publicación Online
 
 
el periodico de saltillo

Mayo 2018

Edición No. 351


El primer debate

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

El primer debate ya pasó a la historia; José Antonio Meade desaprovechó algunas oportunidades y perdió lo poco que tenía; Anaya fue el más brillante contendiente y avanzó no sé cuanto, pero dejó en claro que él puede ser el único que podría dar la batalla a López Obrador; Margarita Zavala se vio mejor pero eso no le alcanza para nada; el Bronco nos demostró claramente que no debería estar en el debate; AMLO hizo lo que tenía que hacer.

 

En el primer debate y aún antes, ya percibíamos que Meade no saldría del tercer lugar y que la lucha final sería entre Anaya y AMLO. Lo que hay que festejar es que al PRI se le arrebata la presidencia porque no supo, no quiso o no pudo gobernar y, porque se distinguió por una infinidad de robos, peculados, fraudes y trapacerías, actos que hundieron a Meade Kuri.

De cara a las elecciones del 1º de julio y a 66 días de esa fecha, Peña Nieto ya debe estar haciendo sus maletas porque el PRI no va a salir del tercer lugar; el candidato Meade Kuri quiso demostrar que es honesto y apto para gobernar pero representa al PRI y a Peña Nieto, dos losas de concreto muy pesadas. Días antes del debate se apuntó Meade Kuri la suma de Silvano Aureoles Conejo, el que gobierna Michoacán, quien no le aportará nada a su campaña; también sumó en sus haberes el apoyo del “independiente” Ríos Piter, que se hace llamar El Jaguar pero que demostró ser un mapache para la recolección de apoyos para su campaña. No hace falta saber que sucederá en los próximos debates, ya que en este primero el PRI no pintó para nada bueno y tendrá que irse de la presidencia. Ésta es una magnífica noticia para los mexicanos.

La inmensa mayoría de los votantes ya saben por quien va a sufragar, lógico es esperar ciertos ajustes en las posiciones; Anaya está demostrando que puede acercársele a AMLO, pero alcanzarlo o rebasarlo se ve harto difícil por una simple razón: La gente de abajo, los pobres y los que han sido abandonados o marginados por el sistema PRIAN, ya lo están decidiendo, confían en el líder de MORENA porque les dice lo que quieren oír; los otros candidatos sólo atienden a su clientela y no tomaron en cuenta que el voto del más pobre de México cuenta lo mismo que el voto de Carlos Slim. Esos votos de las mayorías los ha ido cultivando AMLO a todo lo ancho y largo del país; lo ha hecho con un esmero digno de tomarse en cuenta; sus estrategias son claras: Atrajo los votos de la CNTE porque son más de un millón; se atrajo a Napoleón Gómez Urrutia porque con él le caerán como cascada cientos de miles de votos de los mineros que odian al PAN y al PRI por el asunto de la mina Pasta de Conchos en la que aún se encuentran sin rescatar 63 mineros muertos y que el dueño de la mina, Germán Larrea, no ha rescatado porque según él sería muy costoso.

De aquí al día de las elecciones todos los partidos luchan por posicionar a su candidato a la presidencia, en cambio López Obrador está haciendo campaña para que la gente vote por los candidatos de MORENA al senado y a la cámara de diputados; él se da por bien servido con los votos que las encuestas le dan, y ha dejado en claro que al ofrecer amnistía contra los algunos delincuentes, no necesariamente es un perdón. Dice mirar hacia el futuro y que su fuerte no es la venganza. Lo que está diciendo es que el poder judicial es quien debe encargarse de los maleantes y delincuentes y que él como jefe del Ejecutivo, respetará a los otros dos poderes.

También ha dejado en claro que luchará contra la corrupción y la impunidad y, que si el de arriba es honesto, fácil le resultará obligar a que sus subalternos también lo sean. Los analistas políticos y especialistas en la cosa pública no le dan crédito a su dicho de que él no va por ningún puesto sino por la cuarta transformación del país; por una regeneración social e institucional, como lo fueron las luchas por la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910; él habla de una cuarta transformación nacional y qué ese y no otro es su Proyecto de Nación que enarbola. Creerle o no creerle no es el punto, la cuestión es, ¿podrá hacerlo? En política todo es posible, pero si él llega a la presidencia lo seguro es que va a intentarlo a pesar de sus malquerientes que no son pocos. Las mayorías creen en él y eso le basta para seguir en su lucha por la regeneración nacional.

Ricardo Anaya ya se apuntó como el único que le puede dar pelea; sus propuestas son brillantes, su discurso es excelente; su presencia ofrece certidumbre y confianza y su aplomo muestra sus capacidades, sin embargo la brecha que le separa de López Obrador es enorme, ¿podrá remontar esa gran diferencia? Eso está por verse, pero de algo hay que estar seguros, de que habrá un cambio de gobierno y gobernantes, y eso ya es un avance considerable para reencontrarnos con la justicia, la equidad, el progreso y desarrollo que este gobierno, el de Peña Nieto, nos ha negado. Lo único que tenemos que hacer los ciudadanos ante estas circunstancias, es salir a votar por el que creamos que es el mejor para gobernarnos, porque el cambio de gobierno y de gobernantes ya es un hecho irreversible, pero a pesar de ello debemos poner mucha atención en las mentiras de Ricardo Anaya y Meade Kuri sobre infundios contra López Obrador, ya que si tratan de posicionarse en base a engañar al elector, la confianza en ellos estará -como lo está el día de hoy- en duda. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

 
© 2014 El Periódico de Saltillo contacto@elperiodicodesaltillo.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino