jefe.
Tan sólo en el gobierno de Enrique Martínez y Martínez, donde fungió como tesorero estatal, Guerrero García incrementó sus bienes desmesuradamente, tanto al interior, como fuera del estado. Instalado en la secretaría de Finanzas, de inmediato, Guerrero García torció las leyes y evadió impuestos en un par de predios de San Pedro de las Colonias.
Al joven político se le encomendó desmontar el cardenismo en la comarca lagunera y lo hizo con gran eficacia. Su conocimiento de los grupos de izquierda -había formado parte de ellos- le permitió traicionarlos y delatarlos, así con total falta de respeto logro desmantelarlos.
Javier Guerrero García maneja en su vida una doble personalidad que le ha redituado. Un discurso de modestia y humildad y una realidad de opulencia (casas, ranchos, constructoras, obras de arte, viajes y buenos restaurantes). Se presenta como hombre de izquierda y posturas avanzadas, pero agasaja a los ricos y cuida sus intereses.
El ex candidato hasta hace muy poco se comportaba como el clásico burócrata priista y adulaba al presidente y gobernador en turno. Rubén Moreira era objeto de elogios. En varias ocasiones lo llenó de aplausos por sus políticas públicas. En especial por la controversial apertura del mandatario a los derechos de la comunidad gay. Recordemos que también hay una dualidad en ese tema y seguramente le resultó reconfortante una legislación de tanta avanzada.
El resultado de las elecciones en Coahuila es sabido. Lo que nadie esperaba es que el orgulloso Javier Guerrero terminara al servicio de Guillermo Anaya.
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