Utopía
Fragmentar para diluir el voto opositor
Eduardo Ibarra Aguirre
Tres de los más acreditados candidatos independientes a la Presidencia de la República declinaron a sus aspiraciones más personales que legítimas, por más discurso político que las acompañó durante más de un año de esfuerzos y activismo individual y de grupo.
El primero fue Jorge German Castañeda, quien el 8 de mayo pasado escribió en su columna de El Financiero: “Al cabo de más de un año de esfuerzos considerables, me resulta evidente que, por las razones que sean (sic), no existen las condiciones para que ese candidato único sea yo. Sin embargo, creo que otros pueden llenar los requisitos: de frescura, de pluralidad de simpatías, de convocatoria. Uno en particular: El Jaguar”. Parece que los atributos de Armando Ríos Piter ya no seducen al amigo de Vicente Fox, pues todo indica que Jorge apuesta por el Frente “Ciudadano” por México porque, según el columnista Federico Arreola, algo le ofreció Ricardo Anaya, pero le advirtió que no cumplirá. En efecto, Castañeda Gutman no da brinco sin guarache y si con Luis Donaldo Colosio y Felipe Calderón buscó la titularidad de Relaciones Exteriores, algo pretende obtener en 2018.
El segundo soñador presidencial independiente que renunció con más pena que gloria, es Gerardo Fernández Noroña quien asimiló la idea de que es muy popular por los millones de consultas que acumula su video columna en SDP Noticias, e inspirado llegó a afirmar: “Voy a ser presidente, el asunto es cuándo” (Milenio, 12-III-16). Ya quedó claro que los clics son insuficientes.
Más cuidadoso con los que los acompañaron durante siete meses y hoy hacen filas en la asociación civil Ahora, Emilio Álvarez Icaza fue más convincente en su declinación: “No vamos a caer en la estrategia del Modelo Atlacomulco de fragmentar y diluir el voto… La preocupación por el país y por la lucha por la democracia está por encima de cualquier interés personal por legítimo que sea… Éste es un momento histórico para definir de qué lado estamos, si con la democracia y la justicia o con el autoritarismo y la regresión”.
El exsecretario técnico de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos explicó la decisión como un forma de “no ser funcional” a los intereses y estrategias del Partido Revolucionario, de “quienes orquestan una campaña de fragmentación capaz de diluir el voto y con la finalidad de perpetuarse en el poder”. Ejemplificó con las candidaturas de Ríos Piter, Jaime Rodríguez y ahora la travestida a independiente Margarita Zavala, quienes son “piezas clave, consciente o inconscientemente del Modelo Atlacomulco que rompe y corrompe como una lógica de acción política para favorecer a Pena Nieto, el PRI y sus aliados… Las escandalosas y ofensivas elecciones de Estado que se vivieron en Coahuila y el estado de México no son sólo un muy grave quebranto al pacto democrático, sino que también fueron el laboratorio y muestra de lo que quiere hacer el gobierno federal, su partido y aliados para el 2018”.
Por cierto, desde que Álvarez Icaza Longoria laboró en Washington para la CIDH y en pleno auge del reclamo global por los 43 de Ayotzinapa, en las oficinas de Aurelio Nuño en Los Pinos se tejió la versión de que la búsqueda de una candidatura presidencial explicaba el activismo y beligerancia de Emilio en el irresuelto caso de barbarie policiaca y acaso militar. Todo ello, sostenía la versión, financiado por George Soros debido a que las reformas en telecomunicaciones y energética no le favorecieron. ¡Caricaturas de una compleja realidad!
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