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el periodico de saltillo

Febrero 2018

Edición No. 348


La Caravana de la Dignidad y sus implicaciones políticas

Jesús M. Moreno Mejía.

“En política, la calumnia es menos de temer que la verdad”
Charles Péguy.


Indiscutiblemente que ha “levantando polvo” el movimiento del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, denominado “Caravana de la Dignidad”, pues en su recorrido ha tenido diversas implicaciones políticas en las primeras entidades que ha recorrido.

Con el lema “Justicia para Chihuahua” y el estribillo “Por la defensa y la dignidad del Pueblo de Chihuahua”, Javier Corral Jurado, reclama que el Ejecutivo Federal resuelva políticamente la solicitud de extradición del ex gobernador César Duarte, para que responda ante la justicia de Chihuahua “el saqueo que orquestó en su administración en contra del Pueblo” de esa entidad.

Pero a su vez, exige de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la entrega de “900 millones de pesos comprometidos con Chihuahua, de los cuales 780 millones corresponden al cierre de 2017 y 120 del presente mes de enero”, conforme explica el gobernador de esa entidad.

A lo anterior, los analistas políticos de México y la información de la prensa internacional, se han ocupado de esa situación político-económica, entre ellos María Amparo Casar y Cecilia Soto, de Excélsior; Denise Dresser y Juan E. Pardiñas, de Reforma; Agustín Basave y Ricardo Raphael, de El Universal; e información de primera plana de periódicos internacionales, tales como “The New York Times”, “The Guardian” y “El País”, se refieren a la rebelión de Corral Jurado y las represalias del gobierno por investigar a personajes políticos identificados con el partido oficial (PRI).

Las implicaciones de éstos últimos, se basan particularmente en el hecho de haber sido arrestado Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, a finales del año pasado, considerado la mano derecha de Manlio Fabio Beltrones, quien supuestamente recibió enormes cantidades de dinero (se asegura fueron miles de millones de pesos) del ex gobernador César Duarte (prófugo de la justicia), en beneficio electoral del Revolucionario Institucional.

La marcha iniciada en el vecino estado de Chihuahua tuvo su primer desencuentro a la entrada de la ciudad de Gómez Palacio, Durango, donde un grupo de priístas detuvo la caravana de vehículos, que era encabezada en esos momentos por Gustavo Madero y Emilio Álvarez, tratando de evitar ingresaran a esa población, donde se anunciaba un mitin, que no se pudo realizar por la actitud hostil de un grupo de jóvenes.

La propia alcaldesa gomezpalatina argumentó que la “Caravana de la Dignidad”, era “un show mediático con fines electorales, llevado a cabo por personas ajenas a este municipio” y que por tanto no aprobaba. Lo cierto es que “la sangre no llegó al río” y los autobuses de la marcha se dirigieron a Torreón, Coahuila, donde llevaron a cabo su programa de actividades.

En relación a esto último, Efrén Mireles Esténs, analista político de Torreón, escribió un breve comentario titulado “Espina de Cardenche”, que dentro de sus párrafos señala: “El balance de esta etapa de la jornada, fue positivo para todos, la presidenta municipal defendió su territorio priísta… pidió licencia como alcaldesa para buscar la candidatura a diputada federal y su mensaje a la dirigencia nacional del PRI quedó bien marcado y en buen momento, demostrando la fuerza que tiene”.

Pero también fue benéfico para la marcha de Javier Corral, porque ese acto beligerante lo benefició a nivel nacional, llamando fuertemente la atención de la ciudadanía que estaba al pendiente de la “Caravana de la Dignidad”, lo que atrajo mayores simpatías para la causa, amén de que no hubo desgracias personales que lamentar.

Podíamos seguir ahondando sobre el movimiento del gobernador de Chihuahua, pero sería prolijo enumerar lo ocurrido en cada ciudad que ha tenido la Caravana de la Dignidad, pero cabría mencionar que Javier Corral se entrevistó en Saltillo con el obispo Raúl Vera y con Luis Donaldo Colosio Riojas, quienes apoyaron las exigencias del ejecutivo chihuahuense, quien por su parte consideró que otros ex mandatarios estatales deberían estar en la cárcel, entre ellos los hermanos Humberto y Rubén Moreira, así como Rodrigo Medina, de Nuevo León.

Fernando Rangel de León, comentarista de Torreón, señala que ese movimiento demuestra que cada vez son menos los “agachados” del mal gobierno. Sin embargo, eso lo dejamos a la opinión de nuestros lectores.

¡Hasta la próxima!

 
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