Puentes Cuates

Rufino Rodríguez Garza.

Se trata de un modesto promontorio que tiene orientación norte-sur, con una longitud de no más de 200 metros, en su parte más alta no sobrepasa los 10 metros. Puentes Cuates tiene la ubicación perfecta para ser el centro de partida para otros lugares cercanos con manifestaciones gráfico-rupestres.

Uno de estos sitios a los que nos referimos es el Puerto de los Negros y una Sierra al sur llamada Piedra Pinta, la cual atraviesa la carretera 57.

Puentes Cuates estuvo a punto de ser destruido hace algunos años por la ampliación de la carretera, pero la oportuna intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH lograron desviar el nuevo trazo y el lugar se salvó.

Este sitio en lo personal es emblemático para mí, pues fue uno de los primeros sitios con arte rupestre a los que tuve acceso. El lugar conocido por el Arquitecto Ricardo Dávila (+) recientemente fallecido, siendo él quien me llevó por primera ocasión al famoso sitio del kilómetro 69.

En los alrededores hay otros lugares con arte rupestre dignos de mencionar poniendo por ejemplo: El Forlón, el cual se ubica a 3 kilómetros al norte de Puentes Cuates, sitio donde las representaciones de venados pero sobre todo de Borregos Cimarrones es muy importante así como átlatl’s y otras herramientas de cacería.

También se encuentra Piedra Pinta, que a lo largo de 7 kilómetros deja ver magníficos grabados que merecen se les mencione y se les describa en nota aparte. Piedra Pinta debe su nombre a una excelente pintura que conocemos como la canasta. Pintura en color rojo, con motivos geométricos y de una cierta complejidad. Esta pintura, se localiza en terrenos del ejido Las Norias, está muy expuesta pues está a ras del suelo y no pocos vaqueros, pastores o curiosos han dejado sus “recuerdos” y pasan a fastidiar tan interesante pintura. Este lugar de la pintura pudiera, con pocos recursos protegerse. Bastaría una modesta reja metálica y eso daría seguridad al motivo rupestre.

Frente al sitio de Puentes Cuates pasa la vía del ferrocarril Monterrey-Torreón y en uno de sus puentes se observa una pinta que rememora la lucha sindical de los trabajadores del riel allá por los años cincuenta del siglo pasado: "Viva Vallejo".

Otro sitio nada lejos de los Puentes Cuates es el de Los Cárdenas, del cual en anteriores colaboraciones hemos dado cuenta; pero hay otro donde se aprecian ruinas de construcciones antiguas (correspondientes a los siglos XIX y principios del XX), donde se mezclan grabados muy antiguos con grabados históricos. Entre los antiguos destacan entre otros a mujeres dando a luz. En otro espacio se observan proyectiles y navajas enmangadas finamente grabadas.

Entre los grabados históricos están algunas cruces de la época Colonial y otras más tardías pero que nos manifiestan la religiosidad de la gente del campo. También existen algunos animales como caballos, gansos, gallinas y perros. Hay también algunos patrióticos como el águila de nuestro escudo nacional. Las fechas van desde el siglo XIX y XX y son abundantes. Algunos personajes con una plasticidad limitada pero bien lograda se encuentran bailando, como en una contradanza y otros tocando algún instrumento musical como la guitarra.
Llama la atención el grabado por decirlo moderno de un vehículo automotor, quizá un Ford de los años veinte del siglo pasado.

Pero lo curioso es el grabado de dos máquinas de vapor, trenes cargueros, donde se transportaban minerales y/o ganado pues así lo indican los furgones y con tanto detalle que cada máquina tiene su número económico, y en uno de estos trenes se observa un garrotero que camina encima de los carros.

También Puentes Cuates es el sitio de donde se puede uno acercar al Cañón de Lucas, rico en manifestaciones gráfico-rupestres, donde la representación de la fauna es muy socorrida pues podemos ver grabados de tortugas y venados cola blanca, tanto completos como de sus huellas y sus astas.

Aquí se localiza un papalote (descompuesto) y en sus inmediaciones podemos documentar figuras humanas (antropomorfos), donde una de ellas está en posición horizontal, clara referencia a la muerte. Aquí también podemos ver huellas humanas que interpretamos como símbolo de tránsito, de avance a otros lugares con caza y alimentos recolectables como pitahayas, tunas, dátiles tubérculos, mezquites o granjenos.

En fin, que por el Cañón de Lucas se aprecian unos geoglifos, en positivo donde las figuras son círculos de diferentes diámetros y que fácilmente se aprecian desde un loma cercana. Aquí valdría la pena usar un dron para ver los detalles o calcular las dimensiones correctas. El sitio de Puentes Cuates es un lugar céntrico de donde se puede partir para ir a más de media docena de sitios de gran importancia arqueológica.

Puentes Cuates destaca por sus átlatl’s, sus cómputos, huellas y astas de venado cola blanca. Un sitio realmente digno de visitarse y está a pie de carretera. Aquí el vandalismo no ha hecho de las suyas. Los grabados están en buenas condiciones y la mayoría retratables. Los propulsores o átlatl’s tienen características propias.

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