La debacle del Grupo Universidad
Armando Montalvo Olivo.
La sucesión de Blas Flores Dávila, sin candidato ungido por el “Grupo Universidad”, dice mucho del reacomodo que viene en la UAdeC, y deja fuera de la institución educativa a José María Fraustro Siller, Jesús Ochoa Galindo, Blas Flores, Mario Alberto Ochoa y otros que convirtieron la casa de los “Los Lobos” en un botín que los convirtió en influyentes millonarios.
Estos personajes son cuestionados porque impusieron sus propias reglas a la hora de manejar presupuestos, convenios, contratos de obra, proveedores, asignación de plazas, transferencias sindicales y otras acciones radicadas al margen de la ley. Todo esto, señalado en su momento por el Auditor Superior del Estado Armando Plata Sandoval, que disimula no ver el desorden financiero el cual es considerado un lastre para la comunidad universitaria en la UAdeC.
La llegada de Salvador Hernández Vélez a la Rectoría es un tema que para algunos del llamado “Grupo Universidad” les causa escozor, al pensar que por fin les cortarán la ruta de acceso directo a recursos millonarios y a los puestos importantes en el organigrama universitario.
Hernández Vélez, definido como un hombre conciliador, no es un universitario que olvida de la noche a la mañana todas las afrentas que aguantó callado y que fueron manipuladas desde la oficina del ahora Secretario de Finanzas, Blas Flores Dávila. Y tanto Blas como el propio Chema Fraustro saben que Hernández Vélez será objetivo a la hora de hacer corte de caja.
Ahí está por ejemplo el titular de la Coordinación de Administración Patrimonial y de Servicios de la Universidad, Paulo Sergio Villarreal Rodarte, ex director de la Facultad de Arquitectura, quien gritó a los cuatro vientos que iría con Francisco Osorio Morales, quien al final declinó sus aspiraciones rectorales.
Es fecha que Paulo Sergio anda desesperado. La razón es muy simple, el profesionista acuñense ya se sentía y hasta despachaba como tesorero de la UAdeC. Como dueño y señor mandaba y presionaba a los directores de área y de las mismas escuelas, para que lo tomaran en cuenta a la hora de planear el gasto para favorecer en todo a Francisco Osorio.
Villarreal Rodarte no lo hacía solo, se asoció con Julieta Carabaza -identificada con el exgobernador Rogelio Montemayor- todavía directora de Comunicación Social de la Universidad, quien se encargó de fraguar una campaña en contra de Salvador Hernández Vélez.
Y todavía sigue el enojo en los seguidores de Francisco Osorio, el gran perdedor. Tanta molestia tienen que siguen las reuniones secretas y cerradas en domicilios, fincas y restaurantes incluso fuera de la ciudad, donde algunos funcionarios que quedarán fuera de los cargos importantes y del dinero que maneja la Universidad, insisten en meterle ruido al proceso para que los alumnos voten por “nuevas elecciones” o simplemente no voten. Para estos funcionarios y directores de escuela es mejor grillar en lo oscurito que haber sido congruentes, inscribiéndose para participar en la elección de Rector.
El “Grupo Universidad” no ha aceptado la realidad, después de la “chamaqueada” que les han puesto a personajes como el infumable Chema Fraustro, quien hace un año ya se sentía gobernador. Vaya desencanto de este personaje que sigue dando patadas de ahogado, al intentar imponer a su fiel colaborador y cómplice Jorge Alanís Canales y a su yerno Josué Garza, para seguir “manoteando” lo que pueda, sin empacho ni vergüenza.
A Francisco Osorio lo desplazaron a una subsecretaría de Educación en la administración estatal. Porsu parte, Hernández Vélez tendrá que quitarse de encima lastres y cargas que viven del presupuesto universitario desde que Chema Frustro y Chuy Ochoa estuvieron al mando de esta casa de estudios, que dejará de ser mangoneada al antojo del “Grupo Universidad”.
Uno de estos lastres es el director de la Escuela de Bachilleres “Dr. Mariano Narváez”, Juan Manuel Morales, que abiertamente hizo campaña en contra de Salvador Hernández; pero igual anda la dirigente del Sindicato de Trabajadores de la UAdeC, María de la Luz López Saucedo, que fue impuesta por Osorio Morales y que nunca informa de los dineros que maneja el STUAC.
De todos modos, por fin se va el llamado “Grupo Universidad”, al que también se le conoce como “Los chicos Tec” o “La cofradía de Chema Fraustro”. Lo cierto es que algunos miembros de este grupúsculo acusan a Blas Flores Dávila de ser el culpable de la debacle del “Grupo Universidad”, cuyos miembros perdieron el poder en la UAdeC, pero se enriquecieron. |