México sometido a la partidocracia

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por José Guadalupe Robledo Guerrero.
Ed. 358, Enero 2019

Es menester insistir en que desde hace 36 años México está viviendo políticamente el circo de la partidocracia que inauguró el neoliberalismo con Miguel de la Madrid Hurtado. Un sexenio después, por la imposición de Carlos Salinas de Gortari como candidato presidencial, el sector nacionalista del PRI abandonó su partido, mismo que hoy vuelve al poder con Morena.

En los últimos 18 años el voto duro de esa partidocracia, carente de valores políticos y de ideología, ha cambiado su orientación electoral en tres ocasiones. En el 2000 y 2006 su “voto de castigo” favoreció al PAN, posteriormente en 2012 sus preferencia electorales retornaron al PRI, y finalmente -en 2018- el “voto de castigo” se lo dieron al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien ganó la Presidencia con 30 millones de votos de todos los partidos, que representan el 33 por ciento del padrón total de votantes, y el 55 por ciento de la partidocracia.

Ubicar las pasadas elecciones en el ámbito de la partidocracia, de sus élites políticas y de sus votos duros, servirá -principalmente- para saber qué está pasando en el corrupto mundillo de los partidos, y para entender el por qué del comportamiento de los perdedores que ahora se han disfrazado de rabiosos opositores al régimen lopezobradorista, para exigir cosas que nunca conocieron ni les interesaron, como por ejemplo la independencia de los tres poderes de la Unión.

Pero también nos será útil para evaluar la actitud de los ganadores a quienes todavía no les informan que las campañas políticas ya terminaron y que ya son gobierno. Pero lo peor del caso, es que a pesar de que su líder AMLO ya se desdijo de todo lo que les había prometido para que votaran por él, y por el contrario les otorgó amnistía a los corruptos, los chairos lopezobradoristas continúan su pleito con los fifís que no se fueron a Morena, defendiendo al Mesías de la llamada Cuarta Transformación. Al fin, votos duros.

La única certidumbre que queda es que los programas asistenciales que todos pagamos seguirán otorgando dádivas a los sectores que más los necesiten, incluyendo a los ninis, en pago al apoyo electorero que le dieron a AMLO a través del internet. Sin duda alguna, la partidocracia seguirá jugando con México a la democracia…