De suspirantes y aspirantes a Los Pinos

Eduardo Ibarra Aguirre.

Ricardo Anaya y Juan Zepeda lideran las preferencias entre los panistas, el primero, y los perredistas, el segundo, para ser los abanderados de Acción Nacional y de la Revolución Democrática, respectivamente, a la Presidencia de la República para el primer domingo de junio del próximo año. En el caso del Revolucionario Institucional la distancia de Miguel Ángel Osorio respecto de Eruviel Ávila es enorme, de 36 frente a 7 por ciento del gobernador mexiquense. Los amigos del presidente ni siquiera pintan dentro de su partido, Luis Videgaray tiene 4 por ciento y Aurelio Nuño 1 por ciento.

Lo cierto es que en el partido del presidente y en el gobierno tan vital asunto en sus 88 años de vida nunca lo decidió la mayoría de los priistas, sino el presidente de México, otros factores de poder, la infaltable plutocracia local y con la anuencia de la Casa Blanca, ahora muy desacreditada por Donald Trump.

Tampoco fuera de las filas tricolores les va bien a los consentidos presidenciales, pues tienen los mismos porcentajes de apoyo ciudadano, y Osorio Chong cuenta con 16 por ciento, si nos guiamos por la reciente encuesta del periódico El Financiero.

Ricardo Anaya tiene 16 por ciento de respaldo en la población y Margarita Zavala, la esposa de Felipe Calderón, 19 por ciento. Aunque la señora festejó que está a “dos puntos de Andrés Manuel López Obrador sin 2 millones de spots”. Falso o no, su mayor rémora es el señor salud, quien insiste en aparecer como su promotor, cuando más de la tercera parte de la ciudadanía considera que en 2006 “se robó la Presidencia”, con el invaluable auxilio del Tribunal Electoral y los altos mandos del Ejército y la Marina.

El hecho es que por primera ocasión Anaya Cortés arrebató el liderazgo en las preferencias panistas a Zavala Gómez del Campo con 31 por ciento, mientras que la señora que las encabezaba desde 2016, retrocede al 21 por ciento. Los encuestadores no aciertan a presentar los por qués debido a que el sondeo “no tiene los elementos para saber a qué atribuir esta caída”, pero se da luego de las críticas de Zavala al presidente de su partido por los resultados electorales del 4 de junio y el inicio de la gira de la también exdiputada. El activismo de Calderón Hinojosa es un factor a valorar.

En el caso de Zepeda Hernández -el “fenómeno político” en el estado de México, de acuerdo a la comentocracia que auspició el triunfo de Alfredo del Mazo III-, no tiene efectos prácticos que no sea obtener una senaduría para que este derrochador de dinero ajenocomo denunciaron sus compañeros de partido y a la vez competidores por la candidatura a gobernador-, siga medrando de la política.

Para empezar la corriente hegemónica del PRD, Nueva Izquierda, votó por un candidato ciudadano presidencial para el “frente amplio democrático”, en el cual cabe Miguel Ángel Mancera y el gran presupuesto de la Ciudad de México que administra, y con el que se coloca en 22 por ciento de preferencia ciudadana, frente a 16 por ciento de Zepeda.

Concluyo con esta revelación del columnista Jesús Delgado Guerrero en el número 348 de Forum: “(…) nadie ha explicado nada de esos 300 millones de pesos que recibió Nezahualcóyotl de Banobras cuando Juan Zepeda y Alfredo del Mazo eran alcalde y titular, respectivamente, y que no figuran en la cuenta pública municipal como pasivos, aunque sí en la página de adeudos municipales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, un capítulo de ‘prestidigitación política’ en menoscabo de los impuestos ciudadanos”.

@IbarraAguirreEd