Regreso a la Falsa

Rufino Rodríguez Garza.

Dentro de la zona arqueológica del Pelillal se ubica el Cañón de la Falsa, sitio de interés por la gran cantidad de vestigios de nuestros antepasados, los nativos que aquí habitaron.

Este cañón se localiza en los terrenos del ejido Pelillal en el municipio de Ramos Arizpe, con una elevación de poco más de 890 metros sobre el nivel del mar, con un escurrimiento hacia el sur, lo cual permite que la presa Pantalones se surta de agua cuando hay precipitaciones.

En este importante lugar con manifestaciones gráfico-rupestres se da la coincidencia de que en el mismo sitio se encuentran pinturas pero sobre todo petroglifos.

A este sitio lo he visitado en varias ocasiones, pues de allí se accede a otros lugares de interés arqueológico. También vale la pena destacar que conocedores y estudiosos de estos temas han pasado por aquí, me refiero al antropólogo Alejandro Encinas, los amigos Alejandro Arizpe, el ing. Cerda Martínez y por supuesto el compañero de exploraciones José Guadalupe Flores Ventura.

Este sitio del que ya he hecho referencia y comentado en alguna otra ocasión, tiene cuando menos dos vocaciones rituales: una como lugar de invocaciones y otra como lugar público, pues sus motivos se localizan a ras de suelo, donde todos los miembros del grupo podían acceder y ver mensajes, para nosotros, gente de del siglo XXI, más que ininteligibles. Seguramente se les indicaban aguajes, lugares de cacería y de recolección.

Los dos lados de la boca del cañón son importantes pero en esta ocasión sólo me referiré al lado oriente del lugar.

Comentábamos al principio de la nota, que aquí podemos localizar pinturas y en mayor escala petrograbados. En relación a las pinturas éstas son motivos abstractos donde destacan los dibujos geométricos, es decir líneas quebradas, ángulos y un motivo que nos recuerda una figura humana. Todo en color rojo, o tonos de este color. El estado de conservación es muy bueno pese a que parte del día le da el sol, y está expuesto a las inclemencias del tiempo.

Uno de los motivos allí representados nos recuerda una planta, posiblemente una palma. Destaco las pinturas porque no es frecuente que en el mismo sitio haya grabados y pinturas. Éste es uno de esos raros casos donde hay de los dos,pinturas y grabados. A escasamente un kilómetro, del lado poniente de la cortina de la presa Pantalones, se repite el hecho de que se mezclen los dos elementos del arte rupestre.

Aquí en la Falsa lo que prevalece es grabado. Puede uno relacionar el sitio con eventos de cacería y aquí se confunden astas de venado cola blanca y de venado bura, además de infinidad de sus huellas.

Cuando llovía el agua que corría llenaba pozas y tinajas de forma natural, y al bajar a tomar agua los cuadrúpedos, el cazador tenía la oportunidad de flecharlos.

Se sabe que en épocas pretéritas el agua era fácil de localizar pues las lluvias fueron más frecuentes, aunque estemos en una cuenca del semidesierto. El nómada vivía muy en equilibrio con su entorno, por lo que nunca terminó con el recurso alimenticio.

También es abundante el símbolo de territorialidad representado por un "hongo" con dos tirantes que semeja una honda. Este símbolo es muy propio de estas zonas, y el área abarcaba unos 400 kilómetros cuadrados. Abarca parte de los municipios de Ramos Arizpe en Coahuila, y Mina en el vecino Estado de Nuevo León.

Conforme uno sube en la cresta de esta sierra, siguen apareciendo petroglifos que nos indican el venado, mamífero de fuerte importancia tanto en lo sagrado como para la dieta alimenticia.

Cuentan los vecinos del ejido que el último venado pastaba junto a las vacas y que un miembro de la comunidad acabó con él usando un rifle calibre 22, esto sucedió allá por los años sesenta del siglo pasado.

En la Falsa hay un enorme tablero en el que se grabaron proyectiles, navajas enmangadas, cuentas a base de puntos que pudieran relacionarse con eventos astronómicos y/o calendáricos. El tablero tiene series de proyectiles con la punta hacia abajo con una difícil interpretación. Este tablero al que hacemos referencia ha sido retratado por José Guadalupe Flores Ventura en horas de la noche, a la luz de la luna.

Al igual que Ventura, el fotógrafo Miguel Ángel Reyna también ha tomado fotos tanto del tablero como de las pinturas y los petrograbados. Este tablero también tiene grabado en 12 ocasiones el "hongo"; diremos que a este propósito han sido publicado libros y de difusión cultural.

Junto al tablero se observa una línea horizontal de donde cuelgan literalmente 18 puntas de proyectil con la punta hacia abajo.

En los alrededores del sitio se localizan muchas representaciones de territorialidad "hongos" u hondas propias de un grupo determinado. Haremos hincapié en la cantidad y variedad de cuentas o cómputos en muy variadas formas, pues las observamos alineadas, enmarcadas, sueltas y formando figuras aún no interpretadas.

En el caso de los proyectiles son de tamaños muy variados pues van desde unos cuantos centímetros hasta figuras de proyectiles o navajas de hasta más de medio metro. En el caso de las representaciones de animales, en este caso el de venados, podemos identificar que se trata de cola blanca y en menor escala el venado bura.

En una de las fotos que acompañan esta nota podemos observar un asta de venado bura que se grabó sobre motivos antiguos, a esto los especialistas le llaman palimpsestos. Se nota perfectamente la diferencia entre unos y otros. El asta está en el grabado en un tono muy claro y los grabados antiguos en un color más obscuro.

Por último haré referencia a otro tablero, o a una parte del mismo, en donde podemos observar 5 astas de venado cola blanca (Odocoileus virginianus), dos "hongos" con sus respectivos tirantes y en la parte superior derecha dos navajas, la pequeña terminada de no más de 15 centímetros y una grande de 55 centímetros con la característica de que quedó sin terminar.

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