Sociedad en disyuntiva
Luis Fernando Hernández González.
Los habitantes del país trascurren en su vida por un gran ambiente de incertidumbre en disyuntiva, cuando los militantes del PAN asumen actitudes altaneras y soberbias; los militantes de Morena aprovechan todo tipo de circunstancias para denostar y descalificar a la autoridad gubernamental del nivel que sea; por su parte los del PRI buscan conciliar intereses entre aquellos que se consideran herederos de la vieja guardia y aquellos que con una actitud modernizadora pretenden ubicarlo como alternativa opcional electoral para 2018.
La suerte de los mexicanos como sociedad la buscamos en un billete de lotería para que las cosas personales nos cambien y nos hagan personas de fortuna, o en una especie costumbrista de nuestra misma sociedad cuando para algo aventamos la moneda al aire y nos jugamos la suerte en un volado, y ambas cosas debemos de razonarlas no nos conducen a nada, eso es lo que las más de la veces hacemos una vez que el tiempo ha trascurrido de una administración sexenal, esperamos con impaciencia al nuevo Tlatoani para que venga y saque al país -como por arte de magia- del atraso, la pobreza, la marginalidad y el subdesarrollo.
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Poco meditamos en el quiénes somos y de que estamos hechos, como también cuál es nuestro comportamiento; cuales son nuestras fortalezas y que deficiencias tenemos; cuáles son nuestras debilidades tanto estructurales, como aquellas que nos limitan para hacer de nuestra sociedad una entidad de alta eficiencia, responsable y de desarrollo sustentable, la cual generalmente nos debe de motivar y unificar. Desviando nuestra atención por el discurso chafa y de desahogo que insulta, impugna, descalifica y genera agravio entre adversarios en los distintos terrenos del quehacer humano, poco -por no decir nada- hacemos para configurar los elementos geo referenciales de nuestras condiciones estadísticas de divergencia, falta de oportunidades para el desarrollo, en lo que implica la salud, la educación, el empleo, el ingreso, la seguridad y cada una de las circunstancias tanto habitacionales como urbanísticas para un desarrollo pleno que busca la sociedad.
Deseamos la superación de nuestra sociedad pero sólo en el discurso momentáneo, o sea de los dientes para afuera, sin crear conciencia de lo privado y de lo público, es decir de lo personal o familiar y de lo correspondiente a nuestra vida comunitaria y a la misma responsabilidad social de la cual somos parte, pero que generalmente desatendemos, por ser cuestiones y causas de la política y de la autoridad que para eso son electos, esa es nuestra respuesta ligera como mexicanos.
Hoy nos debemos preguntar como sociedad ¿Cuál es el México que buscamos, deseamos, proyectamos, queremos, imaginamos, dilucidamos?, pero antes de responder a todo ello, debemos de explicarnos a nosotros mismos, sobre aquellas cosas que estemos dispuestos a hacer y contribuir para lograr el fin que perseguimos como nación y que demanda como respuesta la sociedad.
La actitud deliberativa y programática en la que están ocupados los diferentes partidos políticos del país, así como sus respectivos dirigentes y actores de mayor renombre, hacen de nuestra vida social caer a una situación natural de contradicción y antagonismo, de estímulos cualitativos, dejando sin espacio para el análisis a los aspectos cuantitativos, que son los que al final son determinantes para el crecimiento o el atraso de nuestra nación.
Se alejan del sentir incierto del grueso de la sociedad, avocándose sólo a la búsqueda del personaje de la vida participativa pública, social o partidaria que cuenta con las mayores cualidades y atributos para encabezar su plataforma electoral, y así ofertará a la opinión popular el contar con atributos de talento que le permitan inspirar la confianza electoral para desempeñar con elementos de eficiencia objetiva la candidatura a la presidencia de la república, como posible éxito electoral que estará en disputa el año entrante.
Los distintos partidos políticos de México, conjuntamente con sus planes y estrategas ideológicos en estos momentos están inmersos en la configuración de sus plataformas como propuestas para el año venidero de 2018, en donde esperan con ello la mejor oferta de atracción para los más de 45 millones de mexicanos que tendrán la oportunidad de manifestar su simpatía electoral para elegir al próximo Presidente de la República y a la vez con ello, impulsar el proyecto de nación acorde a su interés y metas, promoviendo con ello la inspiración de su proyecto de nación.
Surgen como consecuencia de todo ello aspirantes que se consideran con derechos para su nominación como lo es Margarita Zavala de Calderón, Ricardo Anaya Cortés y Rafael Moreno Valle Rosas por el PAN; Andrés Manuel López Obrador como único aspirante de Morena; por el PRI José Narro Robles, Miguel Osorio Chong, Aurelio Nuño Mayer, Luis Videgaray Caso, José Antonio Meade Kuribreña, Manlio Fabio Beltrones Rivera y Enrique de Lamadrid Cordero, personajes políticos que representan distintas alternativas de visión de estado como disyuntiva para el desarrollo nacional del país. |