Miscelánea
Aurelio Nuño, el maestro bilingüe
José C. Serrano.
Francisco Labastida Ochoa fue candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la República para el período 2000-2006. El oriundo de Los Mochis, Sinaloa, nacido hace 75 años ha ocupado diversos cargos relevantes en la administración pública. También ha sido legislador en ambas Cámaras y gobernador de su estado natal.
En tierras zacatecanas, Pancho Labastida, como le ha gustado que le digan, realizaba sus actos proselitistas de manera muy peculiar. Su equipo de logística, encabezado por el jefe de campaña, seleccionaba los sitios más representativos de la región como escenarios que le permitieran sentirse en confianza para desmenuzar sus piezas retóricas.
Los concurrentes (acarreados dirían sus malquerientes) eran acomodados de tal manera que siempre miraran hacia una callejuela despejada. Trepado en un noble corcel, de rienda dócil, el sinaloense entraba a todo galope, rayando con los cascos del equino el terreno resquebrajado por la sequía. Esa treta lo gratificaba con aplausos y vivas de sus “seguidores”.
En esos parajes olvidados por el gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales, Pancho Labastida remataba sus discursos con promesas totalmente fuera de la realidad: ¡Inglés y computación para todos los niños de México! El economista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y posgraduado en una universidad chilena, no fue advertido de la existencia de comunidades que carecían y aún carecen del servicio de energía eléctrica, indispensable para conectar una computadora.
Los primeros días del mes de julio del año 2000 le fue comunicado que el voto del electorado no lo favorecía. Vicente Fox Quesada se alzó con el triunfo de tan chusca contienda. El grandulón de Guanajuato, aficionado a calzar botas de charol, aprovechaba cualquier resbalón del sinaloense para ridiculizarlo. Recurrentemente lo motejaba como “La Vestida”, una expresión insidiosa y homofóbica.
La “hombría” de Fox se desdibujó en aquel incidente diplomático ocurrido el mes de marzo de 2002 en Monterrey, Nuevo León. El esposo de la señora Martha había invitado tanto a Fidel Castro como a George W. Bush, mandatarios con posturas irreconciliables. La genialidad que se le ocurrió al entonces presidente de México para evitar que Fidel cuestionara al presidente gringo, un borrachín y flatulento engendro, quedó resumida en una frase que le dio la vuelta al mundo: “Comes y te vas”, un desaire grotesco al comandante Castro.
Don Francisco Garfias publicó el pasado sábado 15 de julio, en “El Arsenal”, su artículo “La moda Aurelio Nuño”. Destaca el director del diario digital la placeada que le están dando al titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), para que dé a conocer los logros de la Reforma Educativa. El maestro Nuño actúa como si supiera que él es el verdadero “delfín” del presidente Peña Nieto para la elección de 2018. En este periplo, el secretario de Educación presenta la Estrategia Nacional para Fortalecer la Enseñanza del Idioma Inglés. Hace 17 años que Pancho Labastida hizo esa misma promesa con el plus de la enseñanza de la computación. Las palabras se las llevó el viento.
Dice Nuño: “la primera generación de maestros normalistas bilingües o con alto dominio del inglés egresará en el ciclo escolar 2022-2023, mientras la meta para garantizar que todo alumno de educación básica y media superior sea bilingüe o trilingüe, para el caso de quienes hablan una lengua indígena, llevará al menos dos décadas”. Acompaña a Nuño Mayer en esta aventura de charlatanes el dócil dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Juan Díaz de la Torre, quien compromete la voluntad de sus agremiados a aceptar el reto planteado por la autoridad federal.
Una respuesta seria para la enseñanza-aprendizaje de cualquier idioma demanda el dominio de la gramática de la lengua materna. Es difícil comprender la arquitectura sintáctica del inglés o el alemán, por ejemplo, si se desconoce la estructura de la lengua propia. Don Carlos Prieto publicó en 2005 en el Fondo de Cultura Económica su libro “Cinco mil años de palabras. Comenta- rios sobre el origen, evolución, muerte y resu- rrección de algunas lenguas”. Sin ánimo de ofender a estos prodigiosos educadores, Aurelio Nuño Mayer y Juan Díaz de la Torre, les ayudaría mucho la lectura de este texto, y particularmente, el capítulo X. El inglés: de oscuro dialecto a lengua cuasi universal. Historia del inglés en seis actos.
Si el titular de la SEP sostiene que en dos décadas se alcanzaría la meta de la estrategia planteada, tendría el tiempo suficiente para inscribir como alumno principiante a su jefe, el primer semimonolingüe de México. El vocabulario de Enrique Peña Nieto no rebasa el centenar de palabras. Sus discursos son la prueba palmaria.
Bienvenido el inglés, pero sin sometimiento a las tentaciones neocolonialistas del vecino del norte. |