Elecciones Coahuila 2017: Risas y podredumbre que no acaban

JABA

Es de risa que el nuevo dirigente del PRI, Enrique Ochoa Reza (quien, por cierto, salió de PEMEX en medio de un escándalo por una desvergonzada liquidación) haya aparecido el pasado 25 de julio en compañía del representante del PRI ante el INE, Jorge Ramírez y del mismo Miguel Ángel Riquelme a decir que el INE se equivocó, que no publicó las normas relativas a los topes de campaña permitidas en el Diario Oficial de la Federación, lo que las vuelve ilegales.

Como se ha dado a conocer en el Informe de Fiscalización de la Unidad Técnica del INE, es causa de nulidad el rebase de gastos de campaña por más del 5% y que se gane y se pierda una elección por menos del 5%, como es el caso de Coahuila, donde Riquelme supuestamente ganó por una diferencia de 2.45.

Como ya se ve venir y en contra de pasadas predicciones de este periodista, se vuelve probable que el INE determine improcedentes las pasadas elecciones; hecho que ha sacado a la dirigencia del PRI a defender el resultado electoral. Ahora resulta que el partido, históricamente más transgresor (PRI) de los limites legales impuestos por las autoridades correspondientes exige un trabajo pulcro y a rajatabla haciendo uso de argucias y huecos en la ley; de ser así, ningún partido saldría bien librado.

El tope de gastos fue fijado por dicho órgano fue de 19.2 millones de pesos, y es muy divertido que:

· El PRI tiene registrado 18.9 mdp.
· El PAN haya registrado 17.1 mdp.

Chistosísimo que ambos partidos se hayan quedado a una morralla de rebasar los topes, como dando el ejemplo de un actuar intachable y respetuoso a las instituciones. Sin embargo, el INE está próximo a confirmar si los pagos a representantes de casilla pueden llegar a sumarle, al PRI 6 millones y 5 millones al PAN, por lo que ambos quedarían rebasados en gastos, lo que desemboca en una anulación automática, según los nuevos criterios.

Es hilarante que el dirigente, Ochoa Reza, salga a asumir un papel de víctima, haciendo uso de un resquicio en la ley para buscar anular la atribución del INE y el TRIFE de fiscalización de una elección plagada de irregularidades y envuelta en sospechosísimo.

Además de los rebases de campaña, ya se olvidaron de que hubo robo de urnas (7 unidades); de que el 23% de los paquetes electorales fueron entregados de forma irregular; de la sospechosa ausencia de funcionarios de casilla que simplemente desaparecieron el día de la elección, con pruebas contundentes de prebendas aplicadas por el mismo PRI para que desistieran de su función; denuncias de compro de votos fuera de las casillas; entregas de despensas, tinacos, acarreo; y un sinnúmero de violaciones.

Resulta agobiante que la dignidad ciudadana recaiga en el trabajo de un INE y TRIFE temerosos de hacer uso de sus respectivas atribuciones. Las pruebas dan para que esta elección ya haya sido anulada desde hace semanas, no obstante, aún queda esperar que se cumpla lo que tanto teme el PRI, como quedó demostrado con el citado comunicado de su dirigente nacional.

Puntos sobre la mesa para los ciudadanos:

1) Este proceso que no dejó satisfecho a nadie de la sociedad civil, nada más (por obvias razones) al PRI.

2) Hay que recordar que esta votación no superó en número a la anterior, llegando apenas por encima de la mitad, dejando testimonio de la descomunal despolitización de nuestro Estado.

3) Tener en foco la “inocencia” del OPLE (Organismo Público Electoral de Coahuila) local, con Gabriela de León Farías, novata del tema.

4) La certeza, legalidad y actuar intachable que los organismos electorales deben a los ciudadanos, si se busca una elección legítima en el 2018. No olvidemos que estas elecciones son un ensayo de lo que podemos esperar en las presidenciales del próximo año por parte del INE y TRIFE.