La Gran Alianza del 2018 vs AMLO

Iván Nájera.

La pregunta que recorre, como un escalofrío, las sedes nacionales de los partidos políticos en México es: ¿Quién puede ganarle a López Obrador en la elección presidencial del 2018? El otro día Margarita Zavala dijo que ella es la única que puede hacerlo. La declaración de Zavala muestra un flanco positivo, el planteamiento de que lo que se tiene que buscar no solamente son candidatos de los diferentes partidos, sino específicamente alguien que pueda vencer al tabasqueño. El otro flanco, el negativo, es que ella supone que puede repetir lo hecho por su esposo, Felipe Calderón, en el 2006, o sea ganarle aunque sea por un puñado de votos.

¿Habrá que reciclar la estrategia del voto útil que puso en marcha en esa elección la dupla Calderón-Gordillo? Para nadie es un secreto que la maestra operó con varios gobernadores del tricolor para que en sus estados dirigieran el voto hacia Calderón, pues el candidato del PRI, Roberto Madrazo, archienemigo de Gordillo, se había desfondado. Fue un éxito. Alguno de los gobernadores admitió después, entre cínico y abochornado, que se había “sobregirado”. Ese caso de voto útil involucró a panistas y priistas, algo que casi nunca se ve. Hay que decirlo: sin la promoción de voto de varios gobernadores del PRI, el panista Calderón habría sido derrotado. Los votos panistas no le habrían alcanzado. Fue, de hecho, una alianza PRI-PAN.

El haber ganado el Estado de México hubiera logrado de aquí al próximo año echar abajo toda la vieja maquinaria del PRI. Un golpe mortal para el PRI que lo mandaría a cuidados intensivos con pocas posibilidades de recuperarse y volver a ser lo que Peña Nieto intentó hacer que fue regresar al Partido-Estado.

En 2018, con Osorio Chong, Meade, Narro, Nuño o cualquier otro candidato, el PRI buscará remover los viejos lodos salinistas de 1988 y regresar a México a las épocas del fraude electoral, del conteo de votos sospechoso, de la manipulación de cifras, como se vio en el Edomex y en Coahuila.

El PRI, con el candidato que sea, ya nos enseñó los colmillos y las garras: en 2018 también se intentará comprar la elección bajo la etiqueta de una “Elección de Estado”, que en la próxima presidencial cobrará más fuerza y significado que nunca.

Morena con la declinación del Partido del Trabajo amarró una alianza para el próximo año lo que permitirá al PT sobrevivir un sexenio más con posibilidades de ser el Partido Verde de Morena. Situación que en nada molesta al partido de Beto Anaya.

Movimiento Ciudadano parece que se la va a jugar solo envalentonado con la posibilidad de que ahora sí, Enrique Alfaro gane la gubernatura, el problema es que dicho partido no pinta en otros estados salvo en Nuevo León, Tamaulipas y Jalisco. De allí en fuera apenas llega al 2 o 3%. Dante Delgado dueño de la franquicia-Partido bien puede negociar con el PRI, PAN o PRD e ir solo en Jalisco, esa también es otra posibilidad.

El que está en una posición muy lamentable es el PRD que se ha desdibujado en cada estado donde ha ido en alianza con el PAN y parece que es una posibilidad el aliarse con Acción Nacional en la presidencial con la posibilidad de que este partido siga absorbiéndole militantes al partido del sol azteca.

El panista Javier Lozano lanzó un comentario para ver qué tanto ruido hacía y cómo lo tomaban los actores políticos involucrados. El comentario fue “Que con el fin de detener a López Obrador se debería considerar hacer alianza con la mayor cantidad de partidos incluyendo al PRI”. Ante esto ningún dirigente del PRD, PAN o PRI hizo algún comentario, que de ser posible, lo interesante cómo reaccionarían todos los ciudadanos cansados de los malos gobiernos y que al día hoy ven a MORENA como el partido de oposición.

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