Miscelánea. Educación

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José C. Serrano Cuevas.
ed. 355. septiembre 2018

Los días 27 y 29 de agosto, respectivamente, fueron publicados dos encartes en diarios de circulación nacional. Ambos están relacionados con la educación.

El primero de ellos corre por cuenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). Destaca que este Órgano Constitucionalmente Autónomo cumple un importante papel técnico al producir información relevante sobre el Sistema Educativo Nacional, además de emitir recomendaciones basadas en evidencia para orientar la toma de decisiones a fin de garantizar el derecho a la calidad de la educación y su equidad.

El INEE se ha aventurado, principalmente en el actual sexenio, a vender muy caro el anuncio de haber cumplido con cinco principios sustantivos de su quehacer formal: “1.- Que todas las funciones que realiza sean para mejorar la calidad educativa; 2.- Que busque la equidad y tome en consideración los contextos en que se desarrollan los procesos educativos; 3.- Que vele por la justicia y respete los derechos de las personas; 4.- Que reconozca, valore y atienda la diversidad, y 5.- Que promueva la participación y el desarrollo de procesos de diálogo con actores educativos y sociales”.

No obstante la generosidad de estos principios, la terca realidad cuestiona la legitimidad de las acciones del INEE: hasta ahora, no hay un concepto inteligible de lo que debe entenderse por la calidad educativa, permanece en el limbo una definición etérea; al aplicarse a los educandos exámenes estandarizados, se atomizan los contextos; la justicia brilla por su ausencia frente al despido injustificado de una importante cantidad de docentes en servicio; la diversidad se pulveriza cuando a los profesores se les mide con la misma vara; a la autoridad educativa lo que menos le importa es desarrollar procesos de diálogo y, muy particularmente, con grupos disidentes.

El encarte del 29 de agosto hace referencia al 40 aniversario de la fundación de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) (29 de agosto de 1978). El lema de esta institución es “Educar para transformar”.

La creación de la UPN surge a raíz de una demanda educativa muy concreta que era actualizar o profesionalizar a los maestros en servicio, que al haberse incorporado al sistema educativo a partir de la segunda mitad del siglo XX, no tuvieron como requisito los estudios de licenciatura.

Los educadores más progresistas han luchado por legitimar una noble aspiración: hacer de la UPN una institución relevante encargada de formar especialistas e investigadores en las distintas disciplinas que intervienen en la cimentación del Sistema Educativo Nacional.

La UPN ha vivido momentos muy interesantes, cuando en un mismo espacio para la reflexión conviven docentes normalistas y egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Las discusiones van en torno a la pedagogía como ciencia, objeto de estudio o práctica; donde la didáctica es relegada para que cumpla un papel meramente instrumental; la psicología se instala como la ciencia del aprendizaje.

Miguel González Avelar fue titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de 1985 a 1988. Durante su administración fueron creados en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) dos Centros de Bachillerato Pedagógico (CBP), uno varonil y otro femenil. El objetivo central de los planes y programas de estudio de dichos centros era fortalecer la vocación de quienes aspiraban a formarse como profesionales de la educación.

Las mujeres al egresar del CBP tenían un sitio asegurado en la Escuela Nacional de Educadoras; los varones, en la Benemérita Escuela Nacional de Maestros: También eran recibidos en la Escuela Normal Superior y, en la Universidad Pedagógica Nacional.

En todos estos centros educativos se cursan estudios con nivel universitario. Inclusive, quienes se esfuercen un poco más pueden obtener títulos de posgrado. Estos planteles son grandes semilleros, que alcanzan para nutrir de excelentes educadores a las escuelas de México.

Esteban Moctezuma Barragán, próximo titular de la SEP, en un acto cercano a lo justiciero ha anunciado recientemente, que los profesores que no acudieron a las sesiones de evaluación, serán reinstalados en sus puestos de trabajo. La decisión puede mejorar si también le da cabida a los egresados de las instituciones educativas ya enunciadas. Todo sea por la educación.