¿Quién le cree a Elba Esther Gordillo?

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El anunciado retorno de Elba Esther Gordillo a la actividad política del SNTE, es, sin duda alguna, un acuerdo que tuvo con Andrés Manuel López Obrador. De otra manera no se entiende.

por Manuel Padilla Muñoz.
ed. 358, enero 2019

Mediante un video, la profesora rural más rica del mundo, Elba Esther Gordillo amenazó con volver por sus fueros dentro del Sindicato Nacional de Trabajadores (SNTE) de la Educación, la organización sindical más grande de América que durante muchos años explotó hasta llegar a tener una riqueza de muy dudoso origen que le generó una leyenda de riqueza inexplicable obtenida a la sombra del poder con algunos presidentes de México.

Después del “Elbazo” que le propinó su antiguo aliado Enrique Peña Nieto, que la llevó a la cárcel y aunque buena parte la pasó en su casa, aunque la jaula sea de oro no deja de ser prisión, hizo alianza con Andrés Manuel López Obrador y mediante su intervención logró salir de su prisión
Y ahora amenazó con regresar al SNTE por sus fueros. Ya lo habíamos advertido en colaboraciones anteriores que Elba Esther no se iba a quedar callada. Que renovada y fortalecida con el apoyo del nuevo presidente López Obrador buscaría recuperar su poder político y económico.
Señalamos en esa ocasión que las ansias y sed de poder no se elimina con un supuesto arrepentimiento verbal porque no es gripa, los perversos llevan esos instintos en la sangre, en sus genes.

Hoy, en su video de amenaza Elba Esther promete cambiar, dejar de ser una autócrata y respetar el voto de los maestros que ella durante tantos años conculcó y se burló de miles de mentores en su beneficio.

Hoy promete renunciar al cargo vitalicio de dirigente nacional del magisterio porque, en su interior reconoce, que es una situación totalmente antidemocrática que la convertía en una dictadora y al SNTE en una organización de su propiedad que podía vender, como lo hizo reiteradamente, al mejor postor.

Promete también permitir y respetar a los miles de maestros para elegir libremente a sus dirigentes, lo que es una verdadera forma democrática, con voto secreto y universal en vez de lo que antes hacía de que las elecciones fueran mediante delegados que ella siempre controlaba.

El anunciado retorno de Elba Esther Gordillo a la actividad política del SNTE, es, sin duda alguna, un acuerdo que tuvo con Andrés Manuel López Obrador. De otra manera no se entiende. Es, quizás, el pagó del próximo presidente a la ayuda que le prestó la maestra y su familia para llegar a la presidencia de la República y que, por lo visto, podría llegar a más.
Si López Obrador no fue o es un peligro para México, Elba Esther sí lo es. Llegarán, sin duda alguna, con enormes deseos de tomar venganza y castigar a quienes trataron de acabar con ella.

Hasta el momento, la fracción del SNTE contraria a Elba Esther, la Coordinadora Nacional (CNTE) no se ha manifestado al respecto pero es casi seguro que lo hará y será fuerte oposición.

No existe una seguridad plena de que Elba Esther Gordillo cumpla las promesas que ahora hace de portarse bien y menos sabiendo que cuenta con todo el apoyo de AMLO.

La beligerante maestra fue miembro de la llamada “mafia del poder” contra la que tanto luchó el nuevo presidente y a la que aún hoy tanto odia. Por eso no se entiende la actitud de Andrés Manuel del lastre que está adquiriendo.
Como muchos, si no es que millones de mexicanos nos preguntamos: ¿Quién le cree a Elba Esther Gordillo?

Elba Esther fue acusada del desvío de dos mil millones de pesos y delincuencia organizada. Cinco años pasó en la cárcel y luego se hizo la enferma para seguir en prisión en su casa y hospitales. Fue puro cuento: tan es así que ahora sale libre, exonerada de los cargos imputados, tan sana como nunca, más juvenil, con ímpetus inocultables de recobrar su antiguo poder y deseos implacables de venganza. Y hasta se volvió a casar.

Muy sano sería que el Consejo de la Judicatura Federal diera a conocer el texto íntegro de la resolución de exoneración donde se notará si la PGR no pudo o no quiso -¿por acuerdo presidencial?- probar los cargos. Porque, si es inocente se entiende que no cometió ningún delito y hasta podría exigir la reparación del daño que tendríamos que pagar todos los mexicanos.
Con todo esto y más de sobra conocido, ¿Alguien le cree a Elba Esther Gordillo? A otro perro con ese hueso.

manuelpadillaperiodista@hotmail.com