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el periodico de saltillo
Agosto 2017
Edición No. 342


Utopía

La cargada y los plutócratas honestos

Eduardo Ibarra Aguirre.

Una de las prácticas políticas tan recurrentes como deleznables, al parecer inherente al sistema político mexicano con todo y su longeva y contradictoria transición a la democracia desde 1978 hasta nuestros días, es la sexenal cargada alrededor y con el hombre o la mujer que cada actor político, agente económico y social percibe como el bueno para La Grande. La que formal e institucionalmente se definirá en las urnas el primer domingo de junio del próximo año, pero que aún no está claro si la mafia del poder -es decir, el grupo gobernante actual y sus antecesores, la partidocracia y los poderes fácticos, entre ellos la decisiva plutocracia-, se atreverá a reeditar el 6 de julio de 1988 o el 2 de julio de 2006, a un costo político y social sin precedente, pero éste es un tema para otra ocasión.

Para que esta execrable práctica del oportunismo político más ramplón convertido en ejercicio generalizado, se dé y reproduzca es preciso que los precandidatos presidenciales contemporicen con ella, coqueteen y hasta de plano la estimulen, como sucede ya con Andrés Manuel López Obrador directamente, no sólo en su valioso equipo político e intelectual.

De otra manera no es dable interpretar el guiño que envió AMLO por medio de Reforma y René Delgado (“el mejor periodista de México”) a Emilio Azcárraga III y Ricardo Salinas, como “empresarios honestos”, para hablar sólo de los dos poderosos grupos económicos que constituyen auténticas rémoras para cualquier cambio significativo en el statu quo mexicano.

Azcárraga Jean y sus socios fueron un factor muy influyente para que Felipe Calderón se apoderara de la Presidencia de la República con pésimas maneras y el apoyo de la comentocracia incluida en la nómina de Televisa y sus conductores estrellas, de los que ya se deshizo de varios por estar bajos en credibilidad.

La facciosa operación mediática la repitieron hace seis años para construir la candidatura de Enrique Peña Nieto, auxiliados por Televisión Azteca, de la que según Salinas Pliego (el socio principal), Raúl Salinas de Gortari (el “hermano incómodo” del “jefe de la mafia”) recibió 30 millones de dólares en préstamo “a la palabra”.

No, México no es un país de desmemoriados, como suponen los políticos y parecen actuar en consecuencia. De las enormes riquezas “hechas al amparo del poder público” (decía AMLO), como es característico del capitalismo mexicano de compadres, pasamos al descubrimiento de la condición de empresarios “honestos” de varias figuras estelares de la plutocracia, tan exitosa y rica que sorprende allende nuestras fronteras, donde vive el centenar de los dueños de la aldea global.

Si se trata de una estrategia el costo será altísimo para los que sufraguen por el de Macuspana, Tabasco, cruzando el logotipo de Morena. Lo será porque ningún apoyo de los hombres y las mujeres de las élites se obtiene gratis, todo lo contrario, se factura y habrá que pagarlo con contratos y concesiones que no beneficiarán a México.

En el caso de que estemos ante una estratagema de AMLO será imposible engañar a los dueños de México, que lo son entre otras cosas porque viven de realidades e intereses, no de sueños.

Salvo su mejor opinión, una de las maneras más eficaces de achatar los filos renovadores del proyecto reformista del obradorismo es sumando a sus enemigos históricos y presentes, sólo que la base social y el electorado terminen imponiendo su impronta y desaten una vigorosa fuerza transformadora.

@IbarraAguirreEd 

 
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