El que paga manda
Sócrates A. Campos Lemus.
Por supuesto que a muchos “izquierdistas” les molesta que se realicen las explicaciones y los análisis de autocrítica, no están acostumbrados a ello, prefieren los dogmas porque en su inocencia o en su analfabetismo político es mejor refugiarse en los dogmas que en los pensamientos y las ideas. Y así, proponiéndoselo o no, se convirtieron en los mercaderes de la soberanía nacional y solo se dedicaron a ver cómo se ocupaban y mantenían en los puestos y presupuestos no en buscar las fórmulas para realizar los cambios y luchar por la soberanía y por la justicia social, y es ahora que al paso del tiempo, de muy poco tiempo, la gente les da la espalda y prefiere brindar su apoyo a la derecha ante las lágrimas de cocodrilo de los “dirigentes” de la izquierda, o voltean en favor de AMLO. Así parecería que se cumplía aquello de que: “El incendiario de hoy se convierte en el bombero de mañana”.
No tengo la menor duda de que no hay “saber” que todo lo sepa y que todo lo pueda y transforme, hay saberes especializados en las cosas de la vida o en las cuestiones de la teoría, pero es real que hay muchos “sabios” que no pueden competir con los mecánicos en sus conocimientos reales y prácticos o con las personas que se encuentran en las cocinas haciendo los deliciosos platillos que comemos y no hay sabio que pueda competir con el conocimiento de un soldado o de un médico en la operación de un paciente o en su tratamiento, y es lo que sucede en la política, no hay político que lo sepa todo y nos hay especialistas todólogos…. Así que en las cuestiones del gobierno cuenta mucho más la sensibilidad y la experiencia que el conocimiento libresco de las teorías de la política y el gobierno.
Hace algunos años, escribíamos un tratado sobre la administración municipal con Juan Pablo Arreola y lo llevamos con un colmilludo político para que lo revisara. Le habíamos puesto mucho empeño y cuidamos todo, hasta contratamos a un experto en redacción y uno en el cuidado del estilo y cuando lo presentamos y lo leyó, dijo algo que no dejó fríos y paralizados: “Muy bonito, pero el viejo jerarca del partido no lo va a ver bien y al final de cuentas, él, tendrá que solicitar al gobernador o a los dirigentes políticos en cada zona su opinión sobre quién conviene más para tal o cual puesto político, éste, es un limpio análisis de la teoría que no sirve para la selección y el gobierno en los municipios”… y nos fuimos con el rabo entre las piernas y al tiempo entendimos lo que nos decía cuando tuvimos que aplicar los sistemas de administración en uno de los municipios y vimos que la realidad dejaba atrás a la teoría.
Una cosa es admirar el marco teórico y otra no ver la lucha permanente para gobernar y resolver los problemas del día a día, y en ese pragmatismo se olvidaron a los teóricos que marcaban las líneas de los horizontes en las utopías y todos nos perdimos en los lodazales del pragmatismo y en los intereses del poder para uno o para la organización y no para el servicio de los que votan por nosotros, y así se les engaña y decepciona, y en vez de creer más dan la espalda para marchar al otro lado. Los ciudadanos no andan esperando en entender la ideología o las teorías, quieren resolver sus problemas de empleo, de alimentos, de salud, de educación, de habitación y lo demás les vale, el que resuelva esto tiene su confianza y su voto, a menos que, como ahora, ante la decepción brutal de la política y de los partidos la gente en México quiere mantener la ilusión de que se podrá lograr el cambio y por ello voltea para ver a AMLO y desprecia todo lo que se diga en su contra, es más, lo que se hable en contra le ayuda porque ante la desconfianza a los otros se aumenta la confianza en él… y es que nadie podrá negar que durante más de 18 años no se ha rendido y ha recorrido palmo a palmo los sitios que no se conocen por los políticos tradicionales y menos se habla de las cosas que habla, cuando denuncia la ineficiencia, la corrupción, la falta de valores y la lógica del enriquecimiento con el que han llenado sus cuentas bancarias los políticos tradicionales de los demás partidos.
Cuando los mexicanos estamos cansados de ver la impunidad y la prepotencia y el escándalo y el cinismo de los políticos, AMLO anda en vehículos modestos o viaja en camiones o aviones en clase de turista y la gente lo ve y lo observa y podrán decir que nadie sabe de qué vive, pero la realidad es que de lo que sea, él, vive en la modestia y no el lujo ni en la abundancia como lo muestran los demás políticos cuando se retratan en las fiestas, en los trajes, en los vehículos o los restaurantes de lujo, y esto ya no lo perdonan los jodidos, porque estamos cansados de ver la impunidad con la que se manejan y operan los políticos y conocemos las cifras espantosas de lo que se han llevado como en el caso de los ex gobernadores que siguen causando sorpresa y enojo y escándalo ante su cinismo y prepotencia. Y a nadie importa que haya sido dirigente del PRI o que ahí se encuentren sus raíces, la gente quiere probar un cambio y este parece ser un buen momento para esto con un personaje que los políticos tradicionales tratan de descalificar, y entre más lo descalifiquen, más crece, si no lo creen, pregúntale a Fox.
La modernidad parece le ayuda porque la gente no confia en los medios de comunicación y se protege más con los datos y noticias que se esparcen en las redes y ahí nadie tiene más que él es una fuerza real, por ello el PAN, el PRI, el PRD y los demás partidos, cada vez que se tratan de promocionar pretenden utilizar los ataques contra su persona para llamar la atención, y lo que hacen es reforzar el interés de la gente por él, y ante ello, fortalecen su propia fuerza y valor… la teoría ya no importa, importa la publicidad y no hay más nadie tan publicitado por los suyos y los contrarios que AMLO, y esto es digno de tomarse en cuenta. Hasta los empresarios y los financieros han entendido que en este apoyo, el significado de ganar una elección presidencial no es la revolución, sino el continuismo, porque ahora, AMLO, le deberá el poder y la fuerza a los ricos no a los jodidos, y ellos, los que financiarán la compaña, son los que en verdad mandaran en el ejercicio del poder… No hay duda: El que paga, manda. |