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el periodico de saltillo

Octubre 2017

Edición No. 344


Federico Berrueto Ramón:
Icono en la vida política de Coahuila

 

“Era una flama al viento…”


Luis Fernando Hernández González.

Recordar los signos distintivos de un hombre es rescatar de los mismos los pasajes más extraordinarios de su existencia , es incursionar en sus condiciones de realidad volviendo atrás las páginas de la historia para reconstruir su espacio, su tiempo y sus circunstancias, es hacer una síntesis sinóptica de hechos que nos ayuden a revelar las apreciaciones que dieron forma a su actitud, carácter y personalidad, es también incursionar de manera indagatoria sobre las distintas condiciones que fraguaron su entorno familiar, social y comunitario, para de esta forma extractar el perfil sobre el que basa su individualidad existencial y su paso por lo que hoy todos conocemos como vida

Es la pasada fecha 2 de octubre cuando la militancia de su partido rememora su legado y lo lleva a la lista de honor que constituyen su orgullo a este gran hombre reconocemos a uno de los hombres que hiciera de su existencia y de sus acciones un claro ejemplo de carácter, formación, vocación de servicio y congruencia ideológica, que puso al servicio de sus coterráneos, sus alumnos y su colectividad social, convirtiendo sus pasiones , en una praxis que diera sentido y rumbo a una sólida aplicación en la academia profesional; a una sociedad superior y de avanzada; a un estado y a una república de mayor dignidad en su autoridad y de más amplia soberanía en el universo de las naciones.

Sus biógrafos describen su extraordinaria personalidad, ejemplificándonos variados y distintos detalles que hacen de su conocimiento un cantera rica y abundante de pasajes y vivencias, situaciones por las que él hubo de transcurrir para cristalizar sus empeños, su formación y sus esperanzas, de ahí el por qué cuando uno lee sus memorias del maestro Berrueto Ramón, sus páginas lo invitan a uno a realizar un viaje retrospectivo y fascinante por ese México de ayer y de su gente, lleno de afanes en su realización, de pretensiones y convicciones legítimas por alcanzar un espacio y un lugar dentro del tejido integral que configura nuestra sociedad coahuilense. Sintetizándose en él, el noble calificativo de ser un hombre de amplia voluntad, de energía y de una cultura digna de ejemplo.

Díganme ustedes si no es así estimado público que me escuchan, cuándo en su insipiente edad en su niñez, conocedor de los detalles y necesidades familiares colabora en las tareas laborales para aportar recursos que den aliento al sostenimiento de su hogar, desempeñando actividades que le ennoblecen a su tierna edad, lo mismo en el comercio con su abuelo, que extrayendo como jornalero los pedruscos minerales en las minas de carbón, de igual forma son ilustrativos sus desempeños como labriego cultivando con esfuerzo las bondades de la tierra.

Con impecable exactitud narra las fases cronológicas de su vida quien fuera primero su alumno y después su amigo en experiencias profesionales el maestro José Santos Valdez, quien mediante un ameno y cordial relato nos lleva a conocer con puntualidad y detalle la formación y logros obtenidos por nuestro hoy homenajeado el Maestro Federico Berrueto Ramón.

Recordemos que sus años infantiles, transcurren en el fragor de inicios de lo que fue nuestra Revolución Mexicana, en donde las familias buscando mejores condiciones de vida se trasladaban de un punto a otro, situación que sucede con la familia Berrueto Ramón, que se asienta en San Felipe municipio de Juárez en el estado de Coahuila, pasando después a Agujita, en Palaú, en Lampacitos, en Sabinas y en Nava, en donde el padre don Eliseo Berrueto, dedicado a la minería y su abuelo Don Plácido dedicado a la agricultura, éste último crea el comité particular agrario en donde nuestro homenajeado es quién escribe el acta de dicho comité quedando sumamente impresionado de la explotación que eran objeto los hombres del campo, tiempo atrás al acudir con su padre a las reuniones de las juntas mineras, al escuchar las condiciones en que los tenían las empresas, asimila las angustias de las masas trabajadoras, huella que cala hondo en su espíritu y que marcaría la ruta de justicia que seguiría en toda su existencia .

Las experiencias de su familia le hicieron madurar en época temprana, al ser un adolescente que conocía de problemas, como todo joven que desea superarse, finca sus aspiraciones en su formación académica, buscando estudiar en la Normal de Saltillo, pero la traición y usurpación del cuartelazo huertista produjo el cierre por un tiempo del prestigiado plantel, por lo que fue hasta 1916 cuando dicha institución reabre sus puertas. “Es el estudiante fronterizo quien ha vivido entre mineros, artesanos y campesinos, que ha participado de sus luchas; que había hecho una primaria brillante y ha ganado un poco de pan para los suyos, llega con un poco de retraso por azares de la Revolución a las aulas normalistas”. Escribiría el maestro José Santos Valdez, más todo esto hace poseer a Berrueto Ramón, un caudal de experiencia que unido a su mente despierta y a sus inquietudes, lo hacen que pronto destaque entre el grupo estudiantil.

Conoce en esos tiempos al diputado Aureliano J. Mijares, cultivando una gran amistad y recibiendo de él una señalada influencia ideológica que le permite consolidar sus principios y valores, dentro de su ideario progresista y liberal, que pondría en práctica durante el trascurso de su vida.

En sus períodos vacacionales Berrueto Ramón, marchaba a la casa de sus padres a quienes ayudaba económicamente trabajando como ya se ha dicho en empresas mineras, y colaborando con las organizaciones sindicales, lo que haría ya más destacadamente al egresar de la Normal y ser un partícipe en la lucha social y en actividades políticas .

Su experiencia docente la inicia como profesor de primaria en 1921 y ser nombrado sub-director de la escuela Miguel López en Saltillo, su activismo político en defensa de su apreciado maestro Don Apolonio M. Avilés, quien es depuesto como director de la Normal responsabilizan al joven Berrueto de organizar en una huelga a los alumnos del plantel, situación que hace abandonar la ciudad de Saltillo y trasladarse a la ciudad de México, sucediendo que en ese mismo año se crea la Confederación de Obreros Mexicanos CROM y la creación del Partido Laborista Mexicano , organizaciones que por entonces eran fuerzas prominentes en el campo progresista de la república. Por encargo del Comité Nacional de Partido del cual era miembro lo envían nuevamente a Saltillo en delicada comisión para organizar a los grupos que luchaban en contra del gobernador de la entidad, el resultado fue su detención y encarcelamiento, libre de ésta situación regresa a la capital de la república en donde establece amistad con el General Heriberto Jara. Por muchos años nos diría militamos en la CROM en donde conocí a valiosos y valerosos líderes obreros de quien también recibiría lecciones de compromiso social y de lucha por las causas laborales.

En 1923, caído el General Arnulfo González del gobierno, vuelve a Coahuila y el nuevo Director de Educación Prof.. Candor Guajardo, lo designa Srio, de la Dirección y lo lleva como maestro a la Normal del Estado, impartiendo la cátedra de Literatura y Civismo. “Federico nos dice José Santos Valdez, tenía apenas 23 años de edad, frente a grupo no se limitó a ser un brillante y ameno expositor, ligó la cátedra con los problemas vivos de los alumnos del estado, de la nación y del mundo.

No cerró a los muchachos en la torre de cristal del solo saber que dan los libros, abrió las puertas y ventanas del aula para que, por ellas, entrara la vida con sus complejos y difíciles problemas. Con Federico, continua diciéndonos Santos Valdez, se podía preguntar y en el aula se discutían y exponían los más variados puntos de vista para enriquecer el conocimiento, analizándose los vivos problemas de la vida, de la nación del estado, del mundo y los problemas de la sociedad, de los hombres del campo y de los que tenían los obreros en sus fábricas.

Basta es la experiencia que por su cultura y educación despliega a favor de la educación el maestro Federico Berrueto Ramón en donde una de sus reflexiones, nos definen con precisión sus preocupaciones de docente “¿por qué si el estado interviene para cuidar la salud orgánica, con permanente vigilancia de buena calidad de toda clase de alimentos ¿por qué, repito no interviene para cuidar la salud mental, desterrando cuanto pueda dañarla en el orden moral, en el estético y en lo científico? . . . veamos lo que ocurre en nuestra juventud y observemos en que, en las decisiones de conducta, han influido en cine, la prensa, las publicaciones, la radio y ahora, la televisión, como medios masivos de la comunicación”.

Como educador sus aportaciones inherentes a la psicología busca la aplicación de la misma para vigorizar las ciencias educativas, fortaleciéndolas en su contenido e interpretación, incorpora de igual manera las disciplinas sociales para un mayor conocimiento del individuo y sus circunstancias, impulsa él también que en el ramo educativo necesariamente la formación debería de apoyarse en las ciencias de la naturaleza. Sus inquietudes por crear y generar una educación de avanzada llo hacen asumir una actitud crítica y revolucionaria en cuanto al plan de estudios del normalismo. Así se introduciría las ciencias de la educación, como sustentación teórica de la pedagogía, la sociología general, la psicología aplicada a la educación, la filosofía de la educación, la psicotécnica, la higiene escolar y de la adolescencia , la diversificación de las actividades manuales, enfatizando su carácter estrictamente educativo sin descuidar su finalidad de carácter productivo. En sus aportaciones al estudio de la realidad mexicana, se incorporaría al plan de estudios los problemas económicos y sociales de México y la historia de la Revolución Mexicana: en el orden de las tecnologías de la enseñanza, la metodología general y la aplicada, serían sustituidos por la didáctica general y las técnicas de la enseñanza y del trabajo escolar.

En el ámbito de la cultura general, se apuntaría la literatura española, la literatura iberoamericana, la literatura mexicana y la historia del arte. En el campo filosófico tendría un lugar importante la teoría del conocimiento o epistemología, la historia de la filosofía, la ética y la estética.

Aquella revolución pedagógica que inició el maestro Berrueto Ramón al lado del maestro Candor Guajardo continuaría a través del tiempo, se proyectaría vigorosamente con el maestro Carlos Espinosa; aquella revolución se enriquecieron con las aportaciones de un eminente educador mi inolvidable y respetable amigo Don Rafael Ramírez, quien dirigía el movimiento mas importante de nuestra historia educativa con las corrientes de orden estrictamente pedagógico con las aportaciones de índole psicológico.

La vida de éste ilustre coahuilense se apaga en enero de 1980, siendo presidente del Colegio Coahuilense de Investigaciones Históricas, y sus restos descansando en la Rotonda de Coahuilenses Distinguidos, cabe recordar en este momento a ustedes que su obra educativa, social, política y literaria la recibimos como una herencia valiosa que como personas deberemos de difundir e inculcar a las nuevas generaciones para el conocimiento de los grandes hombres de Coahuila como lo fue el maestro Federico Berrueto Ramón.
En los distintos círculos en que él, interactúa es reconocida su solvencia de

honorabilidad, su ética y su aprecio intelectual, lo mismo en el aspecto educativo, en el político, en el literario, en la cultura y en la historia, su configuración intelectual y preparación lo hacen ser de dimensiones y talla universal reconocida por Don Leopoldo Villarreal Cárdenas,Don Rubén Moreira Cobos, Don Andres Osuna Hinojosa, Don José Rodríguez Galicia, Don Agustín Yáñez, Don Víctor Bravo Ahuja, el poeta León Felipe, Don Héctor Mayagoitia, Don AlfredoB. Bonfil, Don Mauricio Magdaleno, Don Salvador Azuela, Don Jaime Torres Bodet y de políticos como Don Gustavo Díaz Ordaz, Don Luis Echeverría Álvarez, Don Antonio Carrillo Flores, Don Antonio Ortiz Mena, Don Emilio Martínez Manatou, DonRafael Moreno Valle, Don Román Cepeda Valdez, Don Eulalio Gutiérrez Treviño, Don Oscar Flores Tapia, entre muchos otros.

Los avatares por los que tránsito en la vida el Maestro Berrueto no fueron sencillos mucho menos fáciles , como le sucede a muchas gentes en el mundo, pero supo confrontarlos con inteligencia, temple y carácter, como también hoy, se hacen en distintos ámbitos de la política nacional, estatal y partidaria; en donde sin duda al alguna al igual que ayer saldremos victoriosos y adelante como personas y sociedade .

Quien pronunciaría una frase que lo describiría en su gran y recia personalidad, al decir, que él, solo fue un maestro, nada más,… pero nada menos.
Comento a ustedes por último que instituciones educativas, círculos culturales, asociaciones civiles, calles y bibliotecas llevan su nombre Prof. Federico Berrueto Ramón.
al decir, que él, solo fue un maestro, nada más,… pero nada menos.

Hoy su ejemplo y praxis política de Federico Berrueto Ramón se extraña en su vigencia en este México cambiante en donde el honor y la congruencia se alejan cada día más de los compromisos sociales y el actuar político que demanda el pueblo.

 
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