Son ratas y corruptos, no pendejos
Sócrates A. Campos Lemus.
Hay mi Dios, en verdad que no tenemos vergüenza, porque cuando queremos que no se conozcan las cosas se comienzan a inventar pendejadas: que si en Tláhuac no hay un cártel, que este grupo es de puros ñeros de colonias jodidas y zonas donde se consume y no se comercializa a los Estados Unidos, que pueden tener muchas armas y matar o asesinar como les dé la gana pero esto no los define como cártel del narcotráfico, pues son puros ñeros de colonia, que si controlan muchas gentes y tienen negocios con los mototaxistas a los que pagan dos mil pesos por semana para que estén alertas, en las vivas, para que sean los ojos que todo lo ven y por medio de los cuales se conocen lo que se compra y se vende y de cómo controlan a las otras bandas, no los define como cártel, pues a lo mejor no, pero la neta es que son un chingo y son criminales, narcotraficantes, cobran impuestos por derechos de piso, trafican y protegen a los viciosos y generan más vicio en más de siete colonias y compiten con el grupo de Tepito y tienen suficiente dinero y gentes para promover a los políticos a sus puestos y tener el control de la zona…
A lo mejor los combatieron porque no forman parte del grupo mafioso del poder y de la ciudad. Nadie quiere competencia en su negocio, y así, mejor, utilizaron a los marinos que son como agentes gringos que sólo miran y matan para que después averigüen. Total, nadie podrá reclamar por los muertos cuando se les califica de mafiosos y narcotraficantes y lo son… pero hay más razones políticas para hacer un gran escándalo… allá por el año del 2004 en terrenos de la delegación Tláhuac, en San Juan Ixtayopan se generó un enorme escándalo ya que un grupo azuzado por taxistas y mototaxistas que cubrían la zona en favor de las autoridades de la capital y obedecían directamente al entonces jefe de la policía que tuvo que renunciar por los linchamientos: Marcelo Ebrad, cuando se supo que no eran comeniños ni robachicos, sino policías federales que estaban “encubiertos tan a lo pendejo” que les descubrieron y asesinaron en un linchamiento, y el jefe de la policía en Tláhuac, era nada menos que Rigoberto Salgado que es el delegado de Morena al que ahora se acusa de estar protegiendo y ligado a la banda comandada por “El Ojos”, Felipe de Jesús Pérez, y éste y sus hermanos, lograron construir un imperio de grupos: mototaxistas y taxistas que se supone están ligados a la banda de narcotrafi- cantes comandada por “El Ojos” y que, además de todo, mantienen un enorme control político porque se sostienen en el cobro de derechos de piso y de mantener a la población aterrorizada y horrorizada como ahora se va conociendo del tema.
Así que desde el 2004 hasta el 2017, trece años después se sabe que el control de Morena no es tal, político, sino que está ligado a un grupo del narcotráfico y es por ello que ahora, Marcelo Ebrad, tendría que dar muchas respuestas sobre éste y otros temas incluyendo la muerte de Colosio y otros desfalcos y corruptelas que han fortalecido su enorme fortuna y poder… Así que viendo las cosas de tal modo vale madre, diría el Tío Lolo, que se clasifique a este grupo como cártel o como grupo de ñeros de colonia jodida…
Por supuesto que los escándalos persiguen al pejelagarto: Andrés Manuel López Obrador, y nadie podrá desconocer que su jefe jefe además de Manuel Camacho Solís, era Marcelo Ebrad, y que ahora lo espera con los brazos abiertos para que sea el guía intelectual de su movimiento y es que debe ser decepcionante que muchos de los que se han jodido y cargado con los descréditos y la talacha, ahora, sean desplazados, porque llegan los júniors que tienen el dinero y saben usarlo para mantener el poder: “político pobre es un pobre político” y en la derecha o la izquierda se requiere dinero para dar la pelea, y por esa razón, ahora, se reparten puestos y presupuestos así como obras y negocios antes de que se puedan comer el pastel.
A unos les gusta el poder y se quedan con Manuel y los otros se empachan de negocios y se quedan con Marcelo y los ricachones a los que tanto odia el pejelagarto de tal suerte que pareciera que está luchando por emparejarse para que nadie lo mire de lado ni de arriba para abajo. Poder político sin dinero es medio poder y medio poder no asienta las dos nalgas en la silla de la “felicidad”… y, de muchas cosas se podrá acusar al pejelagarto, pero hay que reconocerle que sabe ser fiel con sus cuates que le dieron las primeras oportunidades en la capital que le ha sido útil para dar el brinco a la “grande”.
Así que si en Tláhuac hay mafia mayor o son ñeros de colonia, no importa, lo que importa es la enorme cantidad de fuerza real para combatir en cualquier terreno, incluso el armado, y de las fortunas que seguramente se han agenciado muchos de los operadores políticos del grupo de MORENA, y si se trata de escándalos, está totalmente comprobado que cualquier acusación en contra del pejelagarto solamente le sirve para hacerlo crecer, porque los que le acusan están peor que el acusado, así que deberían pedirle a Fox que se calle y a los otros que no hablen, incluyendo al presidente, que si bien trae el copete bien peinado en los traseros no anda muy limpio con los escándalos de la Casa Blanca y los negocios con las empresas consentidas de los políticos mexicanos, y ahora, el hoyo, el socavón, no el de atrás, sino el de enfrente que se abrió en Cuernavaca, se le carga a él, cuando los responsables andan por Puebla y son de Oaxaca, pero como son intocables por ser socios de los políticos grandes, pues se apechugará una mancha más al tigre, porque Gabino Cué y Jorge “El Coco” Castillo, también tienen buenas relaciones políticas y financieras con el grupo de Andrés Manuel, y por tanto, son intocables, por eso juegan con dos bolas: las de MORENA y las del PAN… si son ratas y corruptos, no pendejos … |