La Declaración de Principios de la Universidad Autónoma de Coahuila

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Documento que todo universitario debe conocer, para saber si la UAC es verdaderamente autónoma.

La Universidad Autónoma de Coahuila es una institución al servicio del pueblo en la que el Estado delega la tarea de impartir educación superior. Su actividad se basa en la autonomía universitaria, de la que se deriva la capacidad que tiene de darse sus propias normas de actuación interna y, por lo tanto, de elegir sus órganos de autoridad. Como comunidad está comprometida ante la sociedad a cumplir los objetivos que justifican su existencia, fomentando y preservando la cultura, promoviendo la realización de los valores que distinguen a la humanidad y haciendo suyos los principios de la ciencia y del arte y lo que se derive de su ejercicio en tanto favorezca a la formación integral del hombre.

Los fines de la universidad son la adquisición del saber, renovación a través de la investigación, y su difusión, entendida ésta como un compromiso. La universidad cumplirá su misión concibiendo estas actividades estrechamente vinculadas entre sí a la manera de un proceso único, y responsabilizando a todos los universitarios de su realización cabal. La práctica de estas actividades estará caracterizada, ante todo, por el ejercicio pleno de la libertad. Para alcanzar su completa transformación, la universidad requiere que en su seno se fomente la libertad de conocimientos, base de la independencia intelectual; se transmitan sistemas formales de razonamiento en vez de creencias; se favorezca la duda como actitud frente a cuestiones esbozadas con determinismo dogmático; y, en fin, se auspicie permanentemente la postura crítica en sus diversas formas en todas las actividades de la institución. La universidad, por tanto, transformará substancialmente su estructura, en los términos de los señalamientos expuestos, llevando este cambio a su vida interior y a sus relaciones con la sociedad.

La institución hace suyos los principios de la vida democrática, rechazando toda imposición autoritaria y haciendo que en todas las actividades que tienen que ver con su existencia tomemos parte la totalidad de sus integrantes de acuerdo con sus atribuciones. Los universitarios vigilarán celosamente que no se estorbe el ejercicio de la autonomía, defendiéndola no sólo frente al Estado, sino frente a todos los grupos de poder que la vulneren o le opongan resistencia.

La universidad hará que los universitarios participen en la realidad social. Además, éstos deberán acudir a los sectores marginados, estableciendo con ellos, una fructífera acción recíproca que permita hacer conjuntamente el análisis de sus problemas y buscar vías para su solución. Como consecuencia, los universitarios asumirán un papel activo en el proceso de concientización que cuestiona e impugna todas las formas de opresión.

La universidad ampliará las oportunidades educativas, propiciando así que los grupos menos favorecidos de la sociedad tengan acceso a la educación superior.

Al asumir todos los universitarios su responsabilidad y obrar de acuerdo con el compromiso que deriva de esta Declaración de Principios, se conseguirá que toda labor de la institución tienda al servicio del pueblo, al que por derecho le corresponde ser destinatario de la obra de la universidad.