Nuestra Señora del Refugio
Alfredo Velázquez Valle.
El pasado 4 de julio fue el día en que se celebra en la Iglesia Católica la imagen de Nuestra Señora del Refugio. También es día de celebración nacional en el país vecino del norte: Estados Unidos.
La primera de las fechas alude a una conmemoración religiosa que en nuestra nación tiene sus orígenes en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando misioneros jesuitas venidos del viejo continente nos traen esta imagen en su advocación de refugio de pecadores.
Llega esta primera imagen de la Virgen del Refugio al Convento de Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de Zacatecas. De ahí se difundirá hacia otras latitudes del noreste novohispano.
En adelante, una infinidad de pueblos fundados en estas latitudes tomarán a esta imagen como protectora; patrona que velará por los intereses de dichas comunidades.
Estas fiestas patronales tenían por virtud convocar, reunir, solidarizar y dar sentido de pertenencia a todas y cada una de las rancherías, pueblos y ciudades (grandes y pequeñas) que congregaban a sus habitantes y les daban algo que ejercía el efecto de argamasa, de pegamento y que llamaremos “identidad”. Antonio Gramsci dirá que el catolicismo democrático: amalgama, ordena y vivifíca… (Verdera, 2017)
Sí, dicha identidad nos hacía sentir que pertenecíamos a algo que trascendía los propios muros de nuestras casas; algo que iba a lo público, a las calles, a las plazas y que cada año refrendaba dicho sentimiento la fiesta del santo patrono.
En Saltillo, su municipio, existe aún un poblado que en sus inicios, mediado el siglo XIX, debió de ser más dinámico que hoy y que aún conserva el nombre de ranchería de San José del Refugio.
Pues bien, aunque con ser una celebración religiosa y dar nota sobre el poder -generalmente enajenante- que la iglesia católica ejercía sobre el resto de la población mexicana, estas celebraciones tenían la particularidad de convocar y dar identidad y sentido de comunidad que preservaba y fortalecía lazos que guardaban bien ciertos valores, algunas tradiciones y costumbres que al día de hoy han desaparecido sin más.
La celebración en Estados Unidos
La otra celebración, la que tiene que ver con la independencia de los Estados Unidos, ha de servirnos de referente para contrastar lo que un mismo día puede decirnos.
Nación con vocación de imperio, los Estados Unidos ha llevado a cabo, desde su nacimiento mismo, una agresiva política económica que ha tenido como uno de sus ejes centrales y en torno al cual gira toda la imponente maquinaria de guerra de este país, la pulverización de las naciones de allende el Río Bravo, o del Norte como ellos le nombran.
Desdibujar, borrar o desaparecer identidades (en no pocos sentidos) es condición sine qua non para la expansión de capitales que exporta este país a nuestras naciones nuevamente colonizadas bajo el signo del consumo (sinónimo de irracionalidad), de nuestras vidas a través de la mercancía.
Hoy, Coca Cola, Ford, Nike, Apple o Monsanto se han convertido en los nuevos patronos no ya de pueblos, comunidades o regiones. Son verdaderos ídolos con vocación universal, del orbe todo y en donde los santitos antiguos han quedado sustancialmente derrotados y desterrados de la mente de las masas de gente cuya atención gira sobre sus propios pies sin gramo alguno de sensibilidad por el “otro”; sin sentido de solidaridad con una comunidad por otra parte ya inexistente.
Hoy el consumo de Coca Cola compite con otra imagen, la selfie, por acaparar-complementar la atención del objeto (más que sujeto) de por sí ya colonizado por este mundo donde lo virtual tecnológico ha desplazado a lo virtual religioso.
Tocará en otro momento la crítica de los elementos que constituyen lo que pudiera llegar a nombrarse “elementos” positivos de esta nueva realidad de la era tecnológica; terrible por lo letal que ha resultado ser en manos de quien las están usando en perjuicio del hombre y del medio que le sustenta.
El 4 de julio fue el día de la Virgen del Refugio y quien quede aún vivo en las antiguas comunidades y rancherías del noreste mexicano festejaron en común la festividad patronal de la venerable imagen (como nuestro San José del Refugio), en un ya común y no por ello desconcertante (cuando no deprimente) sincretismo, donde el “refugium pecatorum ora pro nobis” será acompañado por otro no epígrafe, verdadera puerta al infierno de las enfermedades: “toma Coca Cola, la chispa de la vida.”
En fin, como dice el viejo dicho popular:
A Dios rogando y Coca Cola tomando…
Bibliografía:
Verdera, H. A. (10 de julio de 2017). https://www.revistalarazonhistorica.com/11-5/.
Obtenido de https://www.revistalarazonhistorica.com/11-5/: https://www.revistalarazonhistorica.com/11-5/
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