Contra el huachicol

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por Samuel Cepeda Tovar.
ed. 359, febrero 2019

Se trata de una batalla sin cuartel, se trata de una estrategia directa que requería acciones inmediatas y contundentes. Imposible llevar a consulta la idea de enfrentar la inmensa corrupción que supone ser el huachicoleo o robo de combustible. Había que enfrentar directamente a cárteles de la droga y a los delincuentes de cuello blanco que trabajan en Pemex y que se servían con la cuchara grande ordeñando salvajemente los ductos de la empresa petrolera bajo la permisividad de un sistema corrupto que en complicidad dejaba hacer y dejaba pasar este robo a los mexicanos. Desde luego, con su respectiva ganancia. Había que ponerle un alto a empresarios voraces que vendían gasolina robada y se enriquecían a costa de un producto que es riqueza de los mexicanos, no de unos cuantos. En síntesis, había que cerrar los ductos. Había que desplegar el ejército para cuidar lo que es de todos, había que tomar medidas extremas ante un problema extremo. El presidente ha tenido que tomar una decisión que tampoco es lacerante para México; pues la causa principal del desbasto no es el cierre temporal de los ductos de Pemex, sino las compras de pánico que como en cualquier producto, al existir una alta demanda, tiende a escasear, es un ciclo económico sencillo de entender.

No es un problema nacional, se trata de un problema focalizado, pero que las compras de pánico reflejadas en las largas filas, aunado esto a personas ignorantes y nostálgicas del pasado que postean en redes sociales aduciendo comparativos tan fuera de lugar con países como Venezuela y a los medios de comunicación que han cubierto el desabasto desproporcionadamente y sin hacer análisis al respecto, han vuelto el problema en apariencia más grande de lo que en realidad representa. La estrategia es la correcta y se traducirá en el ahorro de miles de millones de dólares, mismos que se invertirán en beneficio de los mexicanos. Esta estrategia ha dado ya sus primeros resultados bastante satisfactorios, pues según la SEGOB y la PGR ya han sido detenidas personas por sustracción ilegal de combustible, además de que se han congelado cuentas bancarias de funcionarios, y se han abierto diversas carpetas de investigación. La desarticulación de bandas huachicoleras que proliferaron en el gobierno anterior ha iniciado y los resultados comienzan a verse, pero no solo se trata de estas bandas, también existen grupos de antipatriotas y enemigos de los mexicanos que se han dedicado a sabotear la infraestructura de Pemex para generarle un problema más grave al gobierno, y al respecto, según la SSP, también ya hay detenidos.

Que quede bien claro: no es un problema nacional, es un problema aislado, el desabasto no es causa directa del cierre temporal de ductos, la causa son los ciudadanos aterrados que con sus compras de pánico han provocado el desabasto. El suministro de combustible es el mismo, solo que, al dejar de ser suministrado por ductos para evitar el robo, en su lugar se distribuye por pipas, que es más lento, por ello el retraso. Y lo que las personas no saben, es que existe una compleja red de distribución clandestina para el robo construida por especialistas y conocedores que obliga al cierre temporal mientras se eliminan estas redes. Finalmente, un dato aterrador: en los últimos cinco años del sexenio anterior, el robo de combustible ascendió a la cantidad de 70 MIL MILLONES DE PESOS. El gobierno actual tenía dos opciones: dejar hacer, como otros hicieron, o enfrentar al leviatán, con consecuencias inmediatas, pero con miras a un mejor futuro.

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