Palabras mayores

AMLO en Saltillo Unos cuantos apuntes

David Guillén Patiño.

En 28 de los 30 estados donde se han practicado encuestas para conocer la intención del voto, Morena va a la cabeza, “algo nunca visto”, reveló en Saltillo Andrés Manuel López Obrador, precandidato de ese partido a presidente de la república, al pronunciar un discurso proselitista durante un concurrido mitin que tuvo lugar la mañana del domingo en una de las plazas del Congreso de Coahuila, donde también cuestionó la calidad moral del gobernador Miguel Riquelme Solís y del presidente Enrique Peña Nieto.

A juicio del tabasqueño, “han cambiado muy favorablemente las cosas en los últimos tiempos”, lo que es lo mismo, están dadas las condiciones necesarias para hacer realidad el “cambio verdadero” que reclaman los mexicanos. “Falta muy poco” para lograrlo: estamos a menos de seis meses para que arranque “la cuarta transformación”. Será la batalla definitiva y, por lo mismo, una elección “histórica”, seguramente la última oportunidad para que el país se convierta en una gran potencia mundial.

El precandidato del conglomerado partidista “Juntos haremos historia” prescindió un tanto de su acostumbrado temario, centrado en la total erradicación de la corrupción y, por otra parte, en que, tan pronto como sea jefe de la nación, no vivirá en Los Pinos, igualmente, que venderá los aviones, jets y helicópteros que acostumbran usar Enrique Peña Nieto y otros funcionarios de alto nivel, inclusive para trasladarse a los campos donde juegan golf.

Su gobierno será, tanto para pobres, como para ricos, incluyendo a los empresarios, a los cuales defenderá de los abusos que plantean las nuevas negociaciones de México con la administración de Donald Trump en torno al Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En materia de inmigración, garantizó que los trabajadores mexicanos ya no tendrán que emigrar el vecino país del norte. Enseguida, remarcó una noticia: “vamos a generar, desde el primer año, 400 mil empleos”, sobre todo en el campo.

Ante cientos de coahuilenses, entre los que predominaban militantes de los partidos Movimiento de Regeneración Nacional, Encuentro Social y del Trabajo, y posteriormente ante los medios, “El Peje” volvió a refutar los rumores de que Rusia y Venezuela intervendrán en los próximos comicios, lo cual interpretó como un intento desesperado del PRI de influir negativamente en el ánimo del electorado. Luego, calificaría de “mapaches electorales” a quienes integran la nueva Secretaría de Acción Electoral que, por instrucciones de Miguel Riquelme, encabeza el “mapache mayor” David Aguillón Rosales, ex vocero del Gobierno Municipal de Saltillo y ex dirigente estatal del PRI.

En su arenga, de aproximadamente una hora, López Obrador se reiteró en contra de seguir “dando la espalda” a los jóvenes, a quienes prometió recuperar su derecho, tanto al estudio, como al trabajo, instituyendo becas a estudiantes de preparatoria y apoyos similares para integrar a este sector, como “aprendices”, a la fuerza laboral. Tal proyecto lo sintetizó, exclamando: “¡becarios sí, sicarios no!”.

Tras señalar que su visita a Saltillo tuvo como propósito informar y refrendar sus compromisos, apeló a la buena fe de los oyentes: “Tengan confianza, no voy a traicionar al pueblo, soy muy consciente de mi responsabilidad histórica, tengo convicciones. Ya he resistido todas las tentaciones que se presentan cuando alguien ejerce el poder. He llegado a la conclusión de que el poder tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”.

Aseguró haber mandado inventariar las aeronaves con que cuenta el gobierno federal, y se encontró que se dispone de 54 jets de lujo para el traslado de los funcionarios públicos. En el gobierno de Peña Nieto se compraron seis unidades nuevas, cada una de las cuales costó 1 mil millones de pesos, pero el que usa el presidente vale $7 mil 500 millones, mismo que ya fue ofrecido en venta al presidente estadounidense Donald Trump, pues ni él posee un avión tan sofisticado. Anunció que se venderá toda la flotilla, que incluye 118 helicópteros, seis de los cuales fueron adquiridos en este sexenio, pagándose por ellos 6 mil millones de pesos, aproximadamente.

Recalcó una vez más: “No voy a pasar a la historia como un mal presidente. Quiero pasar a la historia como un buen presidente de México. No voy a ser como Antonio López de Santa Ana, que entregó más de la mitad de nuestro territorio. No voy a ser como Porfirio Díaz, que entregó a extranjeros bienes de la nación y esclavizó al pueblo. No voy a ser, mucho menos, como el chacal Victoriano Huerta, quien asesinó al apóstol de la democracia, Francisco I. Madero. No voy a ser como Carlos Salinas, el padre de la desigualdad social de nuestro tiempo. No voy a ser como Felipe Calderón, que se robó la presidencia y convirtió al país en un cementerio. No voy a mancharme de corrupción como Enrique Peña Nieto... Quiero ser como Benito Juárez García... como Francisco I. Madero... como el general Lázaro Cárdenas del Río... Tengan confianza. Vayamos todos juntos a lograr la transformación del país, ¡todos juntos!”.

Luego, el discurso de Andrés Manuel López Obrador tomó otro giro, e hizo un reclamo velado e inesperado: “No nos peleemos aquí, en Saltillo, ni en los pueblos, por partidos. Nos están aplastando a todos por parejo. Es una mafia de poder que oprime a todo un pueblo”. Reiteró: “No ganamos nada peleándonos por banderillas partidistas”.

Coincidentemente, en mi pasada entrega expuse que, debido precisamente al embate de diversos partidos, dirigido de manera subrepticia hacia líderes y militantes de Morena, esta institución en Coahuila se encuentra dividida y en medio de incesantes conflictos que se han acentuado con los zipizapes suscitados a raíz de la colocación de colaboradores en los cargos ganados en las recientes elecciones.

Esta penosa situación es incluso la comidilla diaria en los pasillos del propio Congreso del Estado, donde los dos diputados que componen la bancada morenista no se ruborizan cuando, de una forma u otra, sacan a relucir públicamente que cada uno de ellos responde a intereses de diferentes corrientes antagónicas de su partido, mismo que continúa carente de dirección, lo cual aprovechan otros líderes, como Armando Guadiana, Juan Pablo Rodríguez y Rogelio Gutiérrez, entre otros, para marcar las pautas a seguir en el devenir de la organización, convertida, por lo visto, en rehén de arribistas de otras siglas partidistas.

En este contexto, el precandidato morenista, refirió una vez más: “¿Para qué nos peleamos? ¿Qué ganamos? Nada. Tenemos que unirnos todos... Sólo el pueblo, unido y organizado, puede salvar a la nación... Si queremos pelearnos, ahí están los camajanes, estos, malandros de la mafia del poder. ¿Queremos pelearnos? Haber: con Salinas, con Fox, con Calderón, con todos ellos...”

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