ILV: incapaz, corrupto y mentiroso

José Guadalupe Robledo Guerrero.

Finalmente terminó el “gobierno” municipal de Isidro López Villarreal, quien abandonó la alcaldía de Saltillo antes de vencerse el plazo para el que fue electo; sin embargo, lo importante del caso es que Isidro se fue sin realizar una entrega ordenada y trasparente, al contrario siempre se opuso a dar cuenta de la situación en que dejaba el ayuntamiento.

En la toma de posesión de Manolo Jiménez Salinas, el nuevo alcalde aún no sabía la realidad de las cuentas municipales, y hasta la fecha las nuevas autoridades no tienen conocimiento de las deudas heredadas, del inventario de recursos, sólo saben que la cantidad de patrullas que presumió Isidro en la publicidad de su último informe, nada tiene que ver con la realidad, pues son muchas menos que las que se publicitaron.

El “gobierno” municipal de López Villarreal además de incapaz, corrupto y mentiroso, fue opaco y desaseado. Isidro dejó una ciudad destruida por la enorme cantidad de baches, a tal grado que Manolo Jiménez inició su administración tapando baches, y parte importante de su plan de trabajo será rehabilitar las calles saltillenses.

La incursión de Isidro en la Presidencia Municipal dejó un saldo negativo para el ayuntamiento, no sólo se malgastó el dinero de los saltillenses en adquisiciones con facturas abultadas o falsas, sino en corruptelas, generosos sueldos y viáticos a discreción. Los funcionarios panistas de la “administración” de Isidro también hicieron desaparecer maquinaria, vehículos, computadoras, lámparas, cámaras de video, patrullas, y todo lo que se les atravesó en su camino.

Al término de su corrupto gobierno, López Villarreal vendió y revendió concesiones de taxi, cuya cantidad aún no se conoce, pero se especula que fueron alrededor de dos mil. Y repartió entre sus allegados otras tantas ¿o las mismas?

Sin embargo, hay quienes aseguran que Isidro no era el director intelectual de la corrupción, la dejadez y la incapacidad en que se sumió al municipio de Saltillo, sino su esposa Lourdes Naranjo, que hacia y deshacia a su antojo, mientras su marido, el alcalde, jugaba golf.

Lo cierto es que Isidro y su esposa Lourdes, que fueron conocidos como “La Pareja Presidencial”, es el caso perfecto para demostrar que también los ricos son ladrones y corruptos, pero al igual que todos los de su especie gozan de impunidad y volverá a postularse...