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el periodico de saltillo

Enero 2018

Edición No. 347


La simulación

Fidencio Treviño Maldonado.

Fingir, mentir, esconder y otras miasmas son sinónimos de simulación. Moliere (1622-1673) en una de sus inconmensurables obras le llama Tartufo a quien con cara de niño inocente engañaba impunemente a quienes le rodeaban, sobre todo a un personaje de nombre Orgón, burgués  y su familia aburguesada representa a estos personajes en su obra “El Tartufo”. Haciendo una mala comparación vemos cuanto “Tartufo” existen en nuestra política y que fácil nos engañan a la bola de “Orgones” que burgueses o no somos los gobernados en nuestro sistema que está compuesto con un sinnúmero de impostores que nos mantienen entre puras simulaciones, mentiras, promesas, y mientras ellos viven en la esfera o burbuja de la impunidad, hermana ésta de la corrupción como una perversa y ominosa muestra de la extensa boneteria de nuestra mercería nacional.

Son décadas las que el país ha vivido en esta simulación que va desde la educación hasta llegar a la injusticia, pasando por la pobreza y la miseria en que se encuentra nuestra patria, una miseria que se palpa tanto en la población como en nuestra clase pudiente que gobierna con la ley del menor esfuerzo y con una servidumbre que parece le gusta estar siempre de hinojos para que el patrón haga lo que guste con él. Sabemos que existe la simulación en estos personajes de la farándula política, lo vemos hasta en la sonrisa falsa, irónica, burla que rebasa la ciencia ficción cuando se labran imperios de poder y fortunas a costa de la miseria y la mentira. Sin usar careta como en las obras de teatro no hay necesidad de esconder rostros, mímicas, formas o maneras de robar y vivir bajo el oscuro manto de la corrupción, en donde al menos en este país nunca se rebasa ningún récord y lo peor es la quietud del pueblo, la pasividad de nuestra bien pagada justicia que simula ser dura y aplicada, cuando es pura simulación y blanda con los de su misma calaña.

La educación que ni logra ser formativa ni informativa es una simulación para seguir cumpliendo con las cuotas de jóvenes a las extenuantes maquilas, y es simulación porque nuestras altas autoridades pregonan sin saberlo su fracaso educativo, ya que somos habitantes con apenas con un promedio de 4.5 en cultura general y con un 4.7 de promedio en las diferentes materias, y si para los años de 1998 el promedio de escolaridad era de 6.8 en casí veinte años avanzamos poco, es decir en 2017 nuestro grado de escolaridad es 7.9, esto por muchos factores entre ellos la pobreza de millones de personas que no tienen acceso a escuelas primarias, menos a secundarias o preparatorias y otro rasgo es el abandono de la educación por millones de niños que tienen de alguna manera que ayudar en el sustento familiar, de 100 niños que inician la primaria sólo 7 van a la universidad y de estos 7 sólo 3 terminan una carrera y de esos 3 universitarios uno, si señor, sólo uno es el que trabaja en la profesión que terminó.   

El sector salud está en quiebra, en el caso de algunos hospitales no hay jeringas ni guantes, menos medicamentos o reactivos para análisis, sin embargo los funcionarios encargados de este sector simulan, como en el Estado de Veracruz en donde a cientos o miles (vaya usted a saber), se les aplicaba agua destilada en su tratamiento contra el cáncer.

En el sector energético la simulación, el robo y la impunidad van de la mano, Pemex no es de los mexicanos, dejó de ser cuando don Lázaro Cárdenas del Río  cedió los poderes a la ambición y con ella los líderes sindicales son los verdaderos dueños que junto a la Casta Divina ordenan cuánto cuesta el sudor de los mexicanos cada vez que cargan un combustible, y Pemex está al igual que la CFE son monopolios al servicio de la gente pudiente y simulan ser de los mexicanos.

Ahora nos atiborran con spots, con mentiras de los candidatos a puestos de elección y que datan desde los tiempos de Plutarco Elías Calles en los años de 1924, componer el país, terminar con la pobreza, castigar a los corruptos, impartir justicia en forma imparcial, etc. Todo esto con la complacencia de los que mueven los flácidos e indefinibles hilos de la democracia y cuyo gasto es por demás inaudito e innecesario. 

Esto es parte de nuestra idiosincrasia con el nacionalismo que nos impone la selección de ratones verdes de fútbol o la Virgen de Guadalupe y parece ser que como esta la cosa y a estas alturas de la nación en vez de soñar, a los mexicanos nos gusta más que nos sigan engañando, timando, viendo la cara o la espalda baja con la falsa empresa de gobernantes, y que la simulación sea la que siga imperando y sin oposición ni siquiera una pizca de resistencia.

Que siga pues la comedia del sistema,  ellos son los indeseables Tartufos que todo simulan y nosotros los tontos e inocentes Orgones. ¡No pos que siga el entierro!...

kinotre@hotmail.com 

 
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