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el periodico de saltillo

Enero 2018

Edición No. 347


Miscelánea

Lozano, chapulín pentacromático

José C. Serrano.

Javier Lozano Alarcón lleva tatuado en el pellejo el catecismo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y, para medio disimularlo, se colocó encima, por doce años, una camiseta desechable del Partido Acción Nacional (PAN). Este malabarista de la política a la mexicana nació en Puebla de Zaragoza hace 56 años.

Como todo joven que se precia de pertenecer a una familia decente, Javier Lozano alternó la educación formal con el desarrollo de aptitudes musicales. Fue un estudiante dedicado que llegó a convertirse, con el tiempo, en un destacado ejecutante de partituras para piano, arte que sigue cultivando.

Este singular poblano es egresado de la Escuela Libre de Derecho. Tras graduarse como abogado se incorporó a la administración pública. Ha desempeñado diferentes cargos, tanto en el gobierno federal, como en la entidad de la que es oriundo.

Su militancia en el PRI se vio interrumpida en 2005. A su salida del tricolor despotricó, con todo lo que traía en sus entrañas, en contra del instituto político que, como servidor público, nunca lo dejó en la banca. El poblano conservador ya traía su plan en la bolsa derecha del pantalón: aceptar la invitación que su amigo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, le hizo para formar parte de su gabinete. La tajada del pastel que le obsequió el michoacano no era nada despreciable, ocuparía la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

Javier Lozano Alarcón ha estado vinculado a varios chantajes, desde Zhenli Ye Gon hasta Joaquín Vargas Guajardo. Por asuntos tan peliagudos como estos, se convirtió en uno de los personajes más oscuros del gobierno calderonista; se le consideró como el más duro en un gobierno de duros. Desde los albores del sexenio se fue metiendo hasta la cocina, aun cuando ni siquiera pertenecía al PAN. Oficialmente ingresó a dicho partido el 30 de junio de 2007.

Como titular de la STPS fue el responsable de los conflictos con el sindicato minero, de la requisa de Luz y Fuerza del Centro (LFC), lo que generó el conflicto social con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y de la quiebra de Mexicana de Aviación, todos ellos temas polémicos que aún significan un enorme malestar social.

El virulento Lozano, también fue acusado por el dueño y presidente de MVS, Joaquín Vargas Guajardo, de amenazarlo en 2011 con olvidarse del proyecto de la banda ancha 2.5 Gigahertz, si recontrataba a la periodista Carmen Aristegui, quien días antes había planteado una pregunta en su programa de radio sobre el alcoholismo de Felipe de Jesús Calderón. Lozano fue protagonista de muchos escándalos derivados de sus manotazos a los enemigos del calderonismo.

Los enfrentamientos más recientes de Lozano han ocurrido en el seno del PAN, y el destinatario de sus arranques violentos es Ricardo Anaya Cortés, ex presidente de ese partido y, actualmente, precandidato a la presidencia de la República. El pianista de buena familia, pretendía ser, en su momento, candidato del blanquiazul a la gubernatura de Puebla, pero se le atravesó en el camino el ex gobernador de la entidad Rafael Moreno Valle Rosas, quien apoyará con todo a su esposa Martha Érika Alonso Hidalgo para que llegue a ocupar el despacho principal del Palacio de Gobierno.

El porro Lozano canceló su militancia política en el partido de los meones de agua bendita el 9 de enero recién transcurrido. En menos de 24 horas ya estaba siendo convocado para incorporarse al equipo del precandidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña. A la fecha es ya vicecoordinador de Mensaje y uno de los voceros de la campaña del tricolor. El siniestro Lozano Alarcón, chapulín pentacromático, lleva consigo un pesado costal de mañas para tundir, sin miramientos, al joven maravilla de origen queretano.

 

 


 
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