Las Fuerzas Armadas de México, garantía de estabilidad política

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Juan Martínez Veloz.
ed. 355, septiembre 2018

En días pasados (28-08-2018) apareció la noticia de la reunión que tuvo el presidente electo, Lic. Andrés Manuel López Obrador con los titulares de las Fuerzas Armadas mexicanas (FAM) donde se anunció que continuarán ayudando al gobierno en las tareas de combate a la delincuencia cuando menos a principios del sexenio (eso entendimos).

La nota causó sorpresa, ya que tradicional- mente las izquierdas han cuestionado más la participación de las FAM en la lucha contra la delincuencia, sin embargo demuestra la madurez del nuevo presidente electo para ver en forma diferente (mejor) al Estado que desde la perspectiva de las campañas electorales como candidato.

Los mexicanos debemos valorar nuestras fuerzas armadas por lo siguiente:
Las Fuerzas Armadas de México (ejército, Marina y Fuerza Áérea) han sido respetuosas del orden constitucional mexicano, en este sentido son un buen ejemplo para América Latina desde hace varias décadas.

El militarismo en México (gobiernos militares) es cosa del pasado. La Revolución Mexicana eliminó progresivamente la participación de los militares en la política.

Las últimas asonadas militares en territorio nacional fueron:

En septiembre de 1927, los generales Francisco Serrano y Arnulfo R. Gómez candidatos anti- rreleccionistas a la presidencia de la república se rebelan contra el gobierno de Calles y son derrotados y fusilados.

En marzo de 1929, el general Gonzalo Escobar, comandante en la zona militar de la Comarca Lagunera, conjuntamente con Francisco R. Manzo y Jesús Aguirre se rebelan contra el gobierno de Emilio Portes Gil mediante el Plan de Hermosillo del 3 de marzo de 1929. El movimiento fracasó y los golpistas huyeron hacia Canadá.

El 15 de mayo de 1938, el gobernador y la legislatura de San Luís Potosí, apoyados por el General Saturnino Cedillo desconocen al presidente Lázaro Cárdenas. Después de algunos combates los rebeldes fueron sometidos y el general Cedillo murió en combate en La Biznaga el 11 de enero de 1939.

El último general que gobernó México fue Manuel Ávila Camacho (1940-1946), mediante elecciones y no producto de un golpe militar.

El respeto de las FAM a la Constitución se mantuvo en los años difíciles de la guerra fría (1946-1989) cuando los Estados Unidos apoyaron gobiernos militares para evitar la infiltración de la Unión Soviética en América. Los golpes militares más importantes fueron: Brasil desde 1964-1985, Argentina de 1966-1982, Chile en 1973, Uruguay 1973-1985.

La otra cara: El militarismo en el siglo XIX

Sin embargo la historia de civilidad (gobiernos civiles) en la lucha política en México no siempre ha sido así. El siglo XIX y primeras décadas del XX fueron en nuestro país los tiempos de los militares y de la inestabilidad política.

De los años de 1821 a 1850 la regla general fue la ingobernabilidad (ausencia de orden y continuidad en el gobierno). Se produjeron alrededor de 100 rebeliones y pronunciamientos políticos en contra del orden establecido. Se formaron cincuenta gobiernos (con duración en promedio de 8 meses), casi todos producto de cuartelazos y once de ellos fueron presididos por una persona: el general Antonio López de Santa Ana. Cinco veces del bando de los liberales y seis de los conservadores (1).

De la totalidad de los presidentes que existieron en México en el siglo XIX, desde Guadalupe Victoria en 1824 hasta 1911 con Porfirio Díaz, predominaron siempre los políticos de origen militar (generales) sobre los de extracción civil (2).

De los 74 presidentes que ha tenido México desde su vida independiente de 1824 a la fecha, 39 han sido militares.

De 71 gobiernos que México tuvo entre 1823 y 1911; sólo 17 fueron constitucionales, es decir, electos conforme a las normas establecidas; de ellos únicamente 4 o tal vez 5 finalizaron su periodo legal, los restantes fueron interrumpidos por derrocamiento, renuncia, licencia o muerte del gobernante respectivo (3).

juanmartinez_veloz@yahoo.com.mx

(1) González, Luis: Historia Miníma de México; Colegio de México, México 1983, p. 104.
(2) Para ver un interesante trabajo sobre este tema puede consultarse la obra Padilla H., Remberto: Historia de la Política Mexicana, Edamex, México, 1988.
(3) Emmerich, Gustavo Ernesto: Las Elecciones en México 1808-1911, en Las Elecciones en México (evolución y pers- pectivas), Siglo XXI, Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, México 1985, p.p. 41-67.