Cambiar para que todo siga igual

0
582

por Sócrates A. Campos Lemus.

Pondré en esta colaboración muchas citas de reflexiones y artículos del maestro José Elías Romero Apis, tomadas de su libro: Perfiles de grandeza, y al final, comentaremos algunas, mientras tanto, debemos pensar que la historia siempre contiene mensajes contemporáneos de advertencia y de premonición.

Decía Francisco de Quevedo que “tener la razón en un mundo injusto es un gran peligro.”

“A la miseria y a la anarquía sucede la dictadura y a ésta -y por ésta- la conjura, la revolución, la insurgencia. Ayutla resume lo mejor. Consagra las ideas de un modelo republicano y la inmortalidad de las ideas encarnadas en Benito Juárez”

“Las figuras políticas actuales parecen figuras burocráticas. Prácticamente no se les encuentra fuera de las oficinas gubernamentales (cafés o restaurantes o casas de amigotes), sean éstas redondas, ovales o cuadradas. Pereciera que los “caudillos” contemporáneos son de nómina y no de poder. Que son de paga y no de corazón. Que son de oficio y no de vocación. Que si dejarán sus empleos oficiales y salieran a la esquina de la calle para gritarle al mundo que los suyos los siguieran para hacer la guerra, para hacer la reforma o para hacer la patria, sólo se rodearían -ni siquiera los seguirían- los curiosos que, en todas las urbes, atienden al merolico.”

Efectivamente, la comparación en el actual gobierno no es distante de los anteriores. En la actualidad solamente existe un solo líder: Andrés Manuel López Obrador y su palabra es ley y encanta a los que lo escuchan, pero no pelan siquiera a los demás, y esto muestra que en el interior del ejercicio del poder existen muchas sabandijas de tal suerte que, incluso gentes que ni siquiera han sido luchadores sociales ni militantes, han llegado a los puestos importante en la política y la administración. y esto está calando a los que son desplazados de los puestos y presupuestos que se sienten con derecho por sus largos años de “sacrificio” siguiendo la ilusión, ahí se encuentra el germen de la descomposición que podría llevar al traste a todo un proceso político de cambio que todos esperamos.

En algunas mesas de amigos y fieles seguidores de AMLO escuchamos ya los reclamos de por qué ellos no pueden ni acercarse al “jefe” mientras los hombres de la vieja mafia del poder, ahora, son los más cercanos a su corazón y acción y esto genera, sin duda, muchas dudas, no solamente en ellos sino en otros que hemos seguido con esperanza la trayectoria de un cambio y vemos que todo, al final de cuentas parece que: “cambió para seguir igual”.

Son muchos los dirigentes naturales de las zonas marginadas y de los estados que dejaron paso a su fuerza y dirigencia para otorgarla a Andrés Manuel con la esperanza de que se les reconociera esa bondad política y ven con terror que, independientemente del esfuerzo, de pronto se premia a los que menos lucharon pero que son parte de los grupos de privilegiados que lograron colarse a las filas del movimiento gracias a que faltaban gentes y, ahora, no solamente gozan de puestos y presupuestos sino que son los que mandan y dictan la tendencia oficial en el gobierno y en el poder.
No creo que seamos los tunde máquinas o tunde computadoras los que digan lo que debe hacer un presidente, nosotros vemos y observamos directamente el área de lo que vemos y no estamos más enterados pero tenemos el derecho y la obligación de decir lo que pensamos y esto no es delito, a lo mejor no les gusta a los gatos del presidente, pero lo deberían entender y lo mejor es que él conozca más lo que se dice en contra que lo que se aplauden por consigna o vacación servil.

Hace algunos años, lo primero que leían o se informaban los políticos en el poder era de las “notas negativas”, obligadamente las tenían que poner al frente de la información los Jefes de prensa, después, llamados, pomposamente, directo- res de comunicación social de tal y tal… y como diría don Pancho Galindo, viejo lobo de Mar: “Al aumentar el nombre redujeron la influencia y le dieron en la madre a la información y la comunica- ción” y es tan simple como dar la idea directa y franca, noble y verdadera como: “Tú también Luis?”, y hoy podríamos advertir la pugna y la lucha que tendremos entre los dos grandes de la televisión cuya fuerza no es la información ni la comunica- ción, es el empleo del medio como una llave, enorme y poderosa, para los negocios y el poder, al grado que ahora ya se disputan los lazos internacionales y esto muestra que para hacer política se requiere información, relaciones y mucho pero mucho dinero, los grandes hombres no se jun- tan con dirigentes jodidos, se juntan con ricos ricos y de poder.

Ya nos imaginamos a los pobres rancheros que se atrevan a prestar su casa para que el presidente dé pauta a que no solamente utiliza a los grandes magnates para tener juntas con gentes importantes, ya nos imaginamos a los periodistas jodidos y sometidos muchos de ellos a los dictados de sus jefes que reciban al presidente y a sus invi- tados en su casa y ¿quién pagaría el café o los refrescos o la cena? y esto lo digo porque seguramente les dejaría en la quinta chía, no en la quinta de la chingada… ésta es la verdad.

Recordemos cuando Salinas de Gortari corrió a refugiarse en una casucha de Monterrey cuando se sintió agredido por el poder y no aguantó mucho, salió a Dublín, al exilio, como saliera don Luis a aquellas islas del destierro en vez de ir a las casonas que ahora les dan a sus servidores las grandes empre- sas trasnacionales, a sus empleados, que han sido presidentes del país… por ello, creemos, ahora, son tiempos de reflexión, a los cuatro meses el único cambio que vemos es que todo cambió para seguir igual, con los ricos ricos en el poder y rodeando al presidente… de mafiosos a consejeros, es un enorme paso…. con un simple perdón.