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el periodico de saltillo

Marzo 2018

Edición No. 349


WJP: la misma historia

Samuel Cepeda Tovar.

Nuevamente y para no variar, nuestro país vuelve a ocupar uno de los últimos lugares en las listas de índole mundial en las que se miden buenas prácticas gubernamentales. Resulta que el World Justice Project (WJP) acaba de presentar su evaluación titulada: “Estado de Derecho 2017-2018” (Rule of Law Index) en la cual nuestro país cayó cuatro peldaños para ubicarse en el lugar 92 de 113 países evaluados, compartiendo vecindad con países como Sierra Leona, Liberia, Kenia y Uzbekistán.

La medición que realiza WJP se basa en el análisis de ocho factores fundamentales para la cimentación sólida de un Estado de Derecho en una nación democrática, los aspectos a evaluar son: límites al poder gubernamental, ausencia de corrupción, gobierno abierto, derechos fundamentales, orden y seguridad, cumplimiento regulatorio, justicia civil y justicia penal. Cabe mencionar, que en el marco de la celebración del día de la promulgación de nuestra constitución política, en el mes de febrero, la publicación de los resultados no puede ser menos que perturbadora, pues justamente el orden constitucional y la aplicación de las normas contenidas en dicho ordenamiento (y el cumplimiento cabal del mismo por autoridades y ciudadanos) generan la existencia de un auténtico Estado de Derecho, no obstante, el informe de WJP nos desnuda una realidad que ciertamente casi todos los mexicanos conocemos: en nuestro país las leyes no se aplican y cuando funcionan, es porque obedecen a ciertos y determinados intereses, pero la historia no es un suceso inusitado, sino más común y hasta sui generis de la misma existencia de nuestro país, y los ejemplos abundan: México es el último lugar en cuanto a desempeño educativo en los países que integran la OCDE, en cuanto a transparencia, caímos al lugar 123 de 126 en la percepción de corrupción, siendo entonces uno de los países más corruptos del mundo, igualmente ostentamos el deshonroso lugar 77 en el índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas.

También poseemos lugares punteros, como el sexto a nivel mundial en impunidad, primer lugar en obesidad infantil, primer lugar en abuso sexual a menores, igualmente primer lugar mundial en casos de bullying en educación básica y otros primeros lugares que nos muestra nuestra mediocre y triste realidad.

Es por ello que el informe de WJP no es más que la misma historia que se repite en diversos ámbitos de la existencia de nuestra nación y de su respectiva sociedad. Lo que sin duda nos recuerda el informe en mención, es la debilidad de nuestro sistema que se caracteriza por la corrupción, la impunidad, la opacidad, la discrecionalidad, la violación sistemática de derechos humanos, la inseguridad y la falta de una auténtica impartición de justicia que se ve cuestionada por sucesos tan alarmantes como el que la judicatura federal haya tenido que suspender exámenes para la designación de jueces por el robo de las respuestas de dichos exámenes.

Nuestro país hace muchos años que adolece de la aplicación de un Estado de Derecho que establezca el orden y el irrestricto apego y respeto a las normas establecidas y mientras esto siga sucediendo, de manera inexorable seguiremos hundiéndonos en el sótano de las mediciones internacionales de buenas prácticas en perjuicio de todos y cada uno de los que habitamos este país. Pareciera que el subdesarrollo es la sutura sagital de nuestra nación.

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